La toxoplasmosis es una  enfermedad parasitaria que  afecta a casi un tercio de la población mundial. Es ocasionada por Toxoplasma gondii, parásito que puede causar desde infecciones leves y  asintomáticas, hasta mortales, que afectan al feto humano. 
            Frecuentemente se  considera a los gatos como los principales transmisores (por heces infectadas),  pero consumir carne contaminada cruda o mal cocida también es fuente de  contagio, afirmó Martha Ponce-Macotela, académica de la Facultad de Medicina  (FM) de la UNAM.
            En la mayoría de los casos  esta enfermedad es asintomática, pero los posibles indicios son parecidos a los  de la influenza: dolor generalizado, dolor de cabeza, fiebre, fatiga y ganglios  linfáticos inflamados. En personas con sistema inmunitario debilitado además se presenta confusión, falta de  coordinación, convulsiones y visión borrosa.
            Fuentes de contagio
            Los humanos, al igual  que otros mamíferos, también se infectan al consumir agua o verduras crudas  contaminadas con quistes del parásito Toxoplasma  gondii (ooquistes); por la falta de hábitos higiénicos (como llevarse las  manos a la boca durante o después de jugar en parques o jardines contaminados  con heces de gato infectadas); por manipular hortalizas o areneros contaminados;  o por comer mariscos crudos infectados.
            Considerar que el  gato es el principal transmisor probablemente se debe a que son los hospederos  de Toxoplasma gondii; cuando se  infectan, en su intestino se lleva a cabo la reproducción sexual del parásito,  pero los felinos no siempre eliminan quistes, y no siempre son infectantes,  aclaró.
            Esta parasitosis  zoonótica (transmisible entre animales y humanos) puede ser asintomática en personas  con un sistema inmunológico sano, pero mortal en pacientes inmunocomprometidos,  así como para el producto del primer trimestre del embarazo de mujeres, alertó.
            La infección en el primer  trimestre del embarazo es menos frecuente que en el tercer trimestre, pero  debido a que el embrión está en organogénesis el daño es mayor. Puede  desencadenar un aborto, muerte fetal intrauterina o malformaciones congénitas  graves, como hidrocefalia, coriorretinitis, convulsiones y calcificación  cerebral.
            La toxoplasmosis no  es curable. Los fármacos que se utilizan actúan contra los taquizoítos, pero no  erradican al parásito porque se forman quistes (con bradizoítos) tisulares que  pueden permanecer durante años, así que esta afección puede reactivarse cuando  la persona está inmunodeprimida. 
            Para prevenirla, Ponce-Macotela  recomendó evitar carne cruda o mal cocida de bovinos, porcinos, caprinos,  ovinos, equinos y aves; contar con servicios públicos que provean agua potable  y desinfectar las verduras que se consumen crudas. “También es importante no comer  mariscos crudos y llevar un control médico veterinario de las mascotas.
            La población debe  tener hábitos de higiene, y replicarlos en granjas para evitar la infección de  mamíferos y aves destinados a consumo humano.
            La experta explicó  que al ser infectados, en el intestino de los gatos se lleva a cabo la  reproducción sexual del parásito, y durante esta fase (de siete a 21 días)  eliminan millones de ooquistes (quistes) con la materia fecal, “pero no son  infectantes, para ello necesitan permanecer en el ambiente de un día y a tres  semanas para completar su maduración. Además, los gatos eliminan ooquistes  solamente cuando se infectan por primera vez”.
            En personas sanas la  fase aguda de la toxoplasmosis puede ser asintomática, pero mantenerse latente.  En individuos inmunodeprimidos, los bradizoítos latentes dentro de los quistes  se activan a taquizoítos (multiplicación rápida) y pueden producir encefalitis  (cefalea intensa, letargia, somnolencia, hemiparesia, convulsiones y coma), que  pone en riesgo su vida.
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