• Expresó que es necesaria
una política social más activa, orientada a combatir
la pobreza y reducir la desigualdad
• Participó en el Encuentro Iberoamericano Conmemoración
del Bicentenario de la Constitución de Cádiz. Las
ideas constitucionales de América Latina, en el Senado de
la República
Por razones económicas y humanas,
pero también por la pertinencia de mantener la estabilidad
y la paz social, es necesario reformular los mecanismos y alcances
de la acción del Estado, tanto en el ámbito económico
como en el social, afirmó el rector de la UNAM, José
Narro Robles.
Al participar en el Encuentro Iberoamericano
Conmemoración del Bicentenario de la Constitución
de Cádiz. Las ideas constitucionales de América Latina,
expresó que es necesaria una política social más
activa, orientada a combatir la pobreza y reducir la desigualdad.
En la Torre de Comisiones del Senado de la
República, señaló que a estas alturas, “a
todos debiera quedarnos claro que la acción promotora del Estado
en la economía está lejos de representar un anacronismo”;
igualmente, que se requieren mecanismos que impulsen la redistribución
del ingreso en favor de la población más necesitada,
lo que implica, entre otras cosas, la universalización y el
acceso equitativo y de calidad a los servicios de educación
y salud, al igual que el estímulo para la creación de
empleo digno. “Sin todo esto, será difícil avanzar”,
asentó.
José González Morfín,
presidente de la mesa directiva de la cámara alta, mencionó
que a 200 años de su promulgación es indispensable tomar
como punto de partida el texto de Cádiz para entender el desarrollo
de nuestro constitucionalismo. El principal valor que reconoció
es la concepción de la propia Carta Magna como una ley suprema,
que contiene una declaración de valores fundamentales; es la
antecesora de los derechos sociales.
En su oportunidad, el ministro Juan Silva
Meza, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
sostuvo que la constitución referida es génesis de lo
que a la postre cristalizaría, tanto en España como
en México, con poderes judiciales autónomos, consolidados
e independientes.
En tanto, Juan José Lucas, vicepresidente
primero del Senado de España refirió que, entre otros
aspectos, en el documento se establecían la soberanía
nacional, la monarquía constitucional, la separación
de poderes y la libertad de prensa. Se convirtió en el hito
democrático de la primera mitad del siglo XIX, trascendió
varias constituciones europeas, e impactó en los orígenes
constitucionales y parlamentarios de la mayor parte de los estados
americanos, durante y tras su independencia.
Melquiades Morales Flores, presidente de
la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales
del Senado, explicó que la Constitución de Cádiz
fue promulgada en esa ciudad el 19 de marzo de 1812; fue obra de algo
más de 300 diputados electos que provenían de la Península
Ibérica, como de los territorios coloniales de América
y Asia; 63 fueron americanos y, de ellos, 21 mexicanos que dieron
una gran batalla por la soberanía y la libertad.
La de Cádiz fue la primera constitución
de corte liberal que, sin duda, tuvo una influencia directa en lo
que hoy es la nación mexicana; ahí se habló de
soberanía nacional, de división de poderes, de derecho
de representación, de igualdad de los ciudadanos ante la ley,
y se reconocieron los derechos individuales a la educación
y la libertad de imprenta, entre otros aspectos, dijo el presidente
del Instituto Belisario Domínguez del Senado, Carlos
Navarrete Ruiz.
Al término de la ceremonia se develó
el busto de Miguel Ramos Arizpe en el piso 1 de la Torre. Asistieron
también el presidente del Tribunal Federal Electoral, Alejandro
Luna Ramos; el presidente de la Comisión de Federalismo del
Senado de la República, Raúl Mejía González;
y el ex rector de la UNAM y presidente del Instituto Iberoamericano
de Derecho Constitucional, Jorge Carpizo, entre otros.
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