• Se prolongarían si la capa de hielo que lo cubre es
gruesa y suministra suficiente agua para generar explosiones al contacto
con la lava, explicó Servando de la Cruz, investigador del
Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica
• Se requiere más tiempo para hacer un diagnóstico
y pronóstico de la actividad
La emisión de cenizas derivada de la
erupción del volcán islandés Grimsvötn, iniciada
el domingo pasado, podría prolongarse si la capa de hielo que
lo cubre tiene capacidad para suministrar suficiente agua. Todavía
hay poca información y se investiga el espesor del hielo en el
punto exacto donde ocurrió el fenómeno para hacer modelos
en torno a su posible duración. También depende de la
composición del magma que se produce, explicó Servando
de la Cruz.
El investigador del Departamento de Vulcanología del Instituto
de Geofísica de la UNAM, expuso que tal vez, la cubierta no sea
muy delgada, pero se requiere más tiempo para observar la evolución
de la erupción y hacer un diagnóstico y pronóstico.
“Para el fin de semana se tendrán datos más precisos”.
El experto explicó que el volcán
en Islandia es característico de los que existen en ese país.
“Es un área de mucho interés por la presencia de
la cordillera Atlántica, submarina y muy profunda, pero que emerge
a la superficie en sitios como Islandia. Se trata del la zona llamada
rift, donde se separan las placas tectónicas de Norteamérica
y Euroasiática”.
Ahí, a lo largo de esa especie de fractura tensional, la corteza
terrestre se abre, deja salir el material magmático y genera
vulcanismo. Sin embargo, la actividad se concentra en Islandia, de forma
tan marcada que, incluso, explica el origen a esa enorme isla.
El rift es una estructura compleja
que tiene varias fracturas, a lo largo de las cuales hay sistemas volcánicos,
como el Eyjafjallajökull, que hizo erupción el año
pasado.
De la Cruz señaló que este tipo
de erupciones en general son poco explosivas si se dan al aire; pero
si la lava interactúa con una capa de hielo o entra en contacto
con agua, se genera la fase explosiva y una gran cantidad de ceniza.
La alta energía térmica del magma funde catastróficamente
al hielo y explota como una caldera de vapor. Sin embargo, la emisión
de magmas más ácidos puede también generar actividad
explosiva productora de ceniza, aun sin la contribución del hielo.
Por eso, si el fenómeno ocurre donde
no hay glaciar, en general se ven fuentes de lava parecidas a las de
Hawai, es decir, chorros procedentes de las grietas. En 2010, la erupción
islandesa empezó de esa manera, subaérea; era una fuente
de magma muy espectacular, pero sin gran problema.
Sin embargo, las fracturas son muy largas y
puede darse el caso de que el sitio se cierre y el flujo busque otro
camino. Tal fue el caso del Eyjafjallajökull, que se abrió
más al este, bajo un glaciar, y en ese momento, comenzó
la fase explosiva, un mes después de iniciada la actividad eruptiva,
con la presencia de una gran cantidad de ceniza y las consecuentes dificultades
para el tránsito aéreo.
El volcán Grimsvötn, el más
grande y activo de Islandia, con erupciones muy frecuentes que, frecuentemente
inician bajo el hielo, ha tenido una primera fase explosiva más
fuerte que la del Eyjafjallajökull, con una columna más
alta.
El impacto que tengan las nubes de ceniza son
resultado de un efecto acumulativo, expuso; para que haya una cantidad
importante debe registrar emisiones continuas. En cuanto a la salida
de magma, “probablemente continúe, porque no se detiene
de un día para otro; el volumen involucrado es grande, y en ocasiones,
como en 1783, alcanzó hasta varios kilómetros cúbicos”.
Hasta que la capa helada se derrita por completo
se pasará de la fase explosiva a una efusiva, donde sólo
se emita lava; puede continuar la producción de ceniza, en mucho
menor medida, siempre y cuando el magma se mantenga con una composición
que no genere un potencial explosivo propio.
Un factor determinante es el meteorológico.
La ceniza irá donde la lleve el viento; en este caso, los predominantes,
a distintas altitudes, soplan al sureste y al oeste por lo que se formarían
dos plumas a distintas altitudes.
Así, una parte viaja al continente europeo;
llega primero a las islas Británicas y países escandinavos.
La otra, eventualmente, llegará a la parte norte de América,
a Canadá, pero con menos concentración, “más
dispersas”.
En México, la afectación sería
para quienes tienen planeado viajar a Europa de ida o vuelta, sobre
todo, al norte. “Si continúan columnas grandes varias semanas,
posiblemente crezca el número de cancelaciones”.
A diferencia del año pasado, en esta
ocasión se ha subido la tolerancia o cantidad en el aire para
suspender vuelos. El año pasado fue de alrededor de dos miligramos
por metro cúbico, y ahora, aumentó 20 veces. Es decir,
aunque haya 20 veces que el año pasado en el aire, continuará
la navegación aérea.
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