• El estudiante de 25 años
obtuvo el segundo lugar en el Premio de la Juventud 2010, de la
Asamblea Legislativa del DF, por sus múltiples iniciativas
de promoción de la ciencia
Enrique Anzures Becerril estudia el sexto semestre
de Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM, es técnico
en sistemas computacionales, ayudante de investigador en el Instituto
de Astronomía (IA), becario del Conacyt y, por si fuera poco,
hace unos días recibió el segundo lugar en el Premio de
la Juventud 2010, otorgado por la Asamblea Legislativa del DF, en reconocimiento
al impacto social que han tenido sus múltiples iniciativas de
promoción de la ciencia.
A sus 25 años, ha impulsado diversos
proyectos relacionados con el conocimiento científico. De los
más recientes, destacan el desarrollo del programa de divulgación
científica, Cosmowiki, una página web sobre los trabajos
de astronomía desarrollados en el país, “una especie
de sección amarilla del rubro”, explicó.
Como miembro de la Sociedad Mexicana de Astronomía
(SMA), Enrique se ha dedicado a organizar cursos y conferencias, y recientemente
ha hecho gestiones para que el IA, la presidencia municipal de Chapa
de Mota y la SMA desarrollen un plan de “ecoturismo astronómico”.
Además, en esa jurisdicción hay dos preparatorias públicas
para las que ha negociado la donación de 30 telescopios.
En total, ha logrado que las empresas hayan otorgado más de 300
aparatos para distintas instituciones de educación pública
a nivel bachillerato, tanto en estados de la República como en
el DF, y que así los jóvenes se asomen al cosmos.
En las ediciones de la Noche de las Estrellas,
Enrique ha apoyado a los capacitadores de los voluntarios que atienden
al público.
Suele decir que desde pequeño era muy
inquieto, “y aún sigo dando lata, tanto, que en
el Instituto de Astronomía la doctora Irene Cruz (miembro de
la Junta de Gobierno de la UNAM) me puso por apodo Spin Boy”.
Esta capacidad de “moverse”, en
todos los sentidos, lo ha llevado a reclutar para sus iniciativas a
miembros destacados de la comunidad académica, muchos de los
cuales le doblan la edad. “No tengo temor de hablarle a un niño
o a un académico mucho mayor que yo. Siento un respeto profesional
por lo que hacen, pero también los veo como son, humanos, ni
mejores ni peores como personas”.
¿Los jóvenes deben esperar a
que les den las oportunidades? Al respecto, Enrique considera que “debemos
entender que la competencia es cada vez más dura. Hay que estar
mejor preparado, participar más, construir tu propio futuro.
Si quieres alcanzar aquello que más te gusta, no puedes estar
tirado en el sillón sin hacer nada”.
Sí, Enrique va a antros, le gusta pasear
y las chicas. “Si administras tu tiempo puedes realizar todo”,
explica, pero hay que tener paciencia, pensar y luego actuar. “Le
doy su tiempo a los estudios, a mis proyectos y a mi vida social”.
Después de recibir el reconocimiento
de la Asamblea Legislativa del DF se dice feliz, ¿por el premio?,
“¡no!, sino porque mi mamá, Carmen, mi cómplice,
se acaba de recibir de licenciada en Economía”.
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