• También es aprovechable la de mareas, corrientes
oceánicas y biomasa, dijo Miguel Ángel Alatorre Mendieta,
del ICMyL de la UNAM
• En este 2012, Año Internacional de la Energía
Sostenible para Todos, es fundamental impulsar fuentes alternas,
siempre que el daño al ambiente sea de bajo impacto, indicó
Los océanos ofrecen una gama de alternativas
para extraer energía de sus aguas y sustituir parcialmente los
combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural
y el carbón; pero el principal reto es cómo hacerlo, pues
se requieren grandes inversiones económicas iniciales, y mucha
creatividad.
“El mar es un medio difícil, muy
dinámico, en el que la sal corroe las estructuras que, además,
enfrentan eventos destructivos, como los huracanes”, afirmó
Miguel Ángel Alatorre Mendieta, investigador del Instituto de
Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
Como recurso, destacó, es una gran fuente
energética, donde “el combustible sale gratis, pero la
instalación es muy cara, aunque redituable a mediano plazo”.
Varios países ya explotan diversos sistemas
de energías renovables; según el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), en el 2010 ya se obtenía
el 16 por ciento de los requerimientos mundiales de energía,
principalmente en tierra firme, y esta cifra tiende a crecer.
Un mar de posibilidades
Del mar se puede obtener energía a través
de mareas, olas, corrientes, por diferencias térmicas, biomasa
y por ósmosis, así como del viento que sopla sobre la
superficie del agua.
La energía de las mareas es muy noble,
no es violenta y es predecible, pero sólo es aplicable a gran
escala en pocos lugares del mundo. Actualmente, se explota en países
como Francia, Corea del Sur, Rusia, China y Canadá. “En
México hay un lugar apropiado, al fondo del Golfo de California,
pero está muy lejos de las zonas de consumo, lo que implica pérdidas
significativas en su conducción”, dijo.
Las olas son el campo más fértil
para la creatividad. Hay infinidad de inventos para su aprovechamiento,
pero sólo unos pocos han sido puestos en práctica. Se
puede aprovechar el oleaje en casi todas las costas del mundo.
“Hay muchos tipos, pero las más
útiles para la obtención de energía son las generadas
por el viento, si no llegan a ser de tormenta”, detalló
el investigador, quien destacó que las naciones líderes
en su explotación son Reino Unido, Dinamarca, Portugal y Australia.
En las costas de México no hay un oleaje
muy grande, pero aún así es aprovechable con plantas pequeñas.
Las regiones donde se presenta mayormente, son las ubicadas al occidente
del Pacífico.
Energía térmica y biomasa
La diferencia significativa entre la temperatura
de la superficie y la de aguas profundas puede ser utilizada para la
generación de energía por medio de una planta llamada
OTEC (siglas de Ocean Thermal Energy Conversion). Esta diferencia se
presenta sólo en los mares tropicales, y México los tiene.
Una planta OTEC requiere de la extracción
de agua fría de profundidades mayores a 700 metros. “La
inversión inicial es muy alta, pues debe ser de grandes dimensiones
para ser rentable; además, debe resistir huracanes y ubicarse
cerca de los centros urbanos, acotó Alatorre.
En la actualidad, plantas de este tipo para
desalinizar agua funcionan en la India, y existe el proyecto de una
OTEC de 40mw en Puerto Rico; además, están en fase experimental
Japón, y algunos territorios europeos.
“En México se han identificado
varios sitios que cumplen con las condiciones para plantas OTEC, como
las costas de Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo (frente a Cozumel) y Cabo
San Lucas, en Baja California Sur”, precisó el investigador.
La biomasa, en contraste con la energía
térmica, requiere de aguas frías, muy abundantes en nutrientes,
en especial plantas de rápido crecimiento, como un alga gigante
llamada kelp. “En mares fríos, como los de las costas de
Estados Unidos, Chile y Australia, ya se explota industrialmente. En
nuestro país, crece en la costa norte de Baja California”.
Corrientes marinas, ósmosis y viento
Para utilizar las corrientes marinas, éstas
deben ser muy rápidas. “Hay empresas que venden prototipos,
como un aparato que se instaló en el puerto de Nueva York, sumergido
y que no estorba a la navegación.
En nuestra nación, algunas zonas idóneas
para la instalación de estos generadores de energía por
corrientes marinas son el canal de Cozumel y los ubicados entre las
grandes islas en el Golfo de California. En el Instituto de Ingeniería
de la UNAM se desarrolla un prototipo para obtener energía eléctrica
con corrientes marinas.
La ósmosis es una fuente energética
muy especial y no tan obvia. Se presenta si dos estanques con agua,
una salada y otra dulce, se ponen en contacto únicamente a través
de una membrana especial, lo que provoca que fluya el líquido
dulce hacia el salado, a través de la membrana, y crea una diferencia
de alturas entre los dos estanques.
Ello equivale a crear una presa que puede generar
energía a través de tecnología convencional. En
el caso del mar, es factible idear un sistema de este tipo en las proximidades
de la desembocadura de un río.
Esta idea se había concebido sólo
a nivel teórico, aunque Noruega construyó el primer prototipo
en 2011, que utiliza la ósmosis para generar energía eléctrica.
En México, en principio podría aplicarse en las desembocaduras
de los ríos.
Por último, la energía eólica
en el mar no es propiamente oceánica, pues la produce el viento
que sopla sobre la superficie marina, y se puede aprovechar con molinos
similares a los instalados en tierra firme. Actualmente los hay en Europa,
pero no en nuestro país, indicó.
Alatorre consideró que deben realizarse
más estudios científicos antes de explotar la energía
oceánica a gran escala. Puede hacerse, pero con moderación,
para no afectar los ecosistemas marinos. Esta fuente no es cien por
ciento “limpia”, pues puede producir algo de dióxido
de carbono, otros residuos, o bien, se pueden alterar localmente las
corrientes marinas y la temperatura del agua. “Pero los estudios
indican que su impacto es mucho menor que el producido por las energías
convencionales”, finalizó.
—o0o—