06:00 hrs. 29 de Enero de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-058

Ciudad Universitaria

 

 

Dennis Carr

Pie de foto al final del boletín

INVESTIGADORES DE LA UNAM ANALIZAN EL MAPA BEINECKE

 

  • Se trata de un documento pictográfico del siglo XVI que, al parecer, fue usado para asignar tierras en la cuenca de México
  • Tres investigadores de la UNAM forman parte del grupo de trabajo que busca descifrar su significado
  •  Es una de las más antiguas representaciones que se conocen de la cuenca de México.

 

Investigadores de la UNAM colaboran en el análisis del mapa Beinecke, que reproduce pictográficamente una zona de la cuenca de México del siglo XVI.  Según los estudios realizados, es probable que date de 1565 y sea el registro de un área dentro de la jurisdicción colonial de Tenochtitlán.

 

Se trata de una de las más antiguas representaciones que se conocen de la cuenca de México.

 

El equipo encargado de descifrar el pictograma está conformado por especialistas como Diana Magaloni Kerpel, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, quien se ha enfocado a determinar materiales, procedimientos y posibles significados de esta carta geográfica. A su vez, Pablo Escalante Gonzalbo, también del IIE, se ha dado a la tarea de analizar cuál es la probable ubicación de esa escena.

 

Por su parte, la investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA), María Castañeda de la Paz, se encarga de estudiar históricamente el mapa.

 

También colaboran en esta tarea, el curador del Museo de Bellas Artes de Boston, Dennis Carr, al igual que los investigadores Bárbara Mundy y Gordon Whittaker, de las universidades de Fordham y Gottingen, respectivamente. El equipo es encabezado por la catedrática estadounidense Mary Miller, actual decana de la Universidad de Yale.

 

El mapa mide 178 centímetros de largo por 71 de ancho y está trazado en varios colores sobre papel de fibra de amate, material comúnmente utilizado en los manuscritos mexicanos de mediados del siglo XVI. Hoy se conserva plano, pero por las marcas en su superficie, se observa que durante algún tiempo permaneció doblado.

 

En la conferencia realizada en el IIA, se explicó que el documento es heredero de la tradición prehispánica, que fue sometido a actualizaciones y que, por su gran tamaño, sirvió para consulta pública. El hecho de que nunca haya sido traducido por completo, indica que probablemente permaneció en una comunidad local y nunca llegó al gobierno central de la Nueva España.

 

El manuscrito colonial, que consigna algunas prácticas de la época, fue dibujado con mucho detalle para registrar propiedades y personas. Parte del mapa exhibe una cuadrícula en la que se aprecia la división de 160 parcelas; al parecer fue usado para asignar tierras.

 

En el lado derecho del mapa, se aprecian siete divisiones de chinampas, perfiles de rostros y siluetas de hombres y mujeres lo que, probablemente, significa que esos terrenos originalmente pertenecían a una o dos personas y luego fueron reclamados por un grupo numeroso de individuos. Así, se revela la necesidad de mantener actualizados los registros de propiedad comunitaria.

 

El mapa también es un catálogo de los recursos de la zona, como se desprende del hecho que, en el margen inferior, se aprecia una franja que representa, de forma abstracta, olas y corrientes que fluyen a través del sistema de canales que alimenta a los campos, pues el control de agua siempre ha tenido un papel importante en la historia de la ciudad de México.

También hay símbolos que representan formaciones naturales de rocas, montañas o colinas. En la parte superior, hay un pictograma de una iglesia acompañada por una fila de siete casas y del lado izquierdo del mapa, están representados los dignatarios que gobernaron Tenochtitlán, después de la muerte de Cuauhtémoc.

 

Desde 1975, se encuentra en la biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale. Al parecer, nunca ha sido publicado ni incluido en ningún catálogo de manuscritos coloniales mexicanos. La imagen del mapa está disponible en línea: beinecke.library.yale.edu/dl_crosscollex/SearchExecXC.asp

 

Una descripción hecha a mano que data de 1880, indica que pudo pertenecer al coleccionista, mercader e historiador del arte Wilson Wilberforce Blake, un estadounidense que vivió en México a finales del siglo XIX y principios del XX.

 

Blake describió el documento como un mapa de la ciudad de Tlalpan un poco antes de la Conquista, en 1530; sin embargo, los investigadores consideran errónea esta suposición. El mapa era parte de una colección en EU, en 1952, y fue vendido a la biblioteca Beinecke, de la Universidad de Yale por un coleccionista de libros.

 

Este mapa indígena, es un testimonio de las tradiciones nativas y su escritura, y una ventana a un periodo específico de la historia colonial que, sin la representación a través de dibujos, se hubiera perdido.

 

 

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Foto 01

Además de servir como un registro de propiedad, el mapa también consigna qué tipo de productos se cultivaban en las parcelas y chinampas de la zona.

 

 

Foto 02

El documento, que nunca ha sido incluido en ningún catálogo de manuscritos coloniales mexicanos, fue vendido en 1975 a la biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale.

 

 

Foto 03

Los dibujos no sólo representan a los habitantes del lugar y sus terrenos, sino a los gobernantes que estuvieron a cargo de esta zona jurisdiccional de Tenochtitlán.

 

 

Foto 04.

El equipo, integrado por Dennis Carr, Diana Magaloni, Mary Miller, Barbara Mundy y María Castañeda, busca descifrar el pictograma y entender mejor la organización social de la Nueva España del siglo XVI.