12:30  hrs. 25 de Diciembre de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-808

Ciudad Universitaria

 

 

María Teresa Gutiérrez Alanís

Pie de fotos al final del boletín

 

EL USO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS, PROVOCA ESTRÉS EN TRABAJADORES

 

·        El tecnoestrés produce incapacidad física y aislamiento en los empleados, señaló la académica de la FP de la UNAM, María Teresa Gutiérrez Alanís

·        Se presenta cuando la persona siente angustia, tensión, nerviosismo y sofocación por no saber manejar los nuevos equipos electrónicos y de comunicación, dijo

·        De acuerdo con el IMSS, en México 25 por ciento de la población de entre 25 y 55 años de edad sufren ese padecimiento

 

Aunque la tecnología es una herramienta que facilita los procesos de trabajo, y hace las labores más fluidas, también puede provocar estrés en el empleado, al grado de incapacitarlo física y/o psicológicamente, afirmó la profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, María Teresa Gutiérrez Alanís.

 

Cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social estiman que en México 25 por ciento de la población de entre 25 y 55 años de edad, padece tecnoestrés, que se manifiesta con inquietud, cambios repentinos de carácter, irritabilidad, angustia y aislamiento, lo que deriva en una vida disfuncional.

 

Se presenta cuando la persona siente angustia, tensión, nerviosismo, sofocación y apabullamiento por no saber manejar los nuevos equipos electrónicos y de comunicación.

 

El estrés, explicó la psicóloga, es un padecimiento que puede ser causa de otros y, al mismo tiempo, es una respuesta que responde a las exigencias del entorno. En el ámbito laboral, está en función de una demanda que excede la capacidad del trabajador para enfrentar sus tareas.

 

La respuesta a la tensión es personal, y tiene que ver con la valoración de cada individuo respecto a lo que se le pide, y los recursos que tiene para responder, subrayó.

 

Por lo regular, acotó, cuando se enfrenta a una situación que le provoca cierta inquietud, afronta dos salidas: actuar y resolver el problema, o no hacerlo y entrar en conflicto.

 

La ansiedad ocasionada por la inclusión de tecnologías en el quehacer, tiene que ver con la sensación de cambio, y exigirá desde nuevos aprendizajes y rutinas, hasta otras formas de relacionarse con el entorno laboral, pues esas herramientas facilitan la vida, pero también exigen ciertas habilidades para poder utilizarlas.

 

Suelen impactar porque los empleados cometen más errores y, por lo tanto, son más propensos a sufrir accidentes. Además de los padecimientos derivados del estrés, el trabajador puede aislarse, o no incorporarse al uso de los nuevos procesos.

 

El tecnoestrés no tiene que ver con la interacción con un aparato, a menos que el fin de éste sea desplazar al individuo; aquí, precisó Gutiérrez Alanís, la verdadera fuente de malestar es el proceso de adaptación.

 

La reacción que se tenga, abundó, dependerá de la familiaridad que se tenga con las herramientas; las generaciones de jóvenes y niños ya están incorporadas, pero la gente mayor suele no concebir la mejoría y simplificación de un proceso.

 

Por ello, se debe desarrollar una labor eficiente de capacitación y convencimiento; los empleados deben entender que la tecnología no es lo más importante, sino un instrumento que enriquecerá, mejorará y, en muchas ocasiones, facilitará su labor, concluyó.

 

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Foto 01.

 

Para lograr la inserción del empleado en el uso de nuevas tecnologías, se debe hacer una labor de capacitación y convencimiento, indicó María Teresa Gutiérrez Alanís, de la FP de la UNAM.