• A unos meses
de su deceso, la FE de la UNAM recordó al poeta nayarita
La Facultad de Economía (FE) rindió
homenaje a Alí Chumacero, fallecido hace unos meses. En el
Aula Magna Jesús Silva Herzog, concurrieron Rolando
Cordera, profesor emérito de la entidad; Evodio Escalante,
escritor y estudioso de la obra de Chumacero; Blanca Luz Pulido, poeta
y José Ángel Leyva, periodista.
“En este homenaje, que debe ser también
una convivencia festiva, recordamos hoy al maestro editor y al editor
maestro con el que de diferentes maneras muchos gozamos del vivir;
nos alimentó el disfrute de estar con él y escucharle”,
dijo Cordera Campos.
También, citó anécdotas
del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde el poeta nayarita
trabajó más de 60 años, o en la casa de algunos
amigos, con sus bromas que hacían “botarnos de la risa”.
Cordera lo recordó como a un hombre de bien, sabio y profundo,
agricultor de la poesía del silencio.
Al respecto, Evodio Escalante, crítico
literario, recordó que Chumacero apareció en su vida
después de quedar sin empleo en un suplemento, a mediados de
la década de los 80. Cierto día, relató, “recibí
una llamada de Marco Antonio Campos para invitarme a colaborar con
reseñas de libros. La primera fue sobre una recopilación
de la poesía de Alí. Fue un libro de 1986, ejemplar
que aún conservo”.
Además de esa reseña, me quedó
la inquietud de escribir cosas más extensas de él y
llegué a publicar un par de ensayos, refirió. Así,
con el mismo Marco Antonio Campos, publicó un libro con textos
que aparecieron sobre el artista: Alí Chumacero. Retrato
crítico, editado por la UNAM, en 1995.
En su oportunidad, Blanca Luz Pulido recordó
que al terminar la licenciatura de Letras y Literatura Hispánicas,
en la Facultad de Filosofía y Letras, empezó a colaborar
en algunas editoriales. A partir de 1984, laboró en el FCE,
con Chumacero. “Si uno tenía alguna duda editorial o
algún problema en la formación de los libros, podíamos
acudir con él a recibir algún consejo”, rememoró.
Me tocó subir al Departamento de Producción,
donde estaba entre montones de galeras que todavía se formaban
con tipografía de plomo. Me indicó qué tipo era
el adecuado y en qué tamaño debían estar un título
y un subtítulo. Quienes lo conocimos, sabemos que no dejaba
de exigir un gran rigor en su trabajo, el mismo que él tuvo
para su propia creación, añadió.
En tanto, José Ángel Leyva,
autor de la considerada última entrevista a Chumacero, comentó
algunos pasajes de su escrito, que apareció en la edición
enero-marzo de la revista de poesía La Otra.
Chumacero fue un poeta dotado de un gran
sentido del humor, desacralizó cualquier cosa y, al mismo tiempo,
tuvo un profundo respeto por la palabra. También, fue hombre
de una agudeza mental extraordinaria, pero le dio reposo a las palabras
para que poco a poco encontraran su lugar.
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