Con exposición honran el trabajo visual de Rafael López castro, doctor honoris causa por la UNAM

• Es el primer doctorado que otorga la Universidad Nacional a un profesionista, exclusivamente por su labor en el diseño
• El
honoris causa significa un orgullo y lo único que prometo es seguir trabajando, aseveró el artista

La Antigua Academia de San Carlos (ASC) inauguró la exposición “Suave Trazo. Cincuenta y tantos años de diseño gráfico”, de Rafael López Castro, doctor honoris causa por la UNAM.

Considerado uno de los máximos exponentes del diseño en México y maestro de esta disciplina en América Latina, López Castro se constituyó en el primer recipiendario de este grado exclusivamente por su labor en la citada área, de la cual ha dicho: “me interesa como herramienta bella para que funcione la lectura”.

A propósito de esta investidura, la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM organizó una retrospectiva del artista en la ASC, la cual fue recorrida por el homenajeado quien recordó: “cuando empecé yo no sabía ni de qué se trataba esto, me ponía a dibujar, y a hacer fotos”.

“Le digo a los estudiantes que sigan con esta vocación, ya se irán enterando cuando le agarren el gusto al oficio. Hace 50 años dibujaba a mi maestro Carlos Flores Heras, por eso les pido que se acerquen a los que diseñan y realizan trazos. El (honoris causa) significa un orgullo y lo único que prometo es seguir trabajando”, aseguró.

En la presentación de la muestra, ante académicos, funcionarios y alumnos de la FAD, Mauricio Juárez Servín, director de esta entidad académica, mencionó que la exposición recupera el valor de la referida profesión y engalana a la Academia.

Santiago Robles, académico de la FAD y curador de la muestra, subrayó: “nos encontramos también frente a un reconocimiento de nuestra labor, este recinto es muy emblemático porque aquí surgió el diseño gráfico en nuestro contexto”. 

La exposición

Las manos de Rafael López Castro desatienden sus órdenes y con cada movimiento traza, indica a distancia, dibuja en el aire, en el hipotético lienzo.

En permanente vocación, el artista señala sus colores, creaciones contenidas en carteles, portadas de libros, logos, para la memoria de una sociedad apresurada que contrasta ahora con sus pausados pasos.

En la Sala de Exposiciones (Galerías 1 y 2) se aprecia el trabajo que  en su mayoría fue elaborado a mano durante medio siglo, por quien se nutre de la historia de México y su cotidianidad. Son 83 obras representativas colocadas sobre las paredes y otras expuestas dentro de vitrinas.

López Castro asumió el reto de leer un libro, mirar una película, conocer un escritor, u homenajear a un personaje con solo una imagen, así lo hizo para los carteles de “Canoa”, de Felipe Cazals, de 1976; o para aquella película “permanentemente juvenil” llamada “¿Cómo ves?”, donde se escuchan a “Rockdrigo” González, Jaime López, o actúan Blanca Guerra y Cecilia Toussaint; o “Frida, naturaleza viva”, del director Paul Leduc, en 1983.

El creador de origen jalisciense les dio rostro autoral a las obras literarias en los libros de Darwin, Shakespeare, Goethe, las portadas de portentosas obras escritas como: el Popol Vuh; “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo; “Balún Canán”, de Rosario Castellanos; “La Ley de Herodes”, de Jorge Ibargüengoitia; y de esa serie de Lecturas Mexicanas del Fondo de Cultura Económica, a las creaciones de Efraín Huerta, José Emilio Pacheco, Alfonso Caso y las ilustraciones a “El Llano en llamas”, de Rulfo; incluso a la portada del libro “México Tenochtitlan”, del fotógrafo Francisco Mata Rosas.

También las portadas de la revista Voz y Voto, y mención singular merecen los homenajes como el centenario (1883-1983) a Karl Marx quien posa irreverente con una espumosa bebida y el cartel de tributo a Juan Rulfo realizado en 1996, con un par de huaraches de donde emergen extremidades “cósmicas”.

Además del poster de homenaje a Antonio Machado, “La última vez que le vi”; lo hizo para Alí Chumacero, Gabriel García Márquez y a su favorito Ramón López Velarde, sobre el cual hizo un cartel del poema “La Suave Patria”.  

El magnetismo gráfico se fragua con el anuncio de la puesta en escena del texto sobre “Jesucristo Gómez”, dirigida por Ignacio Retes, y presentada en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario en 1987, donde el mesiánico rostro del personaje contrasta con el atavío de una clásica chamarra de mezclilla y jeans.

En el arte dramático también creó el cartel de “Crimen…”, de 1984, con la imagen de una escultura humana mutilada donde actuaron actrices como Ana Ofelia Murguía y Jesusa Rodríguez, con música de Liliana Felipe.

Distinguida por él mismo en el recorrido de la exposición, está la imagen de la Virgen de Guadalupe “Vestida del sol”, y al mismo tiempo las reconfiguraciones del rostro de Benito Juárez, Emiliano Zapata o la Victoria Alada (Ángel de la Independencia) sobre un gigantesco corazón carmín y dentro del mismo el año de 1985, en alusión a los sismos.

López Castro también realizó trabajo institucional que no requiere ilustrarse porque se encuentra en el pensamiento de quienes habitan este país, están los logos del sol azteca del PRD, TV UNAM, de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, de las agrupaciones políticas Democracia Social, Fuerza Ciudadana, del entonces Instituto Electoral del Distrito Federal, y del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

La muestra permanece abierta hasta enero de 2023, en los horarios establecidos por la ASC (calle Academia número 22, Col. Centro, en la  Ciudad de México). Mayor información en la página https://academiasancarlos.unam.mx/

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https://covid19comision.unam.mx/

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