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Boletín UNAM-DGCS-376
Ciudad Universitaria.
06:00 hs. 30 de junio de 2015


Jesús Velasco Grajales

   

MÉXICO DEBE APOSTARLE A LA CIRCULACIÓN DE CEREBROS

• Detener su fuga es imposible, pero se puede sacar provecho con voluntad política e ingenio

México debe desarrollar estrategias que le permitan sacar provecho de la capacitación y especialización que reciben en el extranjero los egresados de las universidades de nuestro país, entre ellas la circulación de cerebros y conocimiento, consideró Jesús Velasco Grajales, politólogo de la Universidad de Texas, de visita en la UNAM.

Al ofrecer la conferencia Los otros inmigrantes: movilidad de mexicanos con educación universitaria a Estados Unidos, en la Facultad de Economía (FE), afirmó que la falta de una infraestructura adecuada para el desarrollo de la ciencia, la burocracia excesiva, decisiones políticas y diferencias salariales constituyen los motivos principales por los que universitarios mexicanos que deciden estudiar un posgrado o especialidad en el extranjero, principalmente en la Unión Americana, no regresen o difícilmente lo hagan.

“Hemos llegado al punto en que tanto políticos como académicos reconocen que detener la fuga es imposible”, señaló.  

Las instituciones de educación superior y el gobierno estadounidenses han desarrollado mecanismos de atracción y retención de talentos, lo que les ha dado beneficios al no tener que gastar dinero en su formación, pues los posgrados que los connacionales realizan en alguna de las universidades y tecnológicos del país son sufragados por nuestro gobierno, y sólo en pocos casos con becas binacionales o de las entidades receptoras.

Al terminar sus estudios, estos migrantes son candidatos a recibir la Green card o tarjeta de residencia permanente e incorporarse a laborar en alguna universidad, en el gobierno norteamericano o en alguna empresa donde se desarrolle ciencia y tecnología.

Ante esta realidad, Velasco Grajales dijo que las implicaciones para México son negativas, pues además de perder personal calificado, estas personas no pagan impuestos, no envían remesas, no contribuyen a la ciencia mexicana o a la formación de nuevos científicos y los incentivos de repatriación son insuficientes.

Por ello, dijo que nuestro país debe apostarle a la circulación de cerebros. “La ciencia no reconoce fronteras, es un bien público mundial y los trabajadores altamente calificados pueden hacer muchas contribuciones”.

En ese sentido, concluyó que sólo se requiere voluntad política para invertir en nueva infraestructura, pero también para “la colaboración científica a lo largo de las fronteras, en especial de know how o transferencia tecnológica; generar una red de talentos mexicanos en el extranjero para vincularlos con empresas e instituciones de educación superior y realizar proyectos conjuntos mediante el uso de videoconferencias para su implementación, o llevar a cabo cursos de actualización y especialización”.

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Tanto políticos como académicos reconocen que detener la fuga de cerebros es imposible.
Jesús Velasco Grajales, politólogo de la Universidad de Texas.