El uso sustentable de la energía comienza en el hogar.
Es necesario cuestionar si en verdad se requieren tres televisores
encendidos, luminarias a las tres de la tarde o mantener la computadora,
electrodomésticos y otros dispositivos conectados sin estar
en funcionamiento, preguntó Pablo Álvarez Watkins, académico
del Posgrado de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM.
Las políticas públicas orientadas a reducir
el consumo en México deben incluir investigaciones sobre cómo
es utilizada, de acuerdo a las características de cada comunidad.
Para garantizar el suministro a bajo costo es necesario diversificar
las fuentes para contar con una canasta energética equilibrada
y variada, y no depender sólo de los hidrocarburos.
Los recursos eólico, mareomotriz, solar, minihidráulico,
hidráulico, geotérmico y nuclear constituyen opciones
para un contexto sustentable a largo plazo.
“Necesitamos contemplar alternativas y lograr su instrumentación
a través del cabildeo, negociación política y
una gestión adecuada de problemas sociales”, recomendó
en el marco del Año Internacional de la Energía Sostenible
para Todos.
La Estrategia Nacional de Energía contempla que para
2025, el 25 por ciento de la consumida en el país debe ser
generada a partir de las renovables. Para lograrlo, se requieren planes
y programas específicos, con presupuesto propio, para impulsar
su desarrollo. “Sabemos cómo hacerlo técnicamente;
requerimos lo mismo a nivel económico y político”,
precisó.
Álvarez Watkins señaló que para disminuir
el consumo doméstico de gas podría recurrirse a la energía
solar térmica y obtener agua caliente. Con una perspectiva
de largo plazo, en todas las casas del país sería factible
instalar la tecnología necesaria, lo que se traduciría
en beneficios para la economía familiar y el ambiente.
La inversión en sistemas y equipos podría completarse
con apoyo gubernamental para amortizar los costos. El consumo se reduciría
hasta en un 30 por ciento, detalló.
Además, la fuente solar puede alimentar sistemas de
refrigeración y aire acondicionado, lo que sería útil
para disminuir el consumo de electricidad en las regiones más
calurosas, expuso.
Investigación y desarrollo
Por ley, la generación de electricidad en el país
debe realizarse al menor costo posible, lo que conlleva no recurrir
a fuentes renovables.
Álvarez refirió que la tecnología disponible
de energía solar fotovoltaica ofrece una eficiencia mínima.
En su mayor rango, el 15 por ciento de radiación que recibe
una celda de este tipo es aprovechada; en contraste, una planta de
ciclo combinado (que funciona con gas natural) alcanza niveles de
60 por ciento.
Sobre la geotermia, agregó que México dispone
de gran potencial y capacidad instalada, que lo coloca en el cuarto
lugar mundial en generación de energía a partir de vapor
del subsuelo.
Al secarse, los pozos de donde se obtiene para mover turbinas,
depende de altos costos de perforación. La operación
de las centrales es más cara que la obtención de petróleo
y gas.
El impulso a la generación de fuentes limpias en el
país debe considerar la alternativa de la geotermia y destinar
mayores montos a su desarrollo para duplicar, o incluso triplicar,
su producción. La estrategia podría incluir acciones
específicas para apostar a ella y elevar, hasta en 10 por ciento,
su participación en la canasta energética.
La investigación requiere el impulso suficiente para
elevar su efectividad, y la confiabilidad y productividad de la tecnología
relacionada para que sea atractiva y útil, resaltó.
Transporte sostenible
Uno de los temas más relevantes para la sostenibilidad
es el transporte, que en 90 por ciento requiere combustibles fósiles.
En contraste con los retos sobre la generación de electricidad
—con las fuentes renovables como opciones para resolverlos—,
en este rubro no existen tantas alternativas.
Ante el costo elevado de los vehículos que no lo requieren
para su funcionamiento, lo idóneo es impulsar el transporte
público eléctrico o de bajo consumo de gasolina, ampliar
sus redes y promover su variante multimodal.
Para recorrer grandes distancias, podría recurrirse
al Metro, metrobús o tren suburbano, de manera rápida
y segura, con un menor volumen de contaminantes. En distancias cortas,
utilizar bicicletas, sugirió.
“La ciudad aún no está acondicionada
para estos fines. La mayoría de las personas manejan automóvil
sin compartirlo, no existe una cultura de respeto a los ciclistas
y es indispensable promover la integración y ampliación
de transportes multimodales. Para lograr la sostenibilidad, es necesario
establecer medidas en este ámbito.