Boletín UNAM-DGCS-658
Ciudad Universitaria
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PREOCUPANTE,
Si sus hijos le dicen no
manches, o que la situación está cañona, no se alarme, es sólo una moda
lingüística de los jóvenes; lo preocupante es la enseñanza del español en el
sistema educativo mexicano, consideró la académica del Instituto de
Investigaciones Filológicas (IIFL) de
El problema no radica en cómo
se habla, sino en factores como la lealtad y amor a la lengua materna; a varios
padres de familia de los estratos medio y alto de la sociedad, les interesa más
que sus descendientes aprendan inglés, incluso antes que el español, lo que implica
un sometimiento de los valores culturales.
“Se puede argumentar que la
globalización exige abrirse al mundo, pero no se debe perder la identidad
nacional, y parte de ella se conforma, justamente, por la lengua”, alertó.
Hoy se considera que los
adolescentes poseen un léxico pobre, pues el número de palabras que utilizan para
expresarse es restringido, pero satisface sus necesidades de interacción; el
problema radica en el manejo deficiente de las habilidades comunicativas del
español, desde la educación básica, agregó.
En 1987, cuando en el IIF
arrancó el proyecto La enseñanza del español como lengua materna, las
preocupaciones centrales de los especialistas eran la ortografía, la madurez
sintáctica y la riqueza léxica de los escolares de primaria.
En 2005, allí mismo se echó a
andar el proyecto La enseñanza del español en México, donde se anexaron las
inquietudes de ¿saben leer los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato?,
¿entienden lo que escuchan?
El proyecto MADEMS, apoya a
los docentes
Ante el panorama,
Con ello,
“Es frecuente toparse con alumnos
de lengua y literatura hispánicas que no quieren ser catedráticos, pues no
encuentran mérito; se ha menospreciado la docencia del español a tal grado que
se piensa que cualquier hablante está capacitado para enseñarlo”, acotó.
En las escuelas Nacional Preparatoria,
y colegios de Ciencias y Humanidades, de
“Con los alumnos se trabaja la
oralidad, pues se ha encontrado que no tienen el hábito de la lectura en voz
alta, y que dedican poco tiempo a
En tanto, el chat es la
versión escrita de la oralidad, que les permite obtener, con el mínimo de
elementos, el máximo rendimiento comunicativo, y se convierte en problema cuando
es la única opción. Por ello, es fundamental atender la enseñanza de la lengua,
pues así, el ser humano puede manifestar sus deseos, se apropia de la realidad,
se crea y se recrea.
Cuando alguien no logra el
dominio de la lengua materna, el mundo se reduce y, con él, la cultura y “lo
importante es formar ciudadanos que puedan entender la intención de los
mensajes, que no sean susceptibles de manipulaciones, que hagan de su lengua la
principal arma para conocer, crear y pensar”, concluyó.
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Los jóvenes no
tienen el hábito de la lectura en voz alta, y dedican poco tiempo a la
conversación; al parecer, las palabras no les sirven, dijo Gloria Estela Báez,
del IIFL de la UNAM.