• Ana Cecilia Conde, del CCA, obtuvo el reconocimiento en la
categoría de Investigación, por sus aportaciones en
el área de cambio climático
Por su destacada trayectoria como académica
y formadora de recursos humanos en estudios de cambio climático,
y su contribución en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio
Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), institución
galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2007, Ana Cecilia Conde Álvarez,
obtuvo el Premio al Mérito Ecológico 2011, en la categoría
de Investigación, que otorga la secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales.
Básicamente, se reconocen los trabajos
que tienen impacto en contrariedades ambientales en México, y
“tengo años con proyectos llamados de principio a fin”,
destacó la investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera
(CCA) de la UNAM.
Después de años de realizar análisis
rigurosos de física atmosférica, se observaron modificaciones
en el clima, y sabemos que a futuro podría haber más;
por ello, estamos convencidos que se debe incluir a especialistas de
otras disciplinas como biología, geografía y economía,
subrayó.
“En mi grupo empezamos a laborar con
productores de maíz, y actualmente de café, con el proyecto
Vulnerabilidad y capacidad adaptativa de los productores de café
en la región central de Veracruz, México, ante los desastres
hidrometeorológicos. Éste es un caso interesante
porque si se continúa la deforestación, entonces el país
contribuye con ese fenómeno global pero, además, se pierde
biodiversidad, producción y se agravan los conflictos del suelo
y del agua”, apuntó.
Para evitar este deterioro, aseveró
la especialista en variabilidad climática, es necesario involucrar
a los productores de café; en ese sentido, “nuestra labor
no sólo es explicarles qué hacemos, sino buscar alternativas,
lograr que tomen conciencia sobre la importancia de los servicios ambientales
y que ellos son guardianes de ese bosque mesófilo de montaña,
donde crece esa semilla”.
Conde Álvarez recordó que, desde
la década de los 90, realiza investigaciones en el área
y eso cambió su vida porque le permitió estar en el IPCC,
discutir con productores de maíz y café, tomadores de
decisiones y especialistas de otras disciplinas.
“Creo que la fortaleza de nuestro trabajo
es que no llegamos con todo hecho, sino escuchamos qué les angustia
de este problema y entonces hacemos el estudio. De este modo es más
fácil crear conciencia”, subrayó la secretaria Académica
del CCA.
El Premio
“Recibo este premio con la idea que es
producto de un trabajo de grupo, afortunadamente hemos laborado bien,
en un ambiente de respeto y colaboración, donde todos aprendemos
y construimos conceptos nuevos”, indicó.
El galardón se refleja en ella por ser
quien asiste a las conferencias, pero en su equipo “hay gente
valiosa que, reciba premios o no, va a modificar la forma de hacer ciencia”.
La Universidad Nacional, prosiguió,
hace la diferencia en la forma de indagar y “nosotros no sólo
hacemos proyectos que nos dejen dinero, aunque se debe reconocer que
su calidad permite generar recursos extraordinarios, pero sin duda,
es en el marco crítico del trabajo universitario, donde se genera
la interdisciplina y el conocimiento original”.
El premio consiste en un reconocimiento y un
estímulo económico para apoyar su investigación
en curso. “Pienso invertir la mayor parte en otorgar becas a estudiantes
de la Universidad Veracruzana, porque así como es importante
que la UNAM sea líder, también es necesario apuntalar
la formación de recursos en el lugar donde está el problema”.
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