Por diversas causas, según las condiciones locales,
en México podrían presentarse contingencias ambientales
tan serias como las que ha padecido China en los últimos
días, señalaron científicos del Centro de Ciencias
de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
En días pasados, las poblaciones de Pekín,
Shanghái, Cantón y Xian, en la nación asiática,
han sido afectadas por un excesivo incremento de partículas
contaminantes suspendidas en el aire.
Según datos del gobierno de ese país, a diario
unas siete mil personas han ingresado al Hospital Infantil de Pekín,
debido a la contaminación presentada desde el 12 de enero,
que sobrepasó los 300 microgramos por metro cúbico
(µg/m3) de partículas menores de 2.5 micras (PM 2.5),
en un promedio de 24 horas, valores por encima de los niveles que
la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera aceptables
(25 µg/m3 en 24 horas).
En México
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana, Salud Ambiental,
el valor límite permisible para la concentración de
partículas suspendidas es de 65 µg/m3 en 24 horas.
Conforme al Cuarto almanaque de datos y tendencias de la
calidad del aire en 20 ciudades mexicanas (período 2000-2009),
del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
(INECC), la exposición a la contaminación atmosférica
en el país provocó 38 mil muertes por cáncer
de pulmón, enfermedades cardiopulmonares e infecciones respiratorias,
de 2001 a 2005; de éstas, más del 50 por ciento ocurrieron
en el Valle de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla y Toluca.
Asimismo, la contaminación atmosférica representó
los mayores costos ambientales en el 2009 con el 4.4 por ciento
del Producto Interno Bruto (PIB).
Ante este tipo de fenómenos, los investigadores
universitarios consideraron que los tres niveles de gobierno deben
asumir sus responsabilidades en el monitoreo de la calidad del aire,
la conservación y protección de los recursos naturales,
la reducción de emisiones precursores de ozono, partículas
atmosféricas y de gases de efecto invernadero.
También, aseguraron, es importante revisar las normas
oficiales de calidad del aire y el diseño de planes de contingencia
adecuados a las condiciones locales. La sociedad en general, por
su parte, debe contribuir mediante la modificación de estilos
de vida para mantener un alto nivel de exigencia y corresponsabilidad
en la protección del ambiente.
En la actualidad, el deterioro de la calidad del aire se
relaciona con diferentes factores, como la densidad poblacional,
el nivel de desarrollo económico, de consumo energético,
de industrialización, el volumen de emisión de contaminantes,
la química de la atmósfera y las condiciones meteorológicas,
entre otros.