• El calentamiento global recrudecerá
la situación y los eventos extremos, como lluvias o sequías,
serán más intensos y frecuentes, dijo Blanca Elena
Jiménez Cisneros, investigadora del Instituto de Ingeniería
de la UNAM
De continuar la situación actual, en
la que no hay medidas técnicas sustentables, se presentan fugas
y se carece de políticas de manejo y tratamiento del agua, los
problemas se profundizarán y el recurso hará falta en
el centro y norte del país, expuso Blanca Elena Jiménez
Cisneros, investigadora del Instituto de Ingeniería (II) de la
UNAM.
“A eso se suma el calentamiento global,
que agravará la situación. Donde el agua es escasa lo
será aún más; donde sí hay, habrá
excedentes y eventos extremos; las lluvias y sequías, serán
más intensas y frecuentes. El panorama no es alentador”,
expuso.
Para México, el problema, en términos
de cantidad y calidad, es muy serio y su solución requiere gran
saber técnico; sería importante que los responsables de
dar respuestas tuvieran mayores conocimientos. “De otra manera,
se pierde tiempo en un asunto que demanda solución urgente”.
Además, tenemos una cobertura de 90
por ciento en agua potable, “que parece alto, pero en realidad
está muy por debajo de otros territorios. Cuba, por ejemplo,
tiene el 100, y en saneamiento estamos en 70 por ciento, entre los más
bajos de América Latina”.
Nuestro país enfrenta problemas por falta y exceso hídrico,
y también severas deficiencias en servicios. “Como nación
en desarrollo, pero de alto ingreso, podríamos aspirar a contar
con líquido para consumo humano en los hogares, es decir, asegurar
que podamos beber directamente de la llave, como en Tijuana”.
Sin embargo, hace falta voluntad política para cumplir este tipo
de servicios; en saneamiento se hacen esfuerzos, pero sólo en
la Ciudad de México, y el problema es de todo el territorio,
advirtió.
Por razones históricas y económicas,
se avanzó más en el centro y el norte, donde se tiene
sólo 20 por ciento de los recursos y se emplean más para
riego. En esas regiones también se registran graves problemas
de sobreexplotación de acuíferos y de contaminación
“natural” por arsénico y flúor, como en San
Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas.
En el marco de la conmemoración del
Día Mundial del Agua, este 22 de marzo, recordó que las
Naciones Unidas instauraron la celebración en 1992. Todos los
años tiene un tema diferente; en 2010, estuvo dedicado a la calidad
del líquido, “pero habría que cuestionar cuándo
se oyó hablar del tema o qué problemas de contaminación
se solucionaron. Creo que cerraremos el año con una gran ausencia
de reportes e informes positivos para la Organización. En 2011,
el tema es Agua para las Ciudades. Respondiendo al Desafío Urbano”.
En el DF, donde en general se tiene buena calidad
del líquido (con excepción del acuífero de la parte
oriente), se presentan problemas por infiltraciones; también
hay fugas de drenaje, “pero a nadie le importa el agua residual
que se pueda colar al manto freático”.
Se debe dotar a toda la zona metropolitana
de recursos suficientes para atender éste, uno de los problemas
más serios en el mundo y un reto desde el punto de vista técnico.
También se necesitan políticas costo-eficientes y de manejo.
Al hablar del aprovechamiento pluvial, Jiménez
Cisneros dijo que es una solución para ciertas personas en determinadas
condiciones. “Es rentable si se tienen más de 200 metros
cuadrados de techo limpio y accesible, pero el sistema de tratamiento
es caro”.
Es decir, hablamos de alguien que tiene una
casa grande, que puede invertir y que vive en el sur de la Ciudad de
México (en otras zonas llueve menos). Si puede, debe hacerlo,
porque liberaría el líquido para otras comunidades. La
medida sería importante, pero en volumen representa sólo
una fracción de lo que se necesita.
En cuanto al reuso, explicó que en el
DF se practica desde 1956, y añadió que la cifra de 10
por ciento debería incrementarse. El siguiente paso sería
potabilizarla al grado de utilizarla para consumo humano. “La
tecnología ya existe, pero primero hay que hacer que beber agua
de la llave genere confianza, luego viene lo demás”.
Otro reto es la recarga de acuíferos.
El criterio internacional es que debe hacerse con la misma calidad del
líquido que tenía originalmente. Eso implica el tratamiento
previo, porque recargarlo con agua de mala calidad lo contamina, y limpiarlo
puede ser costoso.
Por último, Blanca Jiménez expuso
que, como sociedad, debemos exigir a los responsables entregar programas
claros de qué se va a hacer, cuánto va a costar y cuándo
estarán las soluciones, es decir, “exigir que el gobierno
haga su parte”.
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