• Sus funciones están
relacionadas con la protección y el rescate de la fauna y
la flora de ese sitio único en el mundo
Con el objetivo de llevar a cabo una serie
de funciones relacionadas con la protección y el rescate de
la flora y la fauna de la Reserva Ecológica del Pedregal de
San Ángel (REPSA) de Ciudad Universitaria, se puso en circulación
una unidad móvil adaptada especialmente, a la que se conoce
con el nombre de patrulla ecológica.
“Este vehículo se suma a la
infraestructura propia de la REPSA y es operado por Guillermo Gil,
quien tiene una gran experiencia como biólogo y paramédico
en animales”, informó Antonio Lot Helgueras, secretario
ejecutivo de la Reserva Ecológica.
Cuenta con una torreta de luz; un sistema
de radio-comunicación; un poderoso fanal giratorio para alumbrar
de noche, que puede ser operado a distancia; instrumentos especiales
para el manejo de animales como serpientes, perros y gatos; un espacio
para su traslado; un botiquín con distintos fármacos,
y un extintor de incendios que contiene una sustancia elaborada con
plantas y que, por lo tanto, no contamina.
Esta nueva unidad trabaja en coordinación
con Protección Civil y los Bomberos de la UNAM, y cubre el
área perimetral de la REPSA, conformada por 237 hectáreas,
un tercio del total de Ciudad Universitaria, así como zonas
aledañas.
“Sin embargo, es muy importante subrayar
que, como se lee en el reglamento interno de la REPSA, la supervisión
y vigilancia es responsabilidad de todos los universitarios. Debemos
recordar que, además de los servicios ecosistémicos
que presta, es un sitio único en el mundo donde biólogos,
ecólogos, ingenieros, geólogos y geógrafos, entre
otros, realizan labores de docencia e investigación”,
señaló.
“Debemos trabajar estrechamente con
los responsables de las entidades e instalaciones universitarias ubicadas
en las inmediaciones, pues aunque la patrulla dispone de un extintor,
lo mejor es poner en práctica estrategias preventivas”,
dijo.
Un principio ecológico indica que
si se protege la flora, se hace lo mismo con la fauna. En todo el
campus, en especial dentro o en los alrededores de la REPSA,
muchos animales originarios (como los tlacuaches) mueren, quedan heridos
o huérfanos a consecuencia de atropellamientos y de ataques
de perros y gatos domésticos que fueron abandonados y ahora
viven allí en manadas ferales, con el riesgo adicional de convertirse
en transmisores de zoonosis.
“Una de mis tareas a bordo de la patrulla
es rescatarlos, así como a los que quedan atrapados en un plafón
o tubo de drenaje. De hecho, establecimos un convenio de colaboración
con la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia para atenderlos
y, una vez restablecidos, regresarlos a su hábitat”,
comentó Guillermo Gil.
Para mantener el equilibrio, el biólogo
universitario recomendó no alimentar a los perros y gatos que
uno se encuentren en Ciudad Universitaria, no liberar a los propios
en la REPSA, ni en ningún otro punto del campus.
“En las próximas semanas se
instalarán allí mamparas informativas en las que se
explicará dónde está parado uno y qué
valor tiene la Reserva. Si una o varias personas pasan de largo y
se adentran, se toparán con otras más estrictas, en
las que se detallará que para entrar se debe solicitar un permiso
con antelación”, finalizó Lot Helgueras.
El teléfono para solicitar la ayuda
de la patrulla ecológica es el 56-22-52-04. Correo electrónico:
repsa@sid.unam.mx
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