Boletín UNAM-DGCS-366
Ciudad Universitaria
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AUMENTA
De las aproximadamente seis mil 140 especies de anfibios que existen en
el planeta, con 351 México ocupa el quinto lugar en diversidad; pero está en el
segundo sitio respecto a variedades amenazadas, advirtió Margarita Garza
Castro, investigadora de
Tanto en el país como en el resto del mundo, los anfibios —que agrupan
a ranas, sapos, salamandras y cecilias— están en riesgo, porque al menos tres
mil especies están en peligro de extinción, según datos de
En la teleaula de Universum,
Museo de las Ciencias, la maestra en ciencias ofreció ante alumnos presenciales
de
Las principales amenazas para estos animales que habitan
Otros daños letales son la sequía, el cambio de patrones climáticos, la
acidificación, el uso de fertilizantes químicos que producen malformaciones en su
descendencia, y el ataque de hongos y bacterias que los asfixian al infectar su
piel, órgano por el que respiran.
A todos estos factores adversos, se agrega la dificultad para que los
anfibios se reproduzcan en cautiverio, estrategia que en otras especies permite
detener la extinción.
Semejanzas y diferencias
La académica de
“Es común verlos en
pantanos, cercanos a zonas de agua dulce o en bosques muy húmedos, pero su
reproducción la realizan en cuerpos acuíferos”, detalló.
Aunque hay variables
notables entre la fisonomía, los colores y los tamaños de los anfibios, todos
tienen piel acuosa y pegajosa, fundamental para que respiren. Su epidermis se
constituye de glándulas que aportan humedad y una sustancia antibactericida que
los protege de patógenos externos.
Otra característica
común es la presencia de párpados en sus ojos. “Son de diversos tamaños. Hay
ranas con ojos enormes y cecilias en las que apenas se distinguen, pero todos
tienen una visión a colores”, precisó.
Las tres órdenes de
anfibios también tienen diferencias: las ranas y sapos (orden Anura) carecen de cola, respiran con
pulmones, cuentan con cuatro extremidades y variaciones en las glándulas y el
tipo de piel, en general húmeda y lisa.
Las salamandras
(orden Caudata) tienen cuatro
extremidades cortas y una cola prominente. Algunas no poseen pulmones y
respiran por la piel.
Finalmente están las
cecilias (orden Gymnophiona), que
carecen de patas, sus ojos son reducidos porque viven enterradas en los
pantanos, poseen un tentáculo sensorial para ubicar a sus presas, y tienen escamas
dérmicas, como los reptiles.
La investigadora
destacó que el declive de las poblaciones de anfibios ha ocasionado la
extinción de algunas especies, y la disminución de individuos dentro de las
poblaciones.
La afectación que
el ser humano ha causado a estas especies ancestrales ha sido al modificar y
destruir sus ecosistemas naturales, porque fuera de ellos no pueden sobrevivir.
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Foto 1
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Margarita Garza indicó que un gran obstáculo para la
preservación de los anfibios, es que éstos difícilmente se reproducen en
cautiverio.