• Carlos D’Hyver, académico
del Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, indicó
que el objetivo es estimular la formación de músculo
y aminorar la degradación del mismo
En el momento en que una persona se encuentra
en pleno proceso de envejecimiento, empieza a perder masa muscular,
aún más sin ejercicio y una alimentación adecuada.
Si a esa condición se agregan infecciones
y enfermedades que postran en cama, como la osteoartritis, dolores
en rodillas, cadera y columna vertebral, la pérdida de músculo
se agudiza porque no existe estímulo para favorecer su crecimiento.
Ese fenómeno biológico, denominado sarcopenia, se identifica
porque la fibra de ese órgano se intercambia por grasa.
Ante esa situación, Carlos D’Hyver,
académico del Posgrado de la Facultad de Medicina (FM) de la
UNAM, propuso un tratamiento para personas mayores con base en aminoácidos,
a fin de incentivar la formación y disminuir la degradación.
Cualquier individuo en edad avanzada que
es hospitalizado, al paso del tiempo, sufre merma; en tan sólo
tres días, la masa se reduce y para recuperarla requerirá
de más del doble de tiempo que una persona joven, advirtió
el también miembro del Subcomité Académico de
Geriatría de la misma entidad.
De ahí, la necesidad de dosificar
cierto tipo de aminoácidos, como la leucina –clasificada
entre los esenciales–, cuya función es estimular la formación
de músculo.
D’Hyver explicó que en el momento
que el aminoácido entra a la célula de ese órgano
se degrada en diferentes partes. Una de ellas es el Beta-Hidroxi Beta-Metilbutirato
(HMB), que estimula directamente una sub proteína llamada mTOR,
encargada de que el cuerpo produzca proteínas para formar fibras
musculares.
Los seres vivos tienen que ingerir aminoácidos
porque no son producidos por el hígado. Si existe leucina en
la alimentación, no se presenta ese problema, y si se acompaña
con ejercicio y una dieta que incluya otro tipo de proteínas,
el organismo tiende a producir músculo, agregó.
Consecuencias de la pérdida de músculo
Entre los inconvenientes de la pérdida
de la fuerza muscular, puede mencionarse la propensión a caerse;
además, se pierde el equilibrio y se dificultan las actividades.
“Es un círculo vicioso, donde sufre el individuo”.
“Una persona debe tomar un gramo de
proteína por cada kilogramo de peso, aproximadamente, y si
no se adquiere de los alimentos, se debe prescribir en complemento”,
añadió.
“Si no procuramos una alimentación
adecuada, los adultos mayores se volverán más lentos,
tendrán una pérdida adicional de capacidades, y se pretende
que estén en las mejores condiciones, lo que implica que no
necesiten ayuda para sus actividades”.
Entre los casos que ha encontrado el geriatra
para afinar su estrategia, se encuentran quienes tienen una alimentación
restringida por factores como la economía, los que no son afectos
a las verduras y frutas, o los limitados por alguna enfermedad que
requieren cierta dieta.
Otra sustancia necesaria para el desarrollo
muscular es la vitamina D, “aunque se piensa equivocadamente
que es exclusiva para los huesos y fijar calcio”, concluyó.
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