En cada cigarrillo, un fumador consume más de
cuatro mil 700 sustancias, que afectan a todos sus órganos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que
al día mueren cerca de 14 mil personas (cinco millones
al año) por los padecimientos relacionados con el tabaquismo,
que constituye un problema de salud pública de atención
prioritaria.
Está asociado a la adicción a la nicotina,
que involucra procesos emocionales y la necesidad de fumar por
los estímulos que los individuos encuentran en este hábito,
que representa el factor de riesgo principal para el desarrollo
de más de 50 enfermedades, entre ellas, cáncer
pulmonar, de labio, boca, lengua, faringe y laringe; bronquitis
crónica; hipertensión arterial; enfisema y Enfermedad
Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Además, es causa de carcinomas en esófago
y páncreas, deterioro de la dentadura, caída de
cabello, arrugas prematuras, pérdida de audición,
osteoporosis, úlcera gástrica y aumenta el riesgo
de padecer infartos, entre otros daños graves.
En este contexto, la Escuela Nacional de Enfermería
y Obstetricia (ENEO) de la UNAM, impulsa programas de prevención
y atención a la adicción, para contribuir a la
mejora de las condiciones de salud individual y colectiva, y
fomentar una cultura de atención oportuna de la enfermedad.
Actualmente, trabaja en distintas acciones para ser
declarada Escuela Libre de Humo de Tabaco, programa creado por
la Secretaría de Salud (SSA), orientado a la prevención
y atención del tabaquismo, informó su directora,
María Dolores Zarza Arizmendi.
Las acciones y medidas establecidas deben tener metas
concretas para lograr el objetivo. La ENEO tiene el compromiso
de trabajar en la promoción de un estilo de vida saludable
entre los estudiantes, resaltó en el Aula Magna Susana
Salas Segura, de la unidad de investigación de la
citada instancia.
En su oportunidad, Sofía del Carmen Sánchez
Piña, jefa de la División del Sistema de Universidad
Abierta y Educación a Distancia de la ENEO, explicó
que la propuesta implica una política institucional para
la prevención y atención del tabaquismo, además
de acuerdos con instituciones de salud para el monitoreo de
las instalaciones.
La certificación referida garantizaría
que ninguna persona puede fumar en aulas, oficinas, talleres
o cualquier lugar cerrado de la Escuela. Además, en términos
del respeto a los derechos humanos, se designarían espacios
dignos y amplios para quienes fuman, subrayó.
Así, la entidad promoverá, ante las instancias
correspondientes, el trámite de declaratoria de espacio
libre de humo. Posteriormente, debe colocarse en la entrada
de las instalaciones un letrero que indique “Este plantel
es espacio libre de humo de tabaco”, además de
señales en distintas áreas con la leyenda “No
fumar”, asimismo, deben establecerse programas para ayudar
a los fumadores.
Eryka Urdapilleta, del Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias (INER), refirió que en cada cigarrillo
se encuentran cuatro mil 700 sustancias, de las cuales, la nicotina
es la precursora de la adicción, al provocar la necesidad
de fumar.
Al involucrar procesos emocionales y cognoscitivos,
el tratamiento es complicado y requiere la intervención
de distintas especialidades para eliminar la dependencia. Por
sus componentes sociales, psicológicos y físicos
constituye un problema de salud pública que demanda atención
prioritaria, resaltó la especialista de la Clínica
de Tabaquismo y EPOC del INER.
Al respecto, Mónica Velázquez, también
del INER, advirtió que constituye el factor de riesgo
principal para el desarrollo de más de 50 enfermedades,
al implicar el daño a distintos órganos del cuerpo.
Las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y
neoplásicas son las más asociadas. El 30 por ciento
de las cardiopatías coronarias, nueve de cada 10 de cáncer
de pulmón y 90 de cada 100 de EPOC, son causados por
el tabaquismo. Aún si presentan parámetros normales
en distintas evaluaciones de salud, no existe un fumador sano,
concluyó.
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