Boletín UNAM-DGCS-369
Ciudad Universitaria
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Los
manglares del litoral de Tabasco están muriendo porque se agravó la erosión y sedimentación
en las costas por el impacto antropológico, informó
De
forma natural, hay lugares donde se registra regresión o retroceso del litoral,
o donde los ríos cercanos no aportan sedimentos a la costa, favoreciendo la
erosión por el oleaje de las mareas. “El mar se come la arena”. Aunque también
puede ser que la tierra gane terreno al océano, en especial cuando los
afluentes o las corrientes submarinas facilitan la acumulación de material
sólido. “Esto permite que se construya el litoral”, añadió.
Se
trata de una serie de procesos físicos y geomorfológicos que mantienen un
delicado equilibrio y que se suceden en un “vaivén”; sin embargo, cuando el
hombre interviene, sea cambiando el uso de suelo o construyendo obras de
ingeniería, el ecosistema se altera.
Por
un lado, la sedimentación provoca problemas de salinidad, inundaciones y
subsidencia, y por el otro, la erosión hace que desaparezcan caminos, puentes y
construcciones. Ambos procesos constituyen una amenaza para los manglares.
La
investigación —realizada por integrantes del Departamento de Geografía Física—
consistió en analizar el fenómeno en el lapso comprendido entre 1995 y 2008, con
la finalidad de precisar las tasas del avance transgresivo de Tabasco. Los datos
fueron obtenidos al determinar cuántos metros se adelanta o retrocede el
litoral, cómo se produce el desajuste en el ecosistema y qué tanto impacta la
influencia antropogénica.
A
partir de estos análisis, se determinó que donde hay más sedimentación es en la
desembocadura del río Usumacinta (se alcanzaron
También
se constató que la zona de Sánchez Magallanes ya no cuenta con manglares y en
las lagunas del Carmen y Machona su fin es inminente debido
a que este hábitat es sumamente vulnerable a cambios de temperatura o salinidad.
“Se
observó que en unos lugares se concentran más rápidamente los sedimentos y en
otros la acumulación es más lenta porque la costa es dispareja”, y esto se ha
traducido en la muerte de palmeras en la zona, indicó Figueroa Mah-Eng.
Para
enmendar esta situación es factible recurrir a obras de ingeniería como los espigones
(barras artificiales de roca), que promueven una depositación artificial que
evita que el mar erosione la playa, concluyó.
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Foto 01.
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