En México es urgente que las políticas públicas  sean respaldadas en diagnósticos serios para contrarrestar la coyuntura de  desigualdad y violencia en que nos encontramos, advirtieron académicos de la  UNAM en el congreso “Análisis de las políticas públicas del Gobierno Federal  2018-2024”.
            La colaboración entre gobierno y academia es  impostergable, hay que rehuir de la ignorancia y la improvisación, expuso  Angélica Cuéllar, directora de la Facultad de Ciencias  Políticas y Sociales (FCPyS). 
            Hizo un llamado a consolidar los espacios que  nutren la inteligencia, redoblar esfuerzos y pensar en la solución de los  grandes problemas nacionales para “hacer sociedades menos hostiles y  desesperanzadas”.
            En su oportunidad, Jacqueline  Peschard, académica de la misma entidad, dijo que se requieren  contrapesos, pues “el acercamiento con la gente no es suficiente para los  cambios institucionales”. En democracia el poder debe ser controlado; no  obstante, los equilibrios están mermados, con partidos políticos debilitados y  subordinados.
            Asimismo, reconoció que aunque el gobierno  actual cuenta con una gran legitimidad no deben elaborarse reformas  apresuradas. “Los procesos de nombramientos no deben estar concentrados en un  solo poder, y los recortes no deben afectar órganos autónomos como el INEGI o  la CNDH, entre otros. 
            José Woldenberg, académico de la FCPyS, planteó  que el ideal democrático se basa en dos principios: que los gobernantes y los  legisladores sean electos en libertad, y que el poder esté dividido, regulado y  fragmentado. Sin embargo, este segundo punto “no está tan asimilado”. “Me  preocupa que cualquier disidencia se desautorice, que más que argumentar, se  califique; hay un déficit de comprensión del debate”.
            En el auditorio Pablo González Casanova, el entonces subsecretario de gobierno de  la Secretaría de Gobernación, Zoé Robledo, consideró que el gobierno avanza, se  adapta hacia un rediseño institucional profundo. 
            “Esta percepción de que tiene prisa, es porque  no quiere cometer los mismos errores del primer gobierno de la alternancia. Por  lo pronto buscamos que sean verdaderas relaciones internas, bajo los principios  de gobernabilidad, diálogo con poderes, derecho humanos y política de  migración”, apuntó.
            —oOo—