• Incremento en oleaje, una
de las consecuencias, explicó Carlos Valdés González,
jefe del SSN
• En los últimos 272 años, 56 de esas olas gigantescas
se resintieron en las costas del Pacífico, lo que significa
que cada cinco años se registra una de ellas, informó
Elena Centeno García, directora del Instituto de Geología
El tsunami, causado por un sismo de
8.9 grados en la escala de Richter, que sacudió el noreste de
Japón, afectará, “no con la misma intensidad, sino
con oleajes de hasta un metro”, a las costas mexicanas del Pacífico,
informó el jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN)
de esta casa de estudios, Carlos Valdés González.
La primera región alcanzada en el país
por el fenómeno natural fue Baja California, abundó.
“Por la diferencia de horario, en Ensenada
empezó a sentirse a las 8:44, tiempo del Pacífico, con
oleaje de un metro de altura; en Puerto Vallarta, a las 12:44 horas
locales, también con un nivel de un metro de altura; en Acapulco,
a las 13:44; en Salina Cruz, a las 14:44, y la previsión es que,
una hora más tarde, saliera de Puerto Madero, con menor elevación”,
detalló.
En conferencia de medios en el Instituto de
Geofísica, Elena Centeno García, directora del Instituto
de Geología, explicó que la fuerza de un tsunami,
no sólo depende de la intensidad del sismo que lo genere, sino
también de la propia morfología de las costas. Entre menos
pendiente tenga la costa, mayor elevación de la ola, expuso.
“La previsión es que este fenómeno
barra toda la costa. Empezó en Baja California y la onda tendrá
un movimiento hasta las 16:00 horas, momento en el que se prevé
abandone los límites costeros de México”, subrayó.
En tanto, Valdés especificó que
el aumento en las mareas se traduce en empujes fuertes a embarcaciones;
por ello, “se recomienda a la población no permanecer en
zonas de playa”.
El sismo en Japón fue 30 veces más
poderoso que el de 1985, en la Ciudad de México, y será
en Chile donde se estima que habrá consecuencias importantes,
porque el oleaje puede alcanzar hasta cuatro metros, informó.
Sin embargo, en lo que se refiere a la experiencia
local, “en el pasado la zona de Acapulco ha sido impactada por
sismos que provocaron olas de tres metros de altura. Además,
se cuenta con datos que apuntan que fue cierta una de nueve metros”,
acotó.
Centeno refirió que un estudio realizado
por la entidad que encabeza, y el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología
de la UNAM, servirá para predecir estos fenómenos naturales,
y reveló que los dos principales factores que contribuyen al
riesgo son la frecuencia y magnitud.
La costa occidental de México ha sido
afectada por tsunamis derivados de grandes terremotos asociados
a la zona de subducción mesoamericana, ubicada a lo largo de
la margen pacífica entre Jalisco y Chiapas.
Por su parte, el investigador del Servicio
Mareográfico Nacional de esta casa de estudios, Octavio Gómez
Ramos, aseguró que desde el sismo de Sumatra, en 2004, se cuenta,
a nivel mundial, con un sistema de pronóstico y monitoreo que
ha permitido obtener datos más precisos.
“Actualmente, ese servicio cuenta con
siete estaciones en funcionamiento, en las costas del Pacífico
mexicano, que son La Paz, Mazatlán, Lázaro Cárdenas,
Acapulco, Huatulco, Salina Cruz y Puerto Madero”.
A su vez, Arturo Iglesias, investigador del
Instituto de Geofísica, dijo que este tipo de fenómenos,
si son provocados por temblores grandes, éstos provocan una deformación
del suelo marino; repentinamente hacen cambiar una columna de agua,
lo que deriva en el desplazamiento horizontal del líquido, que
se convierte así en una gran ola.
Los registros se remontan precisamente a Japón,
donde los monjes guardan archivos del año 600 de nuestra era.
En las últimas dos décadas, se
han detectado, a nivel mundial, tsunamis de grandes magnitudes:
Nicaragua e Indonesia, en 1992; Okushiri, Japón, en 1993; este
de Java, Shikotan y Mindoro, en 1994; Irian Jaya y Perú, en 1996;
Papúa Nueva Guinea, en 1998; Perú, en 2001, y en el Océano
Índico, en 2004.
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