Boletín UNAM-DGCS-456
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PROPONE OCEANÓGRAFO
DE
Para conocer las condiciones del mar antes de nadar en sus aguas, el
investigador del Centro de Ciencias de
Semejante al pronóstico del tiempo que cada día informa sobre las
condiciones climáticas por regiones, este servicio permitiría evitar accidentes
como los ocurridos hace unos días por el crecimiento de olas, de entre tres y
cinco metros, que llegaron a la costa causando la muerte de varias personas,
señaló el también jefe del Servicio Mareográfico Nacional.
Se tiene el conocimiento y la tecnología para hacerlo, pero tendría que
ser un anuncio operacional, más específico para ciertas zonas. “Se podría iniciar
en el Pacífico mexicano y hacer una predicción regional que luego se
particularice en cada playa turística, con 24 y hasta 72 horas de anticipación”,
sugirió.
El doctor en oceanografía física señaló que para lograr un pronóstico
operacional se requieren modelos de oleaje y una coordinación adecuada entre
los científicos del área, los comités de playa y el Centro Nacional de
Prevención de Desastres (Cenapred).
“Se podría instalar una bandera roja o amarilla en caso de riesgo y en
cada playa turística habría indicadores de la contaminación, el oleaje y las
corrientes de retorno, para que cada persona decida si ingresa o no al mar”,
señaló.
Olas gigantes
Sobre el fenómeno ocurrido hace algunos días en zonas de recreo en el país,
cuando a varias playas llegaron olas gigantes de entre tres y cinco metros de
altura, el investigador del CCA recordó que no fue un evento extraordinario,
pues en abril de 2007 hubo marejadas similares en las costas del Pacífico
mexicano, aunque fueron menos notorias porque no ocurrieron en periodo vacacional.
Estos fenómenos ocurren cuando la superficie del mar está perturbada
por olas de tres o más metros de altura. “Se producen por el esfuerzo del
viento sobre la superficie del océano. No son resultado de ninguna corriente o
contracorriente, como han difundido algunos medios de comunicación”, aclaró
Zavala.
Fueron ocasionadas por dos factores: vientos muy fuertes que viajaron
miles de kilómetros desde el Pacífico Sur, y la angosta plataforma continental que
caracteriza a las costas de Oaxaca, Guerrero y Michoacán.
“La corriente, cuando es intensa, sopla sobre un área grande y lo hace por
un largo periodo de tiempo, produciendo oleaje cada vez mayor. Las olas que se
forman cuando el viento ha soplado por varios días, y que generan muchas olas
pequeñas que se van organizado, se llaman marejada o mar de fondo, término que
se refiere no a la profundidad del mar, sino a que se originan en aguas
alejadas de la costa”, acotó.
El investigador recordó que los huracanes son los fenómenos que generan
el oleaje más grande y fuerte que rompe en
Otros fenómenos atmosféricos que provocan marejadas son las tormentas
extratropicales, que tienen un tamaño mucho mayor que el de los ciclones
tropicales, aunque sus vientos son menos intensos. “Son muchísimo más intensas,
de cientos o quizá miles de kilómetros, y son comunes en otoño e invierno”,
comentó Zavala Hidalgo.
Mientras en esta región del mundo se vive el verano, en el hemisferio
sur están en invierno, y son comunes ese tipo de tormentas que viajan largas distancias
y tienen una vida de tres y hasta siete días, en los que se desplazan miles de
kilómetros a lo largo de los cinturones de latitud.
“Estas marejadas se dirigen en varias direcciones, comúnmente hacia
Hawai, o en México a las playas de Oaxaca, cercanas a Puerto Escondido, sitios
buscados por los surfistas. Pero esta vez, las marejadas llegaron también a
Guerrero y Michoacán, que comparten con Oaxaca una angosta plataforma
continental, lo que produjo olas de gran intensidad que llegaron a la playa”,
concluyó.
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Para lograr un
pronóstico operacional se requieren modelos de oleaje y una coordinación
adecuada entre los científicos del área, los comités de playa y el Cenapred,
consideró