• En el texto galardonado se propone un
modelo para encontrar qué y cuántos elementos
estructurales son dañados durante un sismo
• El reconocimiento lo otorga el Colegio de Ingenieros
Civiles de México
Por el artículo “Damage Detection
in Instrumented Structures Without Baseline Modal Parameters“,
José Alberto Escobar Sánchez y Roberto Gómez
Martínez, investigadores del Instituto de Ingeniería
(II) de la UNAM, recibieron el Premio José A. Cuevas,
al mejor artículo técnico publicado en 2010, que otorga
el Colegio de Ingenieros Civiles de México A.C.
Aquí, se resume la tesis de Ramsés
Rodríguez como alumno de doctorado de la UNAM –ahora
profesor de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura
del Instituto de Politécnico Nacional–, quien propuso
un modelo basado en uno que Escobar Sánchez planteó
hace algunos años para encontrar qué y cuántos
elementos estructurales y no estructurales se dañan debido
a cargas dinámicas como las que ocasionan los sismos.
A partir de mediciones de vibración,
se localizan los elementos estructurales y no estructurales que hayan
tenido cambios en su rigidez; a esto se le llama cantidad de daño,
que es un parámetro cuantitativo, explicó Escobar Sánchez.
Es útil, por ejemplo, desde el punto
de vista de edificaciones existentes, porque después de un
temblor, en construcciones que tienen plafones o acabados que no permiten
ver las columnas y las trabes, sería posible determinar, por
este método, si hay deterioro.
Si ya se conoce el daño, sería
más simple ir directo al lugar y hacer las reparaciones pertinentes
sin tener que hacer una global de todo el inmueble, como se hace actualmente,
apuntó.
Por otro lado, la aplicación del método
a estructuras nuevas consiste en, al tener un proyecto -por ejemplo,
los planos de un edificio– y antes de construirlo, hacer la
simulación de lo que le podría ocasionar un sismo, y
estimar el escenario de posibles daños. Si el resultado muestra
que pone en riesgo la estabilidad, se tendría que modificar
el diseño para lograr una construcción más segura,
indicó.
Otra aplicación sería estimar,
a partir de una dañada, la cantidad de vida útil de
un inmueble, y si se va a reparar, determinar el nivel de seguridad
que se desea tener.
Éste es un tema relativamente nuevo
y como tal, aún no hay una respuesta única que dé
solución al problema, que además es de particular incumbencia
para el Distrito Federal por tratarse de una zona sísmica,
consideró.
El premio
“A mis alumnos de maestría y
doctorado que realizan su tesis siempre les pido que presenten sus
trabajos en congresos nacionales e internacionales, y que los publiquen
en revistas. Esto es muy útil porque, parte de su formación
consiste en ser capaces de sintetizar su investigación en 10
ó 15 páginas, y presentar lo esencial en un foro, ante
especialistas”, comentó.
Éste es un reconocimiento al trabajo
que hacemos en el Instituto, sobre todo porque tiene aplicaciones
prácticas y directas en despachos de ingeniería, lo
que esperamos sea en beneficio de la gente, concluyó.
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