Decisiones razonadas y no por economía en minería en fondos marinos profundos: comité científico internacional

• Llevar a cabo la extracción minera en un ecosistema de mar altamente vulnerable, sin conocimientos suficientes, ocasionaría problemas ambientales irreversibles, alertó Elva Escobar Briones
• En 2024 se descubrió que hay producción de oxígeno en la oscuridad, agregó la experta

Que la evidencia científica y no factores comerciales sea la base para la toma de decisiones, propone el documento de Recomendación de Moratoria a la Minería en Fondos Marinos, elaborado por un comité científico internacional, copresidido por la investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, Elva Escobar Briones, y Ricardo Serrão Santos, de la Universidad de las Azores y exministro del Mar en Portugal.

En el texto, el panel de expertos invita a reflexionar en la importancia de contar con conocimientos suficientes para tomar decisiones informadas y no por intereses económicos. Para ello sugirió que una opción sería una moratoria de 10 a 15 años o hasta disponer de los datos.

Los resultados se presentarán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (del 9 al 13 de junio), así como en el Congreso One Ocean Science (del 3 al 6 de junio del año en curso).

El panel está conformado por 18 expertos de 16 países -que incluye a oceanógrafos, economistas, filósofos, especialistas en gobernanza, derecho del mar, economía azul, recursos minerales, entre otros-, y se integró por iniciativa del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien les pidió sintetizar la evidencia científica sobre los graves riesgos que la comunidad mundial asumiría al permitir la explotación de esas aguas.

“La preocupación en general y que compartimos los científicos es que llevar a cabo la extracción minera en un ecosistema de mar profundo, altamente vulnerable, cuando no se tienen todas las herramientas, podría ocasionar, por su magnitud, que hubiera problemas ambientales irreversibles e inéditos con impactos sociales y en el marco legal”, acotó.

En el planeta todos dependemos del gran sistema marino para vivir. La humanidad y la vida evolucionaron porque el océano ha estado permanentemente y porque la vida en general está supeditada al oxígeno producido en gran parte en el mar, a que se remineralicen los desechos en aguas profundas y al fondo marino.

En estos procesos participan organismos microscópicos y otros que habitan la interfase -sedimento de agua donde yacen los recursos mineros que se quiere extraer. Restaurar ecosistemas a esa profundidad no es una opción, indicó la experta universitaria.

Elva Escobar recordó que en 2024, cuando se estaba escribiendo el pronunciamiento, se describió el hallazgo de la producción de oxígeno en oscuridad, proceso que conocemos comúnmente y se produce a través de la fotosíntesis, es decir, lo que sostiene la respiración en las dos terceras partes del planeta.

Fue totalmente novedoso, un parteaguas en la ciencia. Se pensó: si existe este desarrollo, qué otros más pueden existir que la extracción de recursos minerales pudiera afectar la interfase de sedimento-agua o en el agua a gran profundidad, reiteró la especialista quien estudia los ecosistemas del mar profundo.

A partir de la década de los 60 del siglo pasado, enfatizó, ha habido un interés por extraer recursos minerales de grandes profundidades en sitios fuera de la jurisdicción nacional.

En los últimos años esta intención se ha acrecentado bajo la narrativa de reemplazar el uso de recursos fósiles -como los hidrocarburos y el gas- con energía limpia, donde mucha de la tecnología requiere tierras raras, metales y elementos traza que ya se explotan en tierra, pero que diversos países quisieran tener acceso a ellos y aprovecharlos en el futuro.

Sin embargo, Escobar Briones advirtió que actualmente estos minerales no se están reciclando y tampoco se han impulsado las actividades de innovación para sustituirlos.

La idea de extraerlos del fondo marino sería paralelo a continuar haciéndolo en el ambiente terrestre, que de por sí genera grandes problemáticas por contaminación a los acuíferos, enfermedades en seres humanos y animales. Llevar esta problemática al mar sería drástico, alertó.

Además, señaló que la minería en tierra abarca áreas menores que aquello que se plantea hacer en mar profundo. “En el planeta nunca hemos incursionado en una minería en escalas de tiempo y espacio inéditas, a desarrollarse 24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año, en un área que tiene casi la dimensión de nuestro país”.

Tampoco se cuenta con un “gemelo digital” que ayude a predecir los posibles escenarios de los impactos ambientales en sinergia con el cambio climático. Esta biota -conjunto de organismos vivos- ha evolucionado por millones de años, adaptada a vivir en oscuridad, alta presión, agua muy transparente, bien oxigenada, comunicarse con bioluminiscencia y filtrar su alimento del agua.

La afectación incluye el cambio en el sustrato por extracción y la pérdida de procesos, así como la pluma de sedimento resuspendido en el agua que obstruiría las branquias de la delicada biota del mar profundo. La resuspensión de sedimento en la columna de agua duraría días, aseveró.

Escobar Briones precisó que son tres los recursos que se han considerado extraer: las costras enriquecidas de cobalto y hierro; los sulfuros polimetálicos que se forman donde hay actividad hidrotermal en mar profundo; y los nódulos polimetálicos.

Estos recursos ocurren en el Pacífico Central y el Pacífico Sur, hacia Ecuador y parte de Chile, el mar Índico y en el Atlántico central. Muchos de ellos son sitios donde migran ballenas u otros organismos.

La experta de la UNAM expone que actualmente sólo se realiza exploración en los fondos marinos profundos, aunque ya existe una solicitud para iniciar la extracción. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos de las Naciones Unidas es quien atiende estas solicitudes de los estados miembros de este organismo multilateral.

Sin embargo, insistió la científica, faltan reglamentos ambientales. De desarrollarse esta actividad conlleva a diversas interrogantes: ¿qué pasaría si, por ejemplo, un buque que esté extrayendo nódulos choca con otro o tiene un derrame o genera un daño mayor?; ¿quién o quiénes se harían responsables?; ¿es factible restaurar el daño en la vastedad del océano, lejos de la costa y a gran profundidad?

Tampoco es claro el mecanismo de distribución de los recursos financieros resultado de la minería “de un bien común de la humanidad”. El grupo de expertos elaboró un folleto con preguntas y respuestas en la materia e integra a otras partes interesadas, entre ellas representantes de comunidades locales, abogados e industriales.

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