Boletín UNAM-DGCS-1117 |
UNAM, AL RESCATE DEL HÁBITAT DE COLIBRÍES
• El crecimiento de la mancha urbana provoca la pérdida de su espacio y afecta el proceso de polinización
Al igual que las abejas y los murciélagos, los colibríes realizan una función ecológica importante en la conservación de los ecosistemas por tratarse de una especie polinizadora; aunque no se encuentra en peligro de extinción, está perdiendo su hábitat. Esta situación se presenta de manera particular en las grandes ciudades por la urbanización masiva que provoca desequilibrios naturales. En México existen más de 50 especies de las cuales 19 se aprecian en la Ciudad de México, en particular en los jardines artificiales que la UNAM instaló en algunas entidades universitarias, así como en diversas escuelas de la capital mexicana y del Estado de México, con el apoyo de la especialista en la conservación de aves, María del Coro Arizmendi Arriaga, promotora del proyecto Jardines de Colibríes. La directora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, explicó que la función de estos espacios naturales es promover la educación ambiental entre los ciudadanos y que participen en labores de restauración de su hábitat, además de contribuir a preservarlos; hasta antes de la pandemia, se crearon 90 espacios naturales en la Ciudad de México. Colaboración con la CDMX Estos espacios se caracterizan por las plantas nativas que más atraen a esos polinizadores. María del Coro Arizmendi, junto con sus colaboradores, principalmente estudiantes, construyeron diversos jardines, entre ellos en los institutos de Educación Media Superior (IEMS) Iztapalapa, Iztacalco, Tlalpan, Álvaro Obregón y Milpa Alta. Detalló que es fácil atraer a los colibríes con flores largas, tubulares, rojas, amarillas, moradas y rosas, algunas de las cuales les gustan a los colibríes son el mirto, aretillo, muicle, camarón, toronjil silvestre y lavanda. En el IEMS 4 Iztapalapa, abundó, se puso en marcha la colibrí-terapia, estrategia terapéutica que busca fortalecer la estructura psicológica de los estudiantes para que sean más resilientes a la ansiedad, depresión, agresividad, así como al uso de drogas y embarazos no deseados. Asimismo, indicó que impartieron un curso de capacitación sobre este tipo de jardines en la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, y a partir de ahí se lanzó el programa Mujeres Polinizadoras, llevado a cabo en los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares) de las alcaldías Álvaro Obregón, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán y Xochimilco. Recomendó colocar diversas plantas que aseguren la floración a lo largo del año, además de fuentes o un plato hondo con agua, para que la beban y se bañen; además colocar bebederos, de preferencia de vidrio –porque los plástico de baja calidad liberan sustancias tóxicas cuando se exponen al sol– con azúcar estándar o blanca diluida. Este recipiente debe lavarse al menos una vez por semana. Resultados Resaltó que la iniciativa incrementó el número de especies de colibríes, incluso el arribo de algunas que no venían a la ciudad. Por ejemplo, en Río Churubusco, donde colocaron salvia leucantha, una planta que les gusta, se observa un gran número de estas aves que arriban para comerla. “Es cierto que estas aves van a todos lados, comen en tu jardín, en tu bebedero, pero necesitan también de árboles y hábitat para reproducirse; entonces, debemos conservar el hábitat natural y esa es la educación ambiental que estamos intentando hacer con la sociedad que nos pide información para realizar bebederos y jardines”, acotó. #UNAMosAccionesContralaCovid19 —oOo— Conoce más de la Universidad Nacional, visita: o sigue en Twitter a: @SalaPrensaUNAM y @Gaceta_UNAM Tweet
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