Uno de los atractivos del Bosque de Chapultepec es el
tradicional tren que circula al interior de la primera sección
del parque, que recientemente se convirtió en un transporte
ecológico, con la participación del Instituto de
Ingeniería (II) de la UNAM.
Germán Carmona Paredes, responsable del Programa
de Desarrollo de Vehículos Eléctricos e Híbridos
de la entidad académica, comentó que esta instancia
se encargó de llevar a cabo la conversión a tracción
eléctrica de las cuatro locomotoras, que ya se encuentran
en circulación, y que las hace el primer transporte en
su tipo para uso masivo en un centro de esparcimiento.
Los vehículos cuentan con una autonomía
de entre 24 a 30 kilómetros por carga, con recarga intermedia
de 15 a 20 minutos por recorrido, en condiciones de arrastre de
80 personas, aproximadamente, a una velocidad máxima de
15 kilómetros por hora. Sin embargo, los trenes tienen
la capacidad de circular con mayor rapidez sin pasajeros, de la
primera a la segunda sección del Bosque.
Por restricciones ambientales, la empresa GECSA, concesionaria
de los trenes, tuvo la necesidad de hacer la conversión
de las locomotoras, que antes funcionaban con motores a gasolina
o diésel, y que fueron reequipadas con un banco de 20 baterías
de plomo ácido de alta calidad, un motor eléctrico,
controladores electrónicos y compresor de aire, explicó
el universitario.
El proyecto, que abarcó desde la rehabilitación
hasta la conversión a tracción eléctrica,
se realizó en colaboración con las empresas Electro
Autos Eficaces, Propulsión Eléctrica, y Tek Alemana.
Como parte de la colaboración, en el Instituto
de Ingeniería se diseñó y desarrolló
el tren motriz, con las restricciones que implicó contar
con un chasis y un espacio con medidas establecidas. “No
podíamos modificarlos, fue un reto interesante porque en
las primeras configuraciones no cabía nuestro diseño”,
apuntó.
Asimismo, se reinstaló el sistema eléctrico
auxiliar, que incluye las luces, audio, alarma y sistema neumático
de los vagones. “Fue un trabajo integral importante”,
indicó.
La conversión se llevó a cabo en varias
etapas, en las que Tek Alemana, taller mecánico de alto
nivel, hizo la rehabilitación estética de la carrocería,
así como del chasis y la modificación de la dirección.
Por su parte, Electro Autos Eficaces y Propulsión Eléctrica,
se encargaron de las negociaciones y de la proveeduría
de los equipos, y en el II se realizó el diseño,
desarrollo y adecuación del tren motriz.
El proyecto inició en 2011, y la primera locomotora
se entregó en octubre de ese mismo año para una
etapa de pruebas y operación formal.
Carmona Paredes comentó que el vínculo
entre el Instituto y las empresas con las que colaboró
en este proyecto es uno de los mayores logros, pues le permitió
dedicarse al desarrollo tecnológico, “mientras ellos
se encargaban de la parte comercial, tanto en proveeduría,
como en las negociaciones”.
Finalmente, adelantó que está en negociaciones con
la empresa Electro Autos Eficaces para que participe en el proyecto
del Pumabús Eléctrico. Probablemente sea la que
facilite el camión para que el II diseñe el tren
motriz eléctrico, y de ahí despuntar hacia el transporte
público cero emisiones para la Ciudad Universitaria, y
en un futuro, para la Ciudad de México.