Boletín UNAM-DGCS-481
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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El integrante del Instituto de
Investigaciones Filológicas de
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No es un gentilicio ni tampoco se origina
del náhuatl, explicó el también director de
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Fue utilizada para referirse a los
habitantes de
Los habitantes de
Chilango
no es un gentilicio, como se ha especulado por algunos, ni tampoco se origina del
náhuatl como aseguran otros. Tampoco, tiene referencia con la palabra
guachinango o chile, explicó el también director de
No es una palabra prehispánica y de hecho es relativamente moderna,
señaló, y aunque se desconoce el origen y significado, se sabe que fue
utilizada para referirse a los habitantes de
Un gentilicio es un adjetivo que designa el origen de una persona o de
algo y debe referir al nombre del lugar, por ejemplo la palabra chiapaneco,
lleva en su composición el nombre del lugar, Chiapas, seguido del sufijo “eco”
que sí proviene del náhuatl; es un sufijo que significa lugar y sólo es
utilizado en el español de México.
En ningún otro lugar en el que se habla español aparece este sufijo,
herencia cultural de los aztecas, aunque también existen otras construcciones
en el país para hacer gentilicios como: jalisciense, chihuahuense, sonorense o
tabasqueño, pero todos tienen referencia al lugar, especificó. En la palabra
chilango no sucede, pues no dice nada sobre
Investigar el origen de una palabra es una tarea ardua y compleja,
sobre todo con aquellas que no tienen origen en el latín, expuso. Implica una
búsqueda inmensa de la que no siempre se sale bien librado.
Es el caso de la palabra “chilango” que no tiene una base o una raíz
visible, lo que provoca que los hablantes o incluso algunos especialistas hagan
falsas etimologías, mencionó.
Los lingüistas distinguen dos momentos en la historia de una palabra,
la innovación y el cambio; el primero se refiere a cuando el hablante
inicialmente emplea la palabra y
De chilango se conoce el cambio, para qué sirve, cómo se usa, quiénes lo
utilizan, qué matices le dan, si es ofensiva o chistosa; se puede averiguar y
comprobar, pero no el origen, agregó.
Debido
a que no tiene construcción de gentilicio, chilango es un apodo, igual que
otras palabras con las que se les llama a los habitantes de un lugar, como el
caso de jarocho, que tampoco presenta relación alguna con los ciudadanos del
Puerto de Veracruz.
Los
sobrenombres que provienen del latín, dijo, pueden ser afectivos u ofensivos.
La
ausencia de gentilicio, indicó, se debe
principalmente al nombre de la ciudad, que es el mismo del país. Lo mismo
sucedía con los habitantes del Estado de México, pero éstos analizaron ese
problema y
Al
investigador emérito del IIFL, le tocó revisar esta propuesta y su respuesta
fue que la palabra estaba bien formada: México más el sufijo gentilicio “ense”,
distinto de “ano”, que lo distinguía de mexicano, pero el éxito dependió que
los pobladores la hicieran suya.
En
caso contrario, en esta Ciudad, alguien propuso la palabra “mexiqueño” que
también está compuesto de los elementos necesarios para formar un gentilicio;
se aprobó e incluso se publicó en algunos diccionarios, pero nadie la usa;
resultó un rotundo fracaso.
Sólo
queda la palabra “defeño”, que a decir de Moreno de Alba, suena mal, aunque
está relativamente bien construida porque hace referencia a las abreviaturas
“D.F.” que pueden entender los mexicanos, pero quizá no los extranjeros, pues las
siglas necesitan una explicación previa.
Además,
no cumple la función de gentilicio, porque no se sabe claramente la distinción
entre lo que es el Distrito Federal y qué
El
especialista de la lengua recordó que aproximadamente hace 30 años se determinó
por las autoridades, que los límites de
El éxito o la necesidad de la palabra chilango se debe a que no se ha encontrado
un gentilicio para los habitantes de
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La palabra “chilango” no tiene una
raíz visible, lo que provoca que los hablantes o incluso algunos especialistas hagan
falsas etimologías, dijo el integrante del IIFL de
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El director de