Boletín UNAM-DGCS-486
Ciudad Universitaria
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DISMINUYE NÚMERO
DE FENÓMENOS METEOROLÓGICOS POR EL NIÑO
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En México, las zonas potencialmente
inundables son las costas, valles y llanuras fluviales, señaló Oralia Oropeza,
del Instituto de Geografía de
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Con la presencia de El Niño tiende a llover menos de lo
habitual, dijo el especialista del Centro de Ciencias de
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Desde hace dos meses no se ha registrado
ningún ciclón tropical, y se prevé que este año habrá una temporada de
huracanes más corta, añadió Enrique Azpra del CCA
Este
Cerca del 50 por ciento de las catástrofes en el país, son
desencadenadas por eventos naturales de origen hidrometeorológico como
inundaciones, huracanes, lluvias torrenciales, sequías, heladas, granizadas,
nevadas, ondas frías y calor.
La especialista del Instituto de Geografía (IG) de
Una década después, añadió, Emily, Stan y Wilma, causaron graves daños
a Tamaulipas, Nuevo León, Yucatán, Quintana Roo, Hidalgo, Puebla, Veracruz,
Oaxaca y Chiapas. Se estima que tan sólo las pérdidas económicas fueron de
varios millones de dólares. Finalmente, en 2007 “prácticamente” todo el estado
de Tabasco quedó cubierto por el agua.
Las zonas potencialmente inundables corresponden a costas, valles y
llanuras fluviales. No obstante, las entidades
federativas con mayor registro de inundaciones son el Estado de México, con
202; el Distrito Federal, con 196; Veracruz, 194; Chiapas, 106, y Oaxaca, con
95, dijo.
De los dos mil 443 municipios que conforman el país, sólo el 25.9 por
ciento –633– tienen registro de una a más de 40 inundaciones, distribuidos
tanto en las zonas costeras como en el interior, informó.
Los más afectados han sido Ecatepec y Naucalpan, en el Estado de México,
con 43 y 32, respectivamente; siguen Acapulco con 38; Tijuana con 31;
Guadalajara con 28, e Iztapalapa con 26, entre otros.
La especialista en geografía física destacó que con la cartografía
nacional se pueden definir las zonas de atención prioritaria, porque se conoce la
existencia de una disminución de las lluvias en agosto, relacionada, según
estudios, con la canícula, que es la temporada más calurosa del año en
ambos hemisferios.
El Niño
Este año se hará
presente el fenómeno de El Niño; con experiencia previa se sabe que tiende a
llover menos de lo habitual, por lo que se esperan precipitaciones deficitarias
en casi todo el verano, comentó el coordinador del Programa Transversal
de Cambio y Variabilidad Climáticos del Centro de Ciencias de
El registro de la red
del Programa de Estaciones Metereorológicas del Bachillerato Universitario
(PEMBU), en el Valle de México, demuestra que las precipitaciones han estado “muy”
por debajo de lo normal; en junio y julio no llovió ni la mitad de lo estimado.
“Esto es reflejo de la sequía que, en gran medida, está modulada por El Niño”,
abundó.
No obstante, siempre está abierta la posibilidad
de un “aguacero” o que se genere un huracán que propicie inundaciones, “pero no
podemos calcular exactamente cuántos caerán y menos en qué días”, indicó.
A su vez, Enrique Azpra
Romero, técnico académico del CCA, expuso que este fenómeno es una
anomalía de temperaturas en el Pacífico, y como puede ser muy extenso, a veces
llega desde las costas de Indonesia hasta las de América, y con ese tamaño
puede afectar los patrones de circulación del mar a nivel mundial.
Cuando en el Pacífico se eleva la
temperatura de las aguas, se afecta la circulación atmosférica y,
consecuentemente, el cizallamiento, variación del viento con la altura; entonces
se inhibe la formación de sistemas de tormentas en el Atlántico, explicó.
Huracanes
Desde
hace dos meses, prosiguió Azpra, no se ha registrado ningún ciclón tropical; se
prevé que este año habrá una temporada de huracanes más corta y, probablemente,
un menor número de los mismos, que surgen en el Atlántico.
Generalmente, apuntó, cuando se
presenta El Niño en el Océano Pacífico Ecuatorial, la cantidad de ciclones
tropicales en el Atlántico tiende a disminuir, porque se afectan las
condiciones que dan origen a los mismos.
Entre más se retarde la temporada,
menos duración tendrá, pero no significa que interfiera en la intensidad, más
bien, se tendrá un periodo más corto de lo normal en cuanto al número, señaló.
En promedio, la cantidad de ciclones
tropicales que suelen registrarse en el Atlántico son 10; de ellos, cinco o
seis llegan ha adquirir la categoría de huracán, y de éstos, dos o tres pueden
alcanzar una categoría mayor, sostuvo.
Para el Pacífico, la temporada
inicia el 15 de mayo, pero hasta el momento sólo se han declarado cuatro
ciclones; en este caso, se podría esperar un periodo normal, cercano a los 14 ó
16 ciclones, de los que seis podrían alcanzar la categoría de huracán y cuatro ser
mayores.
En ambos océanos, la mayor actividad
se registra en septiembre y octubre; se ha reportado que un ciclón tropical entra
a costas nacionales por el Atlántico y dos por el Pacífico, “pero podrían presentarse
más o menos”, apuntó el especialista.
En México las regiones más propensas
son
Un ciclón tropical se forma en una
zona de baja presión, en la que el viento circula en sentido contrario de las
manecillas del reloj en el hemisferio norte, y en el mismo sentido en el hemisferio
sur; se origina entre los Trópicos de Cáncer y Capricornio, es decir, a 23.5
grados de latitud norte y sur, respectivamente. Los que surgen fuera de estas
latitudes se les denomina ciclones extratropicales.
Se clasifican de acuerdo a la
intensidad de los vientos. Se consideran depresiones tropicales cuando alcanzan
hasta
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Foto 01
De los dos mil 443 municipios del país, sólo 25.9 por ciento tienen
registro de una a más de 40 inundaciones, señaló Oralia Oropeza Orozco, del Instituto
de Geografía de la UNAM.
Foto 02
Cuando se presenta El Niño en el Océano
Pacífico Ecuatorial, la cantidad de ciclones tropicales en el Atlántico tiende
a disminuir, dijo Enrique Azpra Romero, técnico académico del CCA.
Foto 03.
Un ciclón
tropical se forma en una zona de baja presión, en la que el viento circula en
sentido contrario de las manecillas del reloj en el hemisferio norte, y en el
mismo sentido en el hemisferio sur