• Tenemos evidencia de cambio en el nivel del mar, eutroficación
e hipoxias en zonas costeras, afirmó Elba Escobar Briones,
directora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología
de la UNAM
• Para evaluar la vulnerabilidad de esos ecosistemas, se
deben considerar factores naturales y antropogénicos, sólo
así se pueden delimitar los efectos adicionales del cambio
climático, dijo Guadalupe de la Lanza Espino, del Instituto
de Biología
El cambio climático está presente
en los mares, las zonas costeras y los cuerpos intercontinentales de
México, detalló Elba Escobar Briones, directora del Instituto
de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
“Tenemos evidencias del calentamiento,
de la modificación del nivel del mar y del efecto de la acidificación
sobre los arrecifes. Recientemente, se hace un seguimiento a otros organismos
con carbonatos, como los equinodermos, para evaluar los efectos del
fenómeno”.
Además, en los mares del país
se cuenta con ejemplos recientes de eutroficación (o eutrofización),
proceso que, por causas naturales o antropogénicas, enriquece
las aguas con nutrientes (principalmente nitratos y fosfatos), lo que
provoca el aumento de algas y fitoplancton, la pérdida de transparencia
del líquido -que disminuye la fotosíntesis por falta de
luz-, y el aumento de la descomposición de la materia orgánica,
que reduce la concentración de oxígeno en el agua.
Escobar alertó que también hay
ejemplos de hipoxias, o falta de oxígeno, en zonas costeras nacionales.
“Quisiera promover que investiguemos más estos temas de
forma interdisciplinaria, para tener cada día mejor información
y herramientas con las que se puedan tomar decisiones”, destacó.
Sistemas costeros y pesquerías
Por su parte, Guadalupe de la Lanza Espino,
del Instituto de Biología (IB), advirtió que existe una
conectividad en los ecosistemas, una interrelación que no se
puede dejar de lado. “Por eso, aún no podemos saber si
el incremento del nivel del mar es consecuencia del cambio climático
o de la manipulación de las aguas interiores, que se descargan
a la zona costera. Es un asunto de gran complejidad”.
En el auditorio Agustín Ayala Castañares
del ICMyL, recomendó que para evaluar la vulnerabilidad de ecosistemas
costeros, se deben considerar factores naturales y antropogénicos
que ya participan en su dinámica y deterioro, pues sólo
así será posible delimitar los efectos adicionales.
En tanto, Patricia Guzmán Amaya, del
Instituto Nacional de la Pesca, destacó que el 85 por ciento
de las pesquerías del Pacífico están en deterioro
o máximo aprovechamiento sustentable; lo mismo ocurre con el
19 por ciento de las del Golfo de México.
“El cambio climático aumentará
la vulnerabilidad de los sistemas acuáticos y las pesquerías.
Se ha calculado que con un incremento del nivel del mar de 50 centímetros,
éste entraría a tierra hasta 23 mil kilómetros.
Ello implica la pérdida de lagunas costeras hasta en 50 por ciento”,
advirtió.
La zona económica exclusiva del país
tiene tres millones de kilómetros, y dentro de ésta se
ubica la plataforma continental, con aproximadamente 360 mil kilómetros.
“En ésta se lleva a cabo toda
la pesca en México, con excepción de algunas pesquerías,
como la de atún, que se realiza en aguas oceánicas, y
tiene graves problemas de contaminación y vulnerabilidad, que
se prevé aumente con el cambio climático”, finalizó.
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