Abundante, renovable y limpia, la energía eólica
es una ventana de oportunidad para desarrollar nuevas tecnologías,
afirmó Raúl Arturo Alvarado López, del
doctorado en Economía de la UNAM.
De creciente dinamismo en Asia, Europa y Norteamérica,
la energía procedente del viento ayuda a reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero, al reemplazar o complementar
a termoeléctricas que funcionan mediante combustibles
fósiles.
Sin embargo, el eólico es un sector que hoy
en día requiere aerogeneradores de más capacidad
y eficiencia, mejora de los equipos ya existentes, capacitación
de personal en planta y servicios de mantenimiento, áreas
que se pueden impulsar en México, dijo Alvarado López.
Mercado creciente
La potencia eólica instalada en nuestro territorio representa
el dos por ciento de la generación eléctrica total
del país, una cifra que para 2014 aumentará a
cinco por ciento, de acuerdo con la tendencia de los años
recientes.
“La energía del viento ha sido empleada
en diversas actividades y culturas, en los molinos de viento
y el impulso de los barcos de vela. En la actualidad, se usa
principalmente para producir energía eléctrica
mediante aerogeneradores”, explicó.
El mayor dinamismo en la capacidad instalada para generar
energía eólica en el mundo se presenta en Asia,
que en 2010 tuvo una tasa de crecimiento de 50.6 por ciento,
mientras Norteamérica creció 16.3 y Europa 13.4
por ciento, respectivamente.
Potencial en México
Debido a su ubicación geográfica, México
cuenta con importantes recursos en este ámbito.
De acuerdo con el mapa respectivo, desarrollado por
el Instituto de Investigaciones Eléctricas, existen siete
regiones eoloenergéticas: el sur del Istmo de Tehuantepec
(donde existe la mayor capacidad instalada actual); la Península
de Baja California; la Península de Yucatán; el
Altiplano Norte (que va de Zacatecas a la frontera con Estados
Unidos); la Región Central del Altiplano (que corre de
Tlaxcala a Guanajuato, con especial importancia en Pachuca,
Hidalgo) y las costas del país.
“Para una adecuada explotación del recurso,
se requiere de aprendizaje tecnológico, esto es, de un
proceso de fortalecimiento y acumulación de capacidades
tecnológicas en un contexto social y cultural favorable”,
consideró.
Alvarado López destacó la importancia
de generar conocimiento nuevo en esta área, así
como adaptar y mejorar tecnologías ya existentes.
Respecto al gasto dedicado a este campo, la Asociación
Mexicana de Energía Eólica, A.C. (AMDEE), señala
que en los últimos cinco años en el país
se han destinado más de dos mil millones de dólares
al sector, una de las inversiones más importantes en
energías renovables en América Latina hasta la
fecha, y se esperan por un valor superior a los 20 mil millones
de dólares en los próximos 10 años.
“El reto es que las nuevas tecnologías
sean desarrolladas por mexicanos y no por empresas extranjeras
instaladas en el país”, finalizó.
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