Boletín UNAM-DGCS-485
Ciudad Universitaria
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REQUIERE PROBLEMA DEL AGUA SOLUCIÓN INTERDISCIPLINARIA Y PARTICIPACIÓN
DE
·
El inconveniente no radica en la cantidad, sino en la forma como se
extrae del subsuelo; en la insuficiencia de tuberías, llaves y bombas, y en la
falta de entendimiento del sistema hidrológico, dijo el investigador del IG de
·
El secretario técnico de Proyectos
Especiales del PUEC, Arsenio
·
Gian
En el Valle de México
el problema del agua es complejo e histórico y requiere una solución
interdisciplinaria con participación de los actores involucrados, incluida la
sociedad, coincidieron especialistas de
Mientras, la superficial (ríos y lagos) aunque es importante para el
ambiente, su menor presencia está sujeta a la lluvia y descargas del líquido
subterráneo.
Para
"Mucha del agua que extraemos está ahí desde hace miles de años,
tiempo en el que se movió desde su área de recarga, y hay que saber cómo extraerla.
Entendiéndola, se pueden hacer maravillas, no sólo para un abastecimiento de
calidad, sino para controlar efectos negativos en la superficie como la
erosión, el secado de lagos, humedales y manantiales, y el hundimiento",
acotó.
La disyuntiva no es sólo que la ciudad necesite agua, también radica en
dónde, cómo, de qué calidad y bajo qué condiciones. La dificultad real es la
insuficiencia de tuberías, llaves y bombas, y el poco entendimiento para usarla
en forma armónica en su relación con el ambiente y funcionamiento. “Eso ha
llevando a la situación que se vive”, sostuvo.
El secretario técnico de Proyectos Especiales del Programa
Universitario de Estudios sobre
En tanto, Gian
"En México cambian ligeramente los porcentajes, pero la tendencia
es similar; para 2030 el consumo nacional se incrementará 25 por ciento",
subrayó.
El origen
"Del agua había nacido, y de agua era, la gran ciudad de
Tenochtitlán. Diques, puentes, acequias, canales: por las calles de agua doscientas
mil canoas iban y venían entre las casas y las plazas, los templos, los
palacios, los mercados, los jardines flotantes, los plantíos. La conquista del
agua empezó siendo una guerra del agua, y la derrota del agua anunció la
derrota de todo lo demás. (…) Ahora, la ciudad de México muere de sed. En busca
de agua excava. Cuanto más excava, más se hunde. Donde había aire, hay polvo.
Donde había ríos, hay avenidas. Donde corría el agua, corren los autos",
escribió Eduardo Galeano en su libro Espejos.
Desde la llegada de los españoles, recordó González Reynoso, la
apropiación del territorio y la urbanización derivaron en la desaparición del
sistema lacustre con el que habían coexistido los pueblos prehispánicos.
Entonces inició la "resolución" del "problema", a
partir de obras de ingeniería como el llamado Tajo de Nochistongo, de 1607, que
consistió en la construcción de un túnel que sacaría del Valle de México sus
ríos más caudalosos, principalmente el Cuautitlán, y drenaría al mismo tiempo
el lago de Zumpango; luego vino la desecación de los de Chalco y Texcoco, entre
otros.
El coautor de ¿Guerra por el agua
en el Valle de México?, expuso que en la época de
De ese modo, abundó, habría que entender que la “escasez” que se vive
es artificial. Los primeros pozos que se hicieron en el centro de la metrópoli
provocaron hundimientos; para que eso no ocurriera y hubiera agua se ideó el
primer sistema de "importación" del líquido, desde Lerma, en el
Estado de México.
Cuando esa zona fue insuficiente, se construyó, en diversas etapas, el
sistema de suministro de Cutzamala, uno de los más grandes del mundo, "no
sólo por la cantidad de agua que transporta, sino por el desnivel (
Al respecto,
Tenía razón, en términos de infraestructura y energía, mover esa cantidad de agua a la ciudad es una locura, insostenible, opinó.
La construcción de ese sistema, indicó
Hoy, añadió, se considera que el Cutzamala abastece a
González Reynoso añadió que no se previó que el agua superficial, como
fuente de abastecimiento, es vulnerable a la variabilidad climática, lo que
para términos prácticos no sucede con fuentes subterráneas. Ese sistema está en
crisis porque los dos últimos años no ha llovido lo suficiente y las presas de
entrada no han captado suficiente líquido.
Tampoco se debe perder de vista que en México la cuestión del agua se
relaciona con un ordenamiento territorial “sin lógica”, precisó Delgado Ramos.
La mayor parte de la población se ubica en zonas semiáridas y con la
mayor altitud; 20 por ciento del total se concentra en el centro del país. En
contraste, la abundancia de agua superficial se halla en el sur-sureste, donde
los habitantes y la actividad económica no son los más grandes. Tales desfases
también se registran a escala regional y local, puntualizó.
Además,
dijo el también economista y doctor en Ciencias Ambientales por
Las personas
con bajo poder adquisitivo son las más afectadas, como en
Los
expertos coincidieron que las diferencias entre regiones han sido resueltas a
partir del paradigma de la ingeniería civil e hidráulica, de construcción de
acueductos, presas, sistemas de captación y distribución, o de pozos cada vez
más profundos.
No
obstante, dijeron, hoy se requiere de una visión no sólo multidisciplinaria,
donde arquitectos, ingenieros, hidrólogos o ecólogos hagan su parte, sino una
interdisciplinaria, donde todos ellos interactúen y participen junto con la población
que, en su mayoría, no reconoce el valor real del líquido, ni lo que se
requiere para tenerlo al abrir la llave.
Las
soluciones
A diferencia de otras partes del país o del mundo, donde por diversas razones se enfrenta el abasto de agua mediante un suministro racionado y el ahorro, en el Valle de México se ha aumentando la oferta, se construyen nuevas obras y se trae de más lejos. La lluvia se ha llegado a considerar una contrariedad, cuando podría captarse en cada casa un volumen que resolvería parcialmente el abasto.
Es
necesario, primero, plantear el problema, porque de otro modo las posibles
acciones no solucionarán la situación, expuso Carrillo Rivera, egresado de
Para González Reynoso, es necesario un cambio de paradigma, que vaya más allá del punto de vista de la ingeniería, donde la sociedad se autorregule y, con un mismo caudal asequible, el agua tenga mayor rendimiento, sea compartida con los ecosistemas y las poblaciones vecinas, a fin que perdure para las siguientes generaciones.
Según Carrillo Rivera, se pueden hacer compensaciones, manejo y gestión del recurso hídrico con la participación generalizada, para mejorar la situación actual. Además, no existe un programa de formación que permita, desde la niñez, formar conciencia de lo que se debe hacer.
Sobre el asunto,
Pensar en el problema es plantear una solución relacionada con la educación, con el ordenamiento territorial, la democratización, la apertura de canales de diálogo entre los actores, con buenas políticas públicas y su ejecución, agregó el investigador del CEIICH.
Una de las primeras acciones a tomar, refirieron los universitarios,
puede ser la reparación de fugas, pero no sólo en casas, sino en redes
primarias o de distribución, donde se estima que se pierde hasta 38 por ciento.
Visto así, el sistema Cutzamala repone sólo un tercio de las fugas, y si éstas
no existieran se tendría un caudal adicional.
Otra medida, opinó González, es la captación de agua de lluvia, intensa y abundante en esta zona, mediante el diseño de tecnologías que permitan almacenarla y distribuirla, como son las pequeñas presas en las partes altas de la urbe.
También, infiltrarla a los acuíferos para lo que se debe entender el ciclo hidrológico y aprovecharlo de manera racional. “Hasta hoy, cuando caen aguaceros, todo se va al drenaje y sale hacia Tula; ese caudal enorme podría ser aprovechado”, advirtió.
Todo el territorio nacional, acotó, está lleno de acuíferos; no obstante, el problema es la profundidad a la que se encuentran, la calidad del agua que contienen, y la extracción altamente ineficiente lo que ha redundado en los impactos ambientales.
De ahí la necesidad de saber cómo funciona para extraerla, de conocer cómo es su relación con otros componentes del ambiente para determinar no sólo cuál será la respuesta del líquido a la extracción, sino también predecir la respuesta de otros componentes del ambiente relacionados, como los ecosistemas, manantiales y humedales, dijo.
Otra acción puede ser reciclar el agua que se desecha, porque en la
actualidad, por ser muy costoso, no llega ni al 10 por ciento, expuso Delgado.
Además, limitar las grandes construcciones que contribuyen a los hundimientos y
crear nuevas zonas verdes.
A eso se puede sumar la reforestación, la protección de manantiales y el rescate de ríos contaminados. En resumen, una estrategia integral de toda la cuenca.
Por último, los investigadores señalaron que el aumento de tarifas no
resuelve el problema. Carrillo está de acuerdo con el cobro “justo” por el
servicio del agua, pero a cambio de calidad.
En tanto, Arsenio González explicó que sólo después del Metro, el agua
recibe el mayor subsidio. Como parte de una transformación cultural, el
ciudadano debe ser corresponsable de cuidar el líquido y valorarlo.
El aumento de tarifas no resuelve el problema, pero genera más dinero
para el manejo del sistema de la ciudad, y para lo tengan que quienes no acceden
al servicio, puntualizó.
Gian
Por ello, propuso un mecanismo consistente en un “bloque” gratuito, es decir, proporcionar a la población una cantidad para necesidades básicas, y a partir de ese consumo aplicar tarifas, hasta un tope de consumo para evitar el despilfarro.
El consumo mayor no está en los hogares, sino en sectores como el agrícola e industrial que, incluso, tienen cuotas preferenciales “porque hay que incentivar la economía”; que la gente ahorre agua está bien, pero eso no es suficiente, concluyó.
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Del total del agua que se consume a nivel mundial, 65
por ciento se destina a la agricultura,
Foto 03.
Arsenio