Boletín UNAM-DGCS-482
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EXPLICAN
CIENTÍFICOS
·
Expertos de
·
La investigadora del IGf,
Xyoli Pérez Campos, encabeza el proyecto Experimento
de Subducción Mesoamericana
·
Algunos de los resultados se han dado a
conocer en prestigiadas revistas como Geophysical Research Letters y Seismological Research Letters
Científicos de los
institutos de Geofísica (IGf) de
La investigadora del IGf, Xyoli Pérez Campos, quien
encabeza el proyecto Experimento de Subducción Mesoamericana (MASE, por sus
siglas en inglés), expuso que hasta ahora se desconocía lo que pasaba con la
placa de Cocos, si seguía por debajo, si se rompía o cuáles eran sus
características.
Se corroboró que
entra con un ángulo pequeño, de alrededor de 15 grados, pero llega un momento
en que se hace prácticamente horizontal. Este hecho sucede en pocas partes del
mundo como Perú, Chile y Japón, reveló.
"Lo peculiar es
que en la zona de México se registre a baja profundidad, unos
Sin embargo, eso no
ocurre. Se observan otra serie de fenómenos: entre la corteza continental y la
placa que se incrusta, existe una zona de "lubricación" que permite
un deslizamiento más fácil y disminuye el potencial sísmico. Después de esta
región, esta baldosa se clava rápidamente en el manto. Gracias al proyecto, se
descubrió que se trunca a una profundidad aproximada de
Algunos de los
resultados del MASE, donde también colaboran integrantes del Centro de
Geociencias, con sede en Juriquilla, Querétaro, se
han dado a conocer en prestigiadas revistas como Geophysical
Research Letters y Seismological Research Letters.
La mayoría de los
temblores que afectan al centro de México vienen de
Los resultados explican
por qué los sismos denominados eventos intraplaca de
profundidades intermedias –como el ocurrido en Puebla, en 1999–, no son comunes
en el centro del país, al tiempo que aclaran el vulcanismo presente en esta
zona, detalló.
El objetivo, recordó
Pérez Campos, surgido a partir de la formación del Tectonics
Observatory de CalTech, es
estudiar los diferentes regímenes tectónicos del mundo. Un lugar ideal para
abordar la subducción es México. Así comenzó la interacción entre el
Departamento de Sismología del IGF y esa entidad estadounidense.
“El proyecto arrancó
en 2004. La idea original fue instalar 50 estaciones temporales con sismómetros
para obtener registros de manera continua por dos años. Se vio que era
conveniente tener más instrumentos y se unió
Las primeras tres se
colocaron a finales de ese año y registraron el gran sismo de Sumatra; esas y
las restantes trabajaron hasta junio de 2007. Las cien juntas operaron un año y
se ubicaron cada cinco kilómetros desde Acapulco, Guerrero, hasta Tempoal,
Veracruz, pasando por Morelos, DF, Estado de México e Hidalgo, refirió.
Luego de recoger el
último instrumento, inició el análisis de los datos y la generación del modelo
de subducción de las placas, que se mueven a razón de seis centímetros por año,
refirió.
El proyecto inició en
esa región, aseveró, porque ya se había observado en otros estudios de
sismología y gravimetría que la subducción no era regular, con un ángulo
constante, como sí ocurre a los lados, en Oaxaca y Michoacán, y las
implicaciones que tiene en la sismicidad y el vulcanismo.
Además, porque ahí se
ubica la brecha sísmica de Guerrero, donde desde hace mucho tiempo no se
registran grandes temblores. Los científicos quieren saber si en ese sitio las
placas están "estancadas" y les cuesta trabajo moverse, o bien, si
hay lubricación en el contacto entre ambas y el posible sismo no se presente
como se espera, o esté retrasado. Las respuestas aún están por venir, adelantó.
En la actualidad, se
realiza la segunda fase del experimento, iniciada en julio de 2007. "Lleva
casi un año en operación y se tiene una segunda 'línea', de 46 estaciones
sismológicas a lo largo del Istmo de Tehuantepec, para determinar las
diferencias entre ambas subducciones, una casi horizontal y la otra con un
ángulo pronunciado", explicó.
El Istmo se encuentra
alejado de la trinchera, donde se unen las placas de Cocos y
La información se
recoge en cada estación cada cinco semanas. Así ocurrirá hasta junio de 2009,
cuando termine el experimento y comience el procesamiento de los datos,
obtenidos a partir de sismómetros de banda ancha, que consignan 100 muestras por
segundo, precisó la científica.
Para analizarlos se
usan diversas técnicas como la función receptor, similar a un ultrasonido;
tomografía sísmica, que permite ver las estructuras hasta una profundidad de
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FOTO 02 PORTAL
La investigadora del IGf de
FOTO 04
Científicos del IGf de