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       Boletín UNAM-DGCS-776  | 
    
|   RESISTENCIA BACTERIANA A LOS ANTIBIÓTICOS, UNO DE LOS GRANDES PROBLEMAS DEL SIGLO
    
     •	Podría significar un revés en la esperanza de vida humana: Pablo Vinuesa, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM
                       La resistencia de las bacterias a los  antibióticos es uno de los grandes problemas médicos del siglo XXI y podría  significar un revés en la esperanza de vida humana en el futuro próximo,  advirtió Pablo Vinuesa, investigador del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de  la UNAM, campus Morelos. La progresión de estos patógenos oportunistas  es analizada sobre todo en aislados clínicos, pero la evolución de sus  atributos ocurre en ambientes naturales, y mucho antes de que existieran los  humanos, subrayó.  Por ello, Vinuesa estudia los mecanismos  básicos y evolutivos de un grupo de bacterias altamente resistentes a los  fármacos. Para entender esos procesos, integra microbiología, genómica y  bioinformática. En 2014, la Organización Mundial de la Salud publicó  un reporte sobre el problema global de la resistencia de estos microorganismos a  los antibióticos y concluyó que estamos en la era posantibióticos. “No es una  fantasía apocalíptica el hecho de no contar ya con la eficacia de esas drogas, esenciales  para contender con infecciones, operaciones, trasplantes, terapias contra  cáncer y otros problemas de salud”, resaltó. Bacterias  resistentes El experto y su equipo investigan cómo emergen  estas bacterias de poblaciones en el ambiente, como sedimentos o columnas de  agua de ríos; de esos entornos han obtenido algunas muy resistentes y de las  más preocupantes. Una vez colectadas, las muestras se aíslan en  laboratorio, se cultivan y hacen análisis genéticos para identificar a qué  género pertenecen; luego se determina su resistencia al enfrentarlas a  distintos tipos de antibióticos.  El objetivo es entender cómo han evolucionado  en ambientes naturales. Por ejemplo, deben sobrevivir a la predación por  amebas, que son eucariontes unicelulares que comen bacterias, explicó. “Las amebas pueden fagocitar, es decir,  envuelven a la bacteria y la internalizan en una vesículas digestivas con  proteínas que las degradan. La manera en que las bacterias resisten ese proceso  no es clara, quizá de ahí emergen elementos sustanciales para su virulencia,  que han ido refinando y forma parte de su desarrollo evolutivo”. Si Vinuesa y su grupo descubren ese mecanismo,  podría ser una diana para desarrollar una nueva generación de antibióticos; por  ahora, trabajan aspectos mucho más básicos porque aún se sabe muy poco de estos  organismos, reconoció. Los científicos universitarios buscan géneros  determinados de bacterias, sobre todo Gammaproteobacterias,  que incluyen diversas especies de importancia médica, ecológica y científica. El interés en este grupo es su capacidad innata  de interaccionar con más bacterias y con células eucarióticas, desde  unicelulares hasta plantas o humanos, no sólo como patógenos, sino también como  simbiontes. “Nos enfocamos en el género Stenotrophomonas, que en las últimas  décadas han subido posiciones en el ranking de los patógenos oportunistas más  peligrosos”. Estas bacterias no son particularmente  virulentas, pero en los hospitales las personas inmunosuprimidas (después de  una operación, que tienen que estar con catéteres o están en cuidados  intensivos) son susceptibles de ser colonizadas por microorganismos  oportunistas. “Es delicado infectarse después de un  trasplante o algún otro proceso médico que implica el uso intensivo de  antibióticos, pues muchas bacterias son panresistentes, es decir, resistentes a  toda clase de antibióticos. Entonces pueden causar infecciones sistémicas,  potencialmente mortales”, concluyó.  —oOo— Conoce más de la Universidad Nacional, visita:  o sigue en Twitter a: @SalaPrensaUNAM y @Gaceta_UNAM  | |||