• La DGTIC diseñó y desarrolló
para el INAH el Sistema Único de Registro Público de
Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricas, que permite
la inscripción, desde cualquier parte del país y vía
Internet, de bienes muebles e inmuebles
Para actualizar y organizar el patrimonio cultural
que posee México, en la UNAM, a solicitud del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH), se diseñó y
desarrolló el Sistema Único de Registro Público
de Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricos, una
base de datos que permite la inscripción de los bienes respectivos
desde cualquier parte del país, vía Internet.
Marcela Peñaloza Báez, directora
de Colaboración y Vinculación de la Dirección General
de Cómputo y Tecnologías de Información y Comunicación
(DGTIC) de esta casa de estudios, y Silvia Mesa Dávila, directora
del Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas
del INAH, explicaron que este esquema, creado por la entidad universitaria,
unifica criterios técnicos y académicos para la catalogación,
que se encontraba dispersa en bases heterogéneas.
Al respecto, Peñaloza Báez indicó
que no existe una guía para conformar un registro público
especializado; por ello, poco a poco, se integraron personas al proyecto.
En 2009, por ejemplo, había 16 por parte de la UNAM; en 2010,
la cifra aumentó a 25, y para 2011, se espera que en total, sumen
32.
Asimismo, mencionó que ésta es
una oportunidad de intervenir en la solución de problemas nacionales;
además, se pretende que los estudiantes de posgrado analicen
alternativas para que los inventarios digitales se preserven por largo
tiempo.
De igual modo, informó que dentro de
la base hay un perfil para que quienes no pertenecen al INAH puedan
hacer consultas, lo que permite mayor transparencia sobre los objetos
inscritos.
Por su parte, Mesa Dávila señaló
que se pensó en esta casa de estudios por ser la única
institución capaz de crear un sistema tan completo, que almacene
tal cúmulo de datos, con aspectos puntuales de cada uno de los
monumentos”,
El registro
Hasta el momento, añadió, en
el sistema están anotados alrededor de 65 mil piezas; “pero
aún faltan, pues no se considera información que no esté
actualizada y verificada”.
Aquí se asientan detalles como la cantidad
de piezas (unitario, lote, ofrenda, entierro o conjunto), tipo de objeto,
forma específica, materia prima, técnicas de manufactura,
de decoración, dimensiones, procedencia, filiación cultural,
marcas físicas, nombre o tema con que se identifica, observaciones
y fotografías.
Además, prosiguió, se integran
datos de bienes muebles e inmuebles arqueológicos, históricos
(coloniales y del siglo XIX) y paleontológicos; restos humanos,
de flora y fauna; equipo de transporte histórico, manuscritos
e impresos.
Se complementa con referentes históricos
y de movimientos, esto es, si fue robado o extraviado, si ha sido exhibido,
restaurado o se obtuvo por reintegración a la nación,
domicilio o custodia, y datos que contribuyen al diagnóstico
del estado de conservación y medidas para su protección,
concluyó.
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