Boletín UNAM-DGCS-302
Ciudad Universitaria
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EL SONÁMBULO PUEDE TENER ACTIVIDAD SEXUAL
Y NO RECORDARLO
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La sexomnia provoca que un individuo tenga este tipo
de actividad mientras duerme, refirió Reyes Haro Valencia, de
·
Este trastorno se presenta cuando el sujeto está en la
tercera etapa del sueño
·
Los afectados no
están al tanto de sus actividades porque no son conscientes de sus actos
Hay quienes
dormidos tienen actividad sexual, un padecimiento recientemente descrito,
denominado sexomnia, variante del sonambulismo, explicó el investigador de
Este
fenómeno se presenta en la tercera etapa del sueño. “Es probable que se ingrese
al lapsus donde usualmente las personas se excitan. En esta etapa puede haber una respuesta sexual y éste parece ser el
mecanismo fisiológico que despierta el deseo en algunos noctámbulos”, indicó.
Haro Valencia indicó que una de las características de este
trastorno, similar al sonambulismo, es
que los individuos no recuerdan lo ocurrido porque no son conscientes de sus
actos, no pueden describirlos y con frecuencia se sorprenden cuando alguien más
se los recuerda.
Mucho más que un sueño
El sonambulismo pertenece al grupo de las parasomnias,
estado en el que conviven, de forma simultánea, dos condiciones fisiológicas
aparentemente antagónicas: el sueño y
Por esta razón, los afectados tienen una
expresión extraña y pueden pasearse, con movimientos flácidos, con los ojos
entreabiertos y mirada inexpresiva
(aunque también es factible que los mantengan cerrados). Son capaces de
ejecutar acciones simples como sentarse, hablar o buscar algún objeto, y otras
más elaboradas, como salir de la recámara o a la calle, ducharse, subir y bajar
escaleras, o incluso tener actividad sexual
El
académico señaló que ésta no es una psicopatología,
pero si este patrón se repite en más de tres ocasiones por semana, o varias
veces en una noche, el paciente debe tomar medicamentos que le ayuden a inhibir
estas activaciones corporales.
Algunos factores que inducen el sonambulismo
son el insomnio, los desvelos, el ronquido, la genética y el consumo nocturno
de alcohol y cigarro. Cuando a alguien se le detecta esta alteración, debe ser
sometido a un estudio polisomnográfico para descartar una posible epilepsia
nocturna, provocada por una anormalidad cerebral que hace que la persona se
incorpore y se muestre activa, pero con convulsiones.
La afección también puede ser confundida con un trastorno
conductual del sueño MOR (siglas de movimiento ocular rápido). En esta etapa,
se cae en un estado intenso de relajación. Pero hay quienes no experimentan la
inhibición muscular y actúan lo que sueñan, con la peculiaridad de que al otro
día rememoran sus visiones oníricas. “En el caso del sonambulismo es importante
que no haya recuerdos para confirmar este diagnóstico”, explicó.
Hay otra variante de esta parasomnia
denominada “terror nocturno”, donde las personas se levantan de la cama con una
conducta defensiva o tendencia a la huida, como si algo los atacara, y pueden
despertar llorando o agitados.
Anatomía de lo onírico
Al dormir, el ser humano pasa por cuatro
etapas: la primera y la segunda, se conocen como “sueño ligero”, porque aún se
puede percibir lo que sucede en los alrededores.
En la fase tres, se experimenta descanso
físico; además, se producen hormonas como la de crecimiento o saciedad. En la
cuarta, se perciben imágenes oníricas y se produce movimiento ocular rápido.
Haro Valencia mencionó que en México, el 0.2
por ciento de los adultos tiene alguna parasomnia, mientras que el 0.5 por
ciento de la población de entre cuatro y ochos años de edad la ha padecido.
Normalmente, este trastorno es común en los
infantes porque hay una inmadurez en los centros cerebrales que disocian un
estado de otro. Con el paso de los años, se observa una disminución en la
frecuencia de estos actos, porque al llegar a la adolescencia la mente y el
cuerpo maduran completamente y el noctambulismo desaparece.
“Es la historia natural de este trastorno,
pero si un sujeto mayor es sonámbulo hay que asegurarse que el problema no sea
ocasionado por un detonante neurológico”, dijo el investigador Haro Valencia.
El también
director de
Aunque no suelen hacerse daño, es deseable que los
sonámbulos pernocten en un colchón a ras de suelo o eviten que sus camas sean
altas; cuando el durmiente comience a realizar actividades se debe conservar la
calma y regresarlo al lecho.
Haro Valencia comentó que los trastornos de sueño son
menospreciados en México y que sólo se recurre a un especialista cuando el
episodio es frecuente; el insomnio provocado por factores ambientales,
laborales, académicos, económicos o familiares exacerba el sonambulismo, concluyó.
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