• Sergio Gómez Chávez,
del INAH, encabeza la excavación de un túnel ubicado
debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, clausurado hace mil 800
años; al final del pasaje se encuentran varias cámaras,
donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización
• Se halla a 14 metros de profundidad, con orientación
de oeste a este; de acuerdo a relatos de culturas mesoamericanas,
la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección
• Con un georradar, Víctor Manuel Velasco Herrera, del
IGf de la Universidad, detectó la ubicación del túnel,
y con una cámara de video 3D, graba las primeras imágenes
tridimensionales del sitio
Científicos mexicanos encontraron, debajo
del Templo de la Serpiente Emplumada, un túnel clausurado por
los teotihuacanos hace mil 800 años. Ahí, la Universidad
Nacional participa con un georradar, que desde la superficie detecta
lo que hay en el subsuelo, y con el registro del complejo arqueológico,
mediante una cámara de video en 3D.
Con el georradar, que barre con ondas electromagnéticas
desde la superficie para detectar materiales y objetos del subsuelo,
Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto
de Geofísica (IGf) de la UNAM, detectó la ubicación
de ese pasaje, sus dimensiones y las cámaras al final de éste.
Ese túnel “es una representación
del inframundo. Se trataba de un lugar de creación, donde residen
las fuerzas telúricas, emanadas de las deidades; el sitio donde
se crea y se recrea la vida de forma constante”, consideró
Sergio Gómez Chávez, del Instituto de Antropología
e Historia (INAH).
El arqueólogo, tras años de dirigir
al equipo que ha hecho posible extraer con palas y cubeta más
de 200 toneladas de tierra y piedra, también ha encontrado una
ruta de símbolos, cuya conclusión serán las cámaras
funerarias ubicadas en el extremo del corredor.
Ahora, se avanza en la exploración del
túnel, que se encuentra a 14 metros de profundidad, con orientación
de oeste a este –de acuerdo a distintos relatos o mitos que compartían
diversas culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente
en esa dirección–, con una longitud de 120 metros.
Pero al final, se encuentran varias cámaras,
donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización
mesoamericana. De confirmarse, será uno de los descubrimientos
arqueológicos más importantes del siglo XXI a nivel mundial,
consideró.
Rastreo con georradar
En la zona, Velasco trabaja con un georradar
que, desde la superficie, detecta lo que hay en el subsuelo. Con este
equipo no invasivo, propiedad del Instituto de Investigaciones en Matemáticas
Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, el universitario ha detectado
la longitud de la oquedad y el mítico sitio al que conduce.
“Se utiliza desde la superficie del suelo,
y emite ondas electromagnéticas para localizar diferencias de
materiales”. Así, se han podio distinguir trozos de cerámica,
huesos, piedras, agua o huecos del sitio, lo que ayuda a la reconstrucción
del túnel y de sus contenidos. Con esa evidencia, se completa
la información de los arqueólogos quienes, al excavar,
han localizado fragmentos de objetos de ofrendas.
El uso de la tecnología para explorar la zona ha sido fundamental.
Por la formación de la ingeniería del sitio vemos que
en Teotihuacan hubo un gran conocimiento científico, de matemáticas,
geografía, construcción, y de los materiales, que indican
que hubo un gran desarrollo, destacó.
Teotihuacan tridimensional
Otra participación de la UNAM en la
exploración del Templo de la Serpiente Emplumada consiste en
un registro del complejo arqueológico con una cámara de
video en 3D.
En el país, esta tecnología se
aplica en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología.
En especial, Velasco la ha utilizado en la percepción remota
aeroespacial para el estudio de los cuerpos celestes, del cambio climático,
de los huracanes y, ahora, la emplea en la zona arqueológica
de San Juan Teotihuacan.
“Generamos los primeros videos tridimensionales
de uno de los lugares más sagrados del México prehispánico,
como es el inframundo teotihuacano, y próximamente se harán
animaciones y recreaciones virtuales del túnel, de su arquitectura,
de los restos de cerámicas y otros objetos”, adelantó
Velasco.
Uno de los planes, es realizar con ese material
un museo o paseo virtual, para dar a conocer este hallazgo a nivel global.
Requieren nuevo equipo
Además de la tecnología 3D, se
requiere de una nueva para analizar con detalle las condiciones de las
paredes de ese pasaje, “porque sería importante saber si
hay fracturas que pudieran poner en peligro la vida de los arqueólogos
del INAH, u ocasionar derrumbes como ocurre comúnmente en las
minas”, añadió.
“Este equipo es un escáner-láser,
y es necesario emplearlo constantemente dadas las condiciones, por lo
que sería fundamental que se apoyara a la Universidad para la
adquisición de este instrumento, que no sólo se usaría
en ese sitio arqueológico, sino en todo el país, para
resolver diferentes problemas”, indicó.
El uso de nuevas herramientas ha permitido
un encuentro entre el México moderno y el prehispánico,
“me parece que solamente si hemos alcanzado un desarrollo científico,
somos dignos de encontrar y comprender este hallazgo en San Juan Teotihuacan”.
Además de la importancia arqueológica
y del valor cultural, los tehotihuacanos legaron un mensaje: “no
cometan nuestros errores o se colapsarán como nosotros”,
aseguró Velasco. Esto es relevante, continuó, porque “el
estudio de nuestro pasado es fundamental para resolver los grandes problemas
que tiene actualmente una mega urbe como la Ciudad de México”.
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