Boletín UNAM-DGCS-425
Ciudad Universitaria
11:00 hrs. 14 de julio de 2013.

Manuel Jiménez Estrada
           


INVESTIGAN EN LA UNAM PLANTAS QUE EXTRAEN METALES PESADOS DE SUELOS CONTAMINADOS


• Manuel Jiménez, del Instituto de Química, encontró algunas que desempeñan esa función de manera efectiva, entre ellas, el marrubio, la higuerilla y otras silvestres

• El uso de las vasculares para fitorremediación puede ser una alternativa viable a otros métodos, por su costo y porque México posee una biodiversidad que podría aprovecharse

Un equipo multidisciplinario e interinstitucional encabezado por Manuel Jiménez Estrada, del Departamento de Productos Naturales del Instituto de Química (IQ) de la UNAM, investiga plantas que extraen metales pesados de suelos contaminados.

Tras años de búsqueda, el científico encontró, junto con Isabel Saad de la Facultad de Ciencias, algunas que desempeñan esa función de manera efectiva, entre ellas, muy comunes como el marrubio (Marrubium vulgare) y la higuerilla (Ricinus communis).

La fitorremediación es un método consistente en la descontaminación de los suelos con el uso de plantas vasculares. Desde luego, explicó el científico, existen otras metodologías químicas, físico-químicas, o electroquímicas, pero son costosas.

Ante ese inconveniente, abundó, puede ser una alternativa viable porque, además, México posee una biodiversidad de plantas que podría aprovecharse.
Jiménez Estrada dijo que la química tiene un fuerte impacto en la sociedad, “para bien y para mal”. En el segundo sentido, contamina; es un problema mundial, y en nuestro país es “impresionante” y en crecimiento. En el caso de los suelos, en particular, se enfrenta la presencia añeja de metales pesados, como mercurio, plomo y cadmio.

De éstos, sobresale el primero, traído por los españoles durante la época virreinal para extraer y purificar oro y plata, lo que provocó su uso en grandes cantidades, sobre todo, en el centro del país, en entidades como Hidalgo, Guerrero, Guanajuato, Zacatecas y San Luis Potosí, relató.

Se trata de un elemento tóxico, que provoca serios daños a la salud, especialmente en las primeras etapas de la vida, la niñez y la juventud, abundó.

Proyecto multidisciplinario

Una vez que se han identificado las plantas útiles para la fitorremediación, el siguiente paso para el proyecto universitario es realizar pruebas en campo, y contar con ejemplares capaces de retener más metal y eliminarlo de manera sistemática.

En esta búsqueda participan químicos, biólogos, agrónomos e ingenieros de instituciones de la UNAM, como el IQ y la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, así como el Colegio de Postgraduados de Chapingo y el Cinvestav Irapuato. “Es un intento académico hacia un desarrollo tecnológico que esperamos tenga buenos resultados”, indicó el universitario.

Se requiere abundar en estos estudios, pues hay muchos detalles por considerar, como la profundidad del contaminante en el suelo. De igual forma, establecer cuántas plantas colocar por metro cuadrado para descontaminar cierta zona, si es conveniente combinar diversas especies, o qué estrategias se pueden seguir.

Asimismo, prosiguió, se indaga en qué proteínas o partes se “deposita” el metal, y para qué lo utilizan las plantas. Otro aspecto es determinar qué hacer con ellas después. En específico, los integrantes del Cinvestav Irapuato buscan modificaciones genéticas para favorecer que acumulen mayores cantidades de metal. En cuanto a este último, se podría recuperar para su reutilización. “Es un proyecto con un gran potencial de desarrollo tecnológico”, calificó.

Se pretende instalar una “planta piloto” en los terrenos de la FES Iztacala, donde se sembrarían los vegetales y se acondicionarían para, posteriormente, llevarlos a terrenos contaminados para hacer cuantificaciones. “Se harán los estudios necesarios para establecer la efectividad del sistema”.

También, con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, mediante el Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (FORDECYT), se establecerá un laboratorio con equipos que permitan cuantificar, en miles de muestras, las pequeñas cantidades (traza) de metales pesados presentes, y predecir los tiempos en que sería posible descontaminar un sitio.

La idea, insistió Jiménez Estrada, es seleccionar un lugar en cada entidad federativa afectada, y contar con la participación de las autoridades, la comunidad y la industria, en especial, la minera.

“La solución no es mágica, requiere tiempo y disciplina, así como de la participación de los jóvenes y futuros científicos”, finalizó.

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Fotos

Manuel Jiménez Estrada, del Departamento de Productos Naturales del Instituto de Química de la UNAM.