Boletín UNAM-DGCS-756
Ciudad Universitaria
06:00 hs. 19 de diciembre de 2013.
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Javier Gómez Vera

EN MÉXICO, DOS POR CIENTO DE LA POBLACIÓN PADECE HIPERREACTIVIDAD BRONQUIAL

• Afecta principalmente a niños y adultos mayores. Si no es atendida de forma adecuada, puede desencadenar asma, afirmó Javier Gómez Vera, académico de la FM de la UNAM

En México, dos por ciento de la población presenta hiperreactividad bronquial, padecimiento que constituye una de las principales causas de consulta en pacientes menores de cinco años y de la tercera edad; si no se atiende adecuada y oportunamente, puede desencadenar asma, alertó Javier Gómez Vera, profesor del curso de posgrado de Alergia e Inmunología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

La hiperreactividad bronquial es la reacción exagerada del bronquio ante estímulos específicos e inespecíficos. Entre los primeros se encuentran los ácaros del polvo, los pólenes y la caspa de gato; si el paciente tiene contacto con estos alérgenos, presenta broncoespasmos, explicó.

En cuanto a los inespecíficos, indicó que son factores irritantes en el ambiente, como frío, tabaquismo, olores fuertes de solventes, entre ellos thinner o cloro, que ocasionan el cierre de los bronquios.

El también jefe del Servicio de Alergia del Hospital Regional Adolfo López Mateos, comentó que quienes tienen hiperreactividad bronquial manifiestan sibilancias, (estertores o ruidos anormales durante la respiración) o tos nocturna irritativa, que puede o no desaparecer en el transcurso del día. Si ésta es constante y dura más tiempo se asocia a un proceso infeccioso y el cuadro de hiperreactividad se complica.

Con regularidad, los niños menores de cinco años que corren el riesgo de ser asmáticos sufren de hiperreactividad bronquial; el pronóstico se refuerza si esta sensibilidad con respuesta bronquial a diversos estímulos se presenta cuatro o más veces al año, destacó.

Otro grupo de riesgo son los adultos que padecen asma, bronquitis, que son fumadores o tienen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como adultos mayores (más de 60 años), refirió.

Época de riesgo

En época de frío el número de casos aumenta por dos razones: primero, porque el descenso de la temperatura es un estimulante inespecífico que provoca, en pacientes sensibles, el cierre automático de los bronquios, sibilancias o tos, refirió el especialista.

La segunda son las infecciones, porque en invierno el contacto con enfermos es más frecuente y ello permite que aquéllas se propaguen y sean un estímulo para la hiperreactividad bronquial en sujetos susceptibles, apuntó Gómez Vera.

Se puede asociar con el asma, por ser éste una de sus principales patologías, pero también se vincula a bronconeumonías, EPOC y tuberculosis, recalcó.

Por definición, la hiperreactividad se puede presentar dos veces por año. Si ocurre dos o cuatro veces por mes, se trata de asma, alteración discapacitante que afecta a entre cinco y 10 por ciento de los mexicanos.

El tratamiento de la hiperreactividad se basa en broncodilatadores como el salbutamol, pues por ser una broncoconstricción el primer paso es abrir el bronquio, dijo.

Si este cuadro es más frecuente, entonces se usan esteroides inhalados a dosis bajas; también se pueden utilizar antileucotrienos. “El leucotrieno es un mediador que generalmente se presenta en pacientes con infecciones e hiperreactividad y lo que produce es broncoconstricción, entonces se bloquea ese factor para revertir la hiperreactividad”, expuso Gómez Vera.

Lo importante en estos casos es buscar la causa y tratarla. Si el problema es el tabaquismo, por ejemplo, evitar fumar. Además, se debe tener en cuenta que el diagnóstico es sólo de transición y en la mayoría de los casos la enfermedad desencadena en asma, pero un tratamiento adecuado puede evitarla, concluyó.

 

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Fotos

Javier Gómez Vera, profesor del curso de posgrado de Alergia e Inmunología de la Facultad de Medicina de la UNAM.