El rector José Narro Robles estableció
que defenderá la Universidad con entereza y sin caer
en provocaciones; en todo momento, actuaré por el
bien de la UNAM y con pleno apego a los principios en los
que creo con firmeza, dijo en respuesta a la toma violenta,
el pasado viernes, de la Torre de Rectoría por un
grupo de personas con el rostro cubierto.
A los ocupantes, sostuvo, los responsabilizo de
la integridad de nuestros bienes, de la información
y los archivos resguardados en las oficinas y de la violencia
que ellos propician. Deberán responder de su conducta
frente a nuestra comunidad, autoridades judiciales y, tristemente,
también frente a la historia, añadió.
A quienes dirigieron y realizaron este vergonzoso
incidente, advirtió, les digo con toda claridad que
no se atrevan a saquear una vez más el patrimonio
de la nación como lo hicieron el 6 de febrero pasado
en las instalaciones de la Dirección General del
CCH.
Asimismo, exhorto a quienes, indebidamente, han
tomado nuestras instalaciones a que las desalojen de inmediato,
y a la comunidad universitaria a que se exprese sin violencia,
con inteligencia, legalidad y movilización pacífica
y prudente, enfatizó.
A las organizaciones académicas, universitarias
y profesionales les convoco a que expresen su opinión
sobre este problema. De igual forma, a las estructuras de
la sociedad a que se sumen solidariamente con la Universidad
de México, con sus principios y tareas, indicó.
En conferencia de medios, acompañado de
colaboradores, el rector también estableció:
“Mi único compromiso ha sido y seguirá
con la Universidad, su integridad, su funcionamiento pertinente
y la superación académica de nuestra casa”.
A través de estos actos, subrayó,
se interrumpe la normalidad en el trabajo de nuestra casa
de estudios, se afectan algunas tareas fundamentales y,
por supuesto, también se proyecta una imagen de la
Universidad que para nada se corresponde con la realidad
de nuestra institución.
En múltiples ocasiones me he pronunciado
en el sentido de que la impunidad y la falta de respeto
a la legalidad forman parte del origen de múltiples
problemas de nuestra sociedad. Por ello, lo digo con toda
claridad y contundencia, no habrá impunidad y se
actuará a fondo y con apego a la legislación,
recalcó.
También expuso su convencimiento de que
el diálogo es la manera de atender las diferencias,
pero éste debe ser real y sin violencia, planteado
y articulado para entender y resolver, y de ninguna manera,
para confundir y pretender derrotar.
Soy un convencido de que los estudiantes no actúan
en el anonimato, encubiertos y menos con el uso de la fuerza;
pero, “frente a la sinrazón, la imposición
y la violencia, las respuestas deben ser dadas a partir
de la inteligencia, el apego a la legalidad y la prudencia”,
dijo.
Narro Robles recordó que el origen del problema
no es otro que la violencia de algunos alumnos del Colegio
de Ciencias y Humanidades que el primero de febrero y sin
mediar ninguna razón justificada, agredieron a un
grupo de trabajadores que resultaron lesionados y que presentaron
la denuncia correspondiente; además de que la autoridad
del plantel, el director, en apego a lo que la legislación
le permite y le obliga, levantó las actas respectivas
y expulsó provisionalmente a cinco estudiantes.
Además, indicó que la toma de la
Rectoría, con lujo de violencia, afecta el proceso
de registro del pase reglamentado de alumnos regulares de
la UNAM a la licenciatura, el registro de calificación
de los estudiantes universitarios y el propio proceso del
examen de admisión; así como el pago a proveedores
y de las nóminas atrasadas a trabajadores y académicos
de esta casa de estudios, el funcionamiento normal de las
comisiones del Consejo Universitario y de diversos comités
Académicos Administrativos fundamentales para la
marcha de la institución.
También, perturba la gestión y operación
del presupuesto universitario, el manejo normal de distintos
programas de becas y servicio social y la tramitación
de los asuntos jurídicos y los recursos legales en
los que la Universidad tiene interés jurídico,
entre muchas otras actividades de la vida cotidiana.
Tengo la convicción de que la Universidad
saldrá delante de este trance y que su comunidad
sabrá estar a la altura del desafío que hoy
enfrenta, concluyó.
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