Luis Fernando Magaña Solís, investigador del Instituto de Física (IF) y exdirector de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, recibió el Reconocimiento Diputado Pánfilo Novelo Martín, del Congreso del Estado de Yucatán, por promover las matemáticas mayas.
La distinción fue entregada en una sesión solemne a la que asistieron representantes de los tres poderes de la entidad. En ese marco, el recipiendario puso énfasis en la enseñanza de esta disciplina, porque, por su estructura, “incita al razonamiento”.
Sabemos que el problema del aprendizaje de las matemáticas es mundial. En todas partes se comete el mismo error: una vez que el alumno sabe contar, inicia su aprendizaje con la memorización de tablas de sumar, restar, multiplicar o dividir, indicó.
Estos procesos provocan que el estudiante se aleje de esta ciencia porque no se le transmite el placer de razonar, base de un buen dominio y gusto por ella. “En contraste, los mayas emplearon un hermoso juego donde el pensamiento es fundamental. Son un bello ejemplo de concreción, elegancia, poder y carácter lúdico. Todo lo que se necesita es saber contar”, subrayó.
Hace años encontré el libro La relación de las cosas de Yucatán, de fray Diego de Landa, donde descubrí cómo eran las operaciones en esta cultura prehispánica. A partir de ahí consulté otras obras y aprendí el procedimiento que empleaban, pero con base 20, relató.
“A raíz de un artículo que publiqué sobre el tema, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) me invitó a dar conferencias a lo largo y ancho del país. Un día, en Morelia, frente a un auditorio de menores de 14 años, decidí representar los números con la notación maya pero en base 10 y fue un éxito, porque me entendieron”.
Después me llamaron de Roma para un congreso al que asistirían 500 académicos italianos y sólo dos latinoamericanos; ahí presentamos trabajos sobre el cálculo de incas y mayas. Desde entonces se difundió más este trabajo y en 2010 la Secretaría de Educación de Yucatán me encomendó capacitar en esta metodología a profesores de preescolar y primaria de zonas indígenas, recordó.
Hoy, alrededor de 400 maestros dominan el método y lo transmiten a niños que no sólo han mejorado en el aprendizaje de esta ciencia, sino que la disfrutan (algo que sabemos por testimonios), señaló.
“Además, escribí tres libros Las fascinantes, lúdicas y poderosas matemáticas de los mayas; Sayab. Para aprender matemáticas: matemáticas mayas (sayab significa manantial), y Puntos, rayas y caracoles, publicado por la Secretaría de Educación Pública y distribuido en escuelas y bibliotecas públicas del país, con un tiraje de 100 mil ejemplares”.
El reconocimiento
Para el físico, “el reconocimiento representa un altísimo honor, un motivo de felicidad y una reiteración del compromiso con mi tierra natal, Yucatán, así como con México”.
Afirmó que como académico constituye un refrendo de su responsabilidad social porque como científico realiza investigaciones en física teórica del estado sólido. “Ésta es una oportunidad de llegar a la sociedad y, en especial, a los niños”.
Finalmente, mencionó que a partir de la labor realizada con el gobierno de Yucatán y el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se comprometió a impulsar las gestiones correspondientes ante la UNESCO para que las matemáticas mayas sean declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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