• Las instituciones de educación superior tienen que
asumir una postura más activa frente a los grandes problemas
del orbe, dijo en visita de trabajo a España
• Especialmente, en momentos en que pragmatismo, individualismo
y la sola acumulación de dinero parecen ganar a valores laicos
como la solidaridad, libertad, tolerancia y diálogo
• Ofreció la conferencia La educación y la
ciencia en la integración de Iberoamérica, en la
Universidad Ramón Llull
La desigualdad, los efectos de la crisis económica
reciente y el futuro de una sociedad, en la que el saber será
factor de producción y crecimiento, forman parte de los grandes
retos en el orbe; por ello, las instituciones de educación superior
tienen que asumir una postura más activa. Frente a esa realidad,
la región debe impulsar la creación de una “carretera
iberoamericana del conocimiento”, planteó el rector de
la UNAM, José Narro Robles.
Sin el apoyo de los Estados nacionales a la
educación y la ciencia, añadió, ninguno de los
graves problemas de la sociedad tiene solución.
En visita de trabajo, Narro Robles ofreció
la conferencia “La educación y la ciencia en la integración
de Iberoamérica”, en la sede de la Universidad Ramón
Llull (URL), y asistió a la ceremonia inaugural de las
Jornadas de Cooperación de la URL: México 2011.
Por ello, dijo ante la rectora de la URL, Esther
Giménez-Salinas, es inaceptable que los jóvenes en edad
de cursar estudios no puedan hacerlo; de ahí, el reto de aumentar
sustancialmente la cobertura y el desarrollo de programas para ampliar
la inclusión social. Esas condiciones permitirían una
gran movilidad académica y abrirían paso a que el ciclo
de la enseñanza se enriqueciera en beneficio de todos, explicó.
Al respecto, recordó que a partir del
II Encuentro de Rectores de Universia, se asumieron medidas concretas
para el desarrollo del Espacio Iberoamericano del Conocimiento, y se
estableció que, con apoyo de gobiernos, empresas y universidades,
se impulsen programas de movilidad e intercambio estudiantil y académico.
Por ello, sostuvo, es fundamental la relación
entre el nivel de desarrollo y la fortaleza de sus sistemas instructivos.
La responsabilidad de las instituciones de educación superior
es entrar a la sociedad del saber, sin que ello implique dejar a un
lado su compromiso con las necesidades de la población.
Además, sumar sus capacidades a las
tareas de los Estados para contribuir a la erradicación de la
pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo y el hambre,
entre otros, especificó.
Especialmente, advirtió, en momentos
en que el pragmatismo, individualismo, egoísmo y la sola acumulación
de dinero parecen ganar frente a valores laicos como solidaridad, libertad,
tolerancia y diálogo.
El mundo de hoy, abundó Narro, se define
por sus paradojas y la desigualdad. Citó los dos mil 500 millones
de habitantes del orbe que viven en la pobreza; el contraste de esperanza
de vida en Zambia, de 47, contra 83 años de Japón; el
ingreso per cápita de 60 mil dólares en ciertas naciones,
a los 300 dólares anuales en los territorios africanos más
atrasados, o el saneamiento básico del que carecen cuatro de
cada 10 seres humanos.
También, mencionó los 750 millones
de personas que no saben leer ni escribir. El problema se hace más
complejo en regiones como Latinoamérica, la más desigual
del planeta, con ocho por ciento de analfabetos mayores de 14 años.
En América Latina, especificó,
la cobertura en educación superior es del 38 por ciento, que
contrasta con el 57 por ciento de Portugal y 71 por ciento de España,
y con erogaciones por estudiante que en Chile y México son de
seis mil 292 y seis mil 462 dólares, respectivamente, contra
los 11 mil 87 de España.
En el ámbito latinoamericano, abundó,
se gradúan cinco doctores por cada 100 mil integrantes de la
Población Económicamente Activa, y en España, la
cifra alcanza los 42; en Corea, 41, y en Estados Unidos, 31.
Narro Robles también asistió
a un almuerzo en el que estuvo el embajador de México en España,
Jorge Zermeño; la cónsul mexicana en esta ciudad, Francisca
Méndez; Josep Maria Garrell, vicerrector de Política Universitaria
y secretario general de la URL, y los vicerrectores Académico
de Innovación Docente y Calidad, Jordi Riera, y de Investigación
e Innovación, Lluís Comellas.
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