Boletín UNAM-DGCS-112
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boletín
LA METEORITA ALLENDE ES
Allende es la meteorita más
antigua que se conoce, pues precede al Sistema Solar y, después de 40 años de
su caída en México, aún es la roca más estudiada, destacó Fernando Ortega
Gutiérrez, investigador del Instituto de Geología (IGL); es la condrita carbonosa de mayor volumen que se
ha encontrado en el planeta.
El académico destacó que Allende
es un vestigio de la química de rocas en su forma más primitiva, y si se
excluyen las sustancias volátiles como el hidrógeno, el helio, el oxígeno y el nitrógeno,
su composición es semejante a la del Sol y
Se han realizado experimentos donde se han fundido estos materiales y se
han obtenido proporciones semejantes a las de un núcleo de fierro, níquel, un
manto de magnesio, silicio, hierro y una corteza donde se concentran elementos
ligeros.
“Si Allende pudiera derretirse
daría lugar a una Tierra en miniatura, dado que en apenas 500 mililitros (el
volumen de un pedrusco) sintetiza la composición entera del planeta”. Por ello,
este cuerpo permite tener “al mundo entero en medio litro de roca”.
Éste, que es el objeto más antiguo jamás hallado, cayó el 8 de febrero
de
Se ha calculado que tiene una edad de cuatro mil 568 millones de años.
“Hasta el momento no se ha hallado otra pieza de orígenes tan remotos”.
Por ello, el propósito de la conferencia La meteorita de Allende: el
registro cristalino más antiguo del Sistema Solar, que se realizó en el
auditorio Tlayótl del Instituto de
Geofísica, fue analizar sus características mineralógicas y petrológicas, pues
éstas la han hecho la roca más estudiada en la historia.
Para esto, alrededor de dos mil kilogramos fueron extraídos en los
primeros meses y, en la actualidad, se han recuperado cinco toneladas. Su
estructura –explican los expertos– está conformada por icas, condros y una
matriz.
Las icas, abundó el especialista, son inclusiones ricas en calcio y
aluminio con una serie de isótopos que tienen vida corta, es decir, que están
extintos, pero que ponen de manifiesto que hubo materiales más antiguos de los
que se tenía noticia.
Respecto a los condros, continuó, son objetos líticos de origen ígneo,
subesféricos y milimétricos, es decir, son los primeros productos en que se
condensó y cristalizó nuestro entorno planetario.
También se aprecia la presencia de fulerenos, partículas que no se
habían encontrado en rocas naturales y que sólo se habían sintetizado en laboratorio.
Además, se detectó exceso de oxígeno, lo que implica procesos
premolares, pues estos isótopos se forman en eventos de núcleo-síntesis (en
estrellas que estallan en forma de novas o supernovas).
Este tipo de inclusiones, llamadas MASHI, son extrañas y se caracterizan
por estar unidas a elementos refractarios, como el aluminio y magnesio, y a
volátiles como los saluros y el sodio.
También se detectaron piroxenas ricas en manganeso, algo inédito.
La meteorítica, explicó Ortega Gutiérrez, se refiere fundamentalmente a
los procesos y condiciones físicas y químicas que registraron los cuerpos
espaciales antes y durante el origen del Sol y los planetas.
Los parámetros a considerar por quienes se dedican a esta disciplina son:
las temperaturas registradas mientras se formaba el Sistema Solar (que en sus
etapas iniciales eran de
El científico explicó que, en condiciones próximas al vacío,
coexistieron cuerpos en estado gaseoso, cristalino y vítreo, y respecto a la
composición de éstos, comprendía elementos como los isótopos, minerales y rocas,
aunque también hubo prevalencia de hidrógeno.
En ese periodo las velocidades se medían en m/s y hasta k/s, y se dieron
reacciones químicas entre gases y gases sólidos. Además, el conteo de los
tiempos iba desde segundos hasta millones de años.
El proceso fundamental en el estudio de la meteorítica es la
microsíntesis, es decir, la detección de partículas premolares, así como de los
isótopos que contienen los meteoritos.
La condensación, prosiguió Ortega Gutiérrez, fue la primera etapa, pues
abrió paso a la acumulación de gas y polvo, que originalmente constituyó la
nube molecular de la que se precipitó el Sistema Solar. La aglomeración de
estas partículas, con inclusiones ricas en calcio y aluminio, así como la
matriz, “son las primeras evidencias de estos procesos”.
Después, ocurrió la cristalización-fusión, que derivó en los componentes
fundamentales de las meteoritas, donde a partir de la “apresión”, los condros y
la matriz se complementaron y formaron rocas conocidas como condritas (grupo al
que pertenece Allende).
Para concluir, el investigador destacó que Allende es el cuerpo mineral más estudiado, pues se le han dedicado
más de cinco mil publicaciones; le sigue Murchison
(en Australia), que ha llamado la atención por contener gran cantidad de aminoácidos
que asemejan las condiciones iniciales de la evolución prebiótica de la
materia, y finalmente está Chicxulub, que aunque es un cráter localizado en
-oOo-
Foto 1.
Por sus características minerales, que
arrojan luz sobre la formación del Sol y
Foto 2:
El investigador Fernando Ortega Gutiérrez
explicó que el análisis de la meteorita permite entender qué procesos químicos
se dieron antes de la creación del Sistema Solar.