|  | Boletín UNAM-DGCS-641 | 
| DIETA KETO Y AYUNO INTERMITENTE, RIESGOS PARA LA SALUD
    
     •	Propician la pérdida de peso, pero no se pierde grasa, sino líquidos, masa muscular o tejido magro
                       La dieta keto  y el ayuno intermitente representan riesgos para la salud y son poco eficaces.  Por recomendar la ingesta de grasas y proteínas en exceso, se corre el riesgo  de aumentar el ácido úrico, colesterol y los triglicéridos en el organismo,  alertó Raquel Valenzuela Argüelles, nutrióloga de la Dirección General del Deporte  Universitario. Este tipo de dietas son hiperprotéicas,  es decir, se basan en el consumo abundante de proteínas, y son bajas en  carbohidratos, cuyo consumo reducido conducen a un déficit de energía, explicó. “Para que el cuerpo esté bien nutrido,  primero se deben cubrir los requerimientos de energía, si no es así, el  organismo echará mano de las proteínas, pero no sólo las que se ingieren en la  comida, sino las que están en los músculos”. Ante la popularidad que han adquirido,  la universitaria aclaró: “estas dietas no promueven buenos hábitos de  alimentación, que debería ser el objetivo a largo plazo, porque no se llevan a  cabo por periodos prolongados. Pueden propiciar la pérdida de peso, pero no se  pierde grasa, sino líquidos, masa muscular o tejido magro”. Consecuencias  en la salud El consumo de proteínas en exceso  (carnes, huevo y leche, entre otras) detonan el riesgo de aumentar los niveles  de ácido úrico, colesterol y triglicéridos. “Este proceso se contrapone con el  principio de búsqueda de la salud”. A largo plazo, “dietas como la keto  producen un efecto similar al que experimenta un diabético, que carece de la  glucosa necesaria para llevar a las células. Como no hay carbohidratos, tampoco  hay glucosa, y esto crea un efecto en el metabolismo llamado ‘cetosis’,  mediante el cual el organismo produce acetona y sus compuestos derivados”,  detalló. En cuanto a los ayunos intermitentes, la  nutrióloga destacó que su carta de presentación es desintoxicar el cuerpo, y aunque  se asegura que son benéficos por esa razón, en realidad el organismo es  sometido a un estado de estrés. Entonces su reacción natural es  protegerse: al continuar con las actividades cotidianas y carecer del  combustible necesario, empieza a quemar masa muscular y a producir sustancias que  tienen más efectos perjudiciales que benéficos para la salud. Valenzuela Argüelles, quien tiene a su  cargo la evaluación morfofuncional de los deportistas que acuden a Medicina del  Deporte, indicó que el eje de estas dietas populares es comer menos, lo que hace  al organismo bajar su metabolismo. “En suma, el ayuno intermitente y la  dieta keto no son sostenibles; es decir, no cumplen con el propósito de crear  buenos hábitos de alimentación. Además, si se habla de costo-beneficio, también  es importante prever el efecto rebote”. En cuanto al riesgo de descompensación,  recalcó que algunos efectos de la dieta keto son perder músculo y líquidos,  aumentar ácido úrico, colesterol y triglicéridos en sangre. En cuanto al ayuno  intermitente, produce sustancias tóxicas y desencadena reacciones químicas que,  de otro modo, no se presentan en el cuerpo. Las dietas personalizadas,  las más seguras La experta aconsejó buscar una dieta que  promueva hábitos de alimentación sanos, que sea sostenible y equilibrada; es  decir, que contenga todos los nutrimentos en las cantidades que cada persona  requiere. “Lo mejor es abstenerse de buscar en  revistas sugerencias sobre alimentación. Lo más seguro es consultar a un  especialista que indique una dieta individualizada, pues lo que es útil para una  persona no lo es para otra. Debe ser calculada de acuerdo con las necesidades  de cada individuo”. Además, debe combinarse con el ejercicio  para tener mejores resultados. “La gente se sentirá mejor, no será tan estricta  y estará más a gusto”, insistió. La dieta keto y el ayuno no toman en  cuenta el estado de salud (si una persona es diabética, hipertensa, o padece  alguna alteración, como síndrome metabólico), y se corre el riesgo de agravar  algún padecimiento. “Un especialista sabe que el objetivo  principal es disminuir la grasa del tejido adiposo, no sólo bajar de peso por  vanidad. Se busca también la salud, por lo que el tratamiento dietético y el  ejercicio siempre tendrán que ir unidos”, concluyó Valenzuela Argüelles. —oOo— Conoce más de la Universidad Nacional, visita:  o sigue en Twitter a: @SalaPrensaUNAM y @Gaceta_UNAM | |||