13:00  hrs. 3 de Septiembre de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-560

Ciudad Universitaria

 

Marcos Adrián Ortega

Pie de fotos al final del boletín

 

 

DISEÑAN EN LA UNAM EQUIPO CAPAZ DE PREVENIR MALES ASOCIADOS CON GASOLINAS Y SOLVENTES

 

 

El Laboratorio Móvil de Rastreo de Contaminantes en el Subsuelo, desarrollado en el Centro de Geociencias de la UNAM, en Juriquilla, Querétaro, busca proteger a la sociedad de enfermedades asociadas a gasolinas y solventes clorados, dijo el investigador Marcos Adrián Ortega Guerrero.

 

La unidad, indicó, permite conocer cómo se encuentran distribuidos ambos compuestos, para instrumentar metodologías de limpieza del subsuelo y del agua subterránea. Además, detecta contaminantes orgánicos, tanto en la zona que se denomina parcialmente saturada, como en mantos ocultos a pequeñas profundidades.

 

Los elementos ligeros que se pueden medir son la gasolina y el diesel; y los pesados son los solventes clorados, que dañan, principalmente, a los acuíferos. Ambos son cancerígenos. “El equipo ayuda a ubicarlos para crear un mapa tridimensional de la distribución, dirección y velocidad a la que se trasladan”, argumentó.

“Algunos sustancias de las gasolinas llegan al agua profunda mediante fugas en tanques de almacenamiento, o por derrames accidentales, como pipas volcadas; se filtran al subsuelo hasta llegar al nivel freático, y debido a que son más ligeros que el vital líquido, flotan”, precisó el también asesor del posgrado de la Facultad de Ingeniería.

 

Los solventes clorados, por el contrario, se van al fondo, y son más peligrosos, pues dado que penetran con mayor velocidad, contaminan en menor tiempo. Por eso, se desarrolló el Laboratorio Móvil, señaló el investigador, para proteger a la sociedad de enfermedades asociadas a los contaminantes y saber cómo están distribuidos para instrumentar métodos de limpieza.

 

El académico de la Facultad de Química, Benjamín Ruiz Loyola, detalló que la gasolina es una mezcla de varios compuestos, algunos sumamente dañinos para la salud de los seres humanos, animales y plantas; como el benceno, tolueno, etilbenceno y los xilenos.

 

El benceno por inhalación, ingestión o penetración cutánea, puede producir cáncer o aumentar su incidencia; además, tiene propiedades mutagénicas, como alteraciones en el material genético de las células.

 

Los solventes clorados, por su parte, son nocivos por sus aplicaciones en el desgrase de metales, y en tintorerías. “Ambas mezclas tienen cierto grado de toxicidad y, por ello, se debe tener cuidado con la ingestión o el contacto, pues pueden provocar problemas hepáticos, estomacales, intestinales, renales, e inclusive de tipo reproductivo”, acotó.

 

También son capaces de disolver las grasas del cuerpo, es decir, dejan sin protección la zona afectada, “forman una mancha blanca que arde como una quemadura y pueden provocar dermatitis. Los más afectados son los niños, subrayó.

 

El equipo ya fue probado en la ex Refinería 18 de Marzo, en Azcapotzalco y se logró conocer la distribución de gasolinas y diesel derramados por accidentes pasados, agregó Ortega Guerrero.

 

Para rastrear los compuestos de las gasolinas, continuó, se siguen tres fases: la residual, el vapor y la disuelta; la última es la más conflictiva, pues a través de ella se filtran los contaminantes al agua y al subsuelo. “Es similar al proceso de disolución del azúcar en el líquido; con el tiempo, se diluye completamente y quedan combinados”.

 

El también catedrático del curso Geohidrología de Contaminantes, anunció que en la actualidad se trabaja, junto con la Universidad de Waterloo, Canadá, y un par de universidades de EU, para estudiar los efectos del etanol inyectado en las gasolinas. “Con ese oxigenante se pretende sustituir al Metilterbutileter (MTBE), utilizado en los hidrocarburos, causa principal del enviciamiento del subsuelo en varias naciones; además no es biodegradable”.

 

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Foto 01.

 

Marcos Adrián Ortega, investigador del Centro de Geociencias de la UNAM, comentó que los contaminantes de las gasolinas llegan a los mantos freáticos por fugas de tanques o por derrames accidentales.

 

 

Foto 02

 

El Laboratorio Móvil de Rastreo de Contaminantes en el Subsuelo detecta elementos orgánicos dañinos, para instrumentar metodologías de limpieza en el subsuelo y en mantos acuíferos.

 

 

Foto 03

 

Los niños son los más afectados por la nocividad de las gasolinas y los solventes clorados, aseguró Benjamín Ruiz Loyola, de la FQ de la UNAM.