• Es un padecimiento crónico que no sólo produce
daños funcionales, sino también psicológicos,
alertó Erika Heredia, de la FO de la UNAM
• En la Ciudad de México, a los 12 años, los niños
tienen, en promedio, tres piezas dañadas
La caries dental no se considera una enfermedad
grave, pero sí puede afectar la calidad de vida, pues no sólo
produce daños funcionales, sino también psicológicos,
afirmó Erika Heredia Ponce, corresponsable del Departamento de
Salud Pública y Epidemiología Bucal de la Facultad de
Odontología (FO) de la UNAM.
En el primer caso, disminuyen las funciones
masticatorias, hasta llegar a eliminar los alimentos duros de la dieta,
y a nivel psicológico, la falta de piezas o el aspecto que presenta
la dentadura afecta la autoestima, al grado de aislarse o alterar la
interacción con los demás.
En Estados Unidos, ejemplificó, hay
reportes que indican la pérdida de 51 millones de horas clase
relacionadas con la caries dental, indicó la especialista en
salud pública bucal.
En términos generales, la calidad de
vida es un concepto que puede influir el nivel en que nos sentimos capaces
de participar en las actividades que respondan a nuestras necesidades
y expectativas; entonces, “si no me siento bien con mi boca a
causa de las caries, esa estabilidad se verá afectada”,
apuntó.
Esa enfermedad multifactorial, provocada principalmente
por malos hábitos de higiene bucal, microorganismos, y por el
sustrato o elementos del medio ambiente que facilitan la proliferación
de bacterias, afecta en mayor medida a los niños. De ahí
que las políticas públicas se enfoquen a ese sector, aunque
también las mujeres embarazadas y los adultos mayores son grupos
vulnerables, señaló la profesora de la FO.
Además, abundó, este padecimiento
crónico tiene que ver con el núcleo cultural, con el acceso
a los servicios de salud, con la dieta de los individuos y con la cantidad
de fluoruro que contiene el agua.
En el país, y en el resto del orbe,
las caries representan el principal problema de salud pública
bucal; de hecho, en naciones en vías de desarrollo se presenta
hasta en 90 por ciento de la población, refirió.
En la Ciudad de México, a los 12 años,
las personas tienen, en promedio, tres dientes afectados, de las 28
piezas de las que se compone la dentición permanente. En cuanto
a la prevalencia a nivel nacional, 60 por ciento de los niños
de seis a 12 años presentan al menos una caries, indicó.
En adultos mayores esta condición disminuye,
pero porque a esa edad ya se perdieron muchas piezas, aclaró.
Por ser un padecimiento crónico, requiere
de tiempo para presentar sintomatología; entonces, si el sujeto
percibe el problema, éste ya es agudo: hay dolor, no puede masticar,
se presenta infección local con abscesos e, incluso, se ve impedido
de realizar sus actividades cotidianas. Si no se atiende, el malestar
se elimina, pero porque se pierde la estructura dental, advirtió.
También, añadió, las bacterias
que provocan esta afección se pueden relacionar con enfermedades
periodontales que, a su vez, se vinculan con otros padecimientos como
la diabetes o la hipertensión.
Asimismo, existen estudios que señalan
que si un individuo no tiene una buena función masticatoria,
no genera buenos impulsos nerviosos y eso deteriora su capacidad cognitiva.
Una dentadura funcional requiere al menos de
20 dientes, de otro modo, se verá alterada la masticación,
que se considera adecuada si es con 80 por ciento o más de las
piezas, precisó.
Es fácil prevenir las caries con una
adecuada higiene bucal; para ello, concluyó, se deben implementar
medidas de educación para la salud entre los sujetos como cepillarse
los dientes después de cada comida, el uso de hilo dental y visitar
al dentista, al menos dos veces al año.
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