• Pablo Álvarez Tostado
defendió la tesis Diseño hidráulico de un sistema
de riego por goteo para una huerta aguacatera pequeña, desde
Los Ángeles, California, mientras el sínodo evaluaba
su trabajo en la Facultad de Ingeniería de la UNAM
• Esto abre horizontes para alumnos que salieron del país,
pero que desean concluir su carrera, expuso el secretario de Servicios
Académicos de la FI, Miguel Figueroa Bustos
Dos equipos de videoconferencia, uno en Los
Ángeles y otro en Ciudad Universitaria, hicieron posible que
Pablo Álvarez Tostado concluyera la carrera de Ingeniería
Mecánica, pese a que, por circunstancias personales, no puede
salir de Estados Unidos.
“Que se trate del primer joven de licenciatura
de la Facultad de Ingeniería (FI) que se titula desde el extranjero
representa un avance significativo para nosotros, pues eso quiere
decir que alumnos que se vieron obligados a salir del país,
pueden terminar sus estudios e incluso darles continuidad”,
expuso Miguel Figueroa Bustos, secretario de Servicios Académicos
de dicha entidad universitaria.
Pactar con profesores para que Pablo aprobara
en extraordinario las materias que debía; hallar un director
de tesis dispuesto a asesorar por computadora, y establecer contacto
con la Escuela de Extensión de la UNAM en Los Ángeles
(ESELA) para organizar el enlace remoto “fueron algunas de las
variables que debimos prever; eso nos llevó algo de tiempo,
pero debido al aprendizaje obtenido, al momento de realizar trámites
similares en el futuro, todo será más fácil”,
dijo.
Historia de dos ciudades
A quienes estaban en California les preocupaba
que el pesado tránsito angelino les impidiera llegar a tiempo
a la ESELA de la UNAM, y los que estaban en el Distrito Federal se
inquietaban ante la posibilidad de que la misma complicación,
pero en el Periférico, demorara la cita que tenían en
CU.
No obstante, los más inquietos fueron
los encargados de la Sala de Videoconferencias del Centro de Docencia
de la Facultad de Ingeniería (FI), quienes temían que
el intercambio de datos en Internet fuera lento y dificultara el enlace
virtual entre México y EU.
“Los nervios eran porque nunca habíamos
hecho algo así. Es la primera vez en esta facultad que alguien
se titula desde el extranjero, y queríamos que todo saliera
bien… Afortunadamente así fue”, comentó
Yenni Quintana Sánchez, encargada del área de Formación
y Desarrollo en Cómputo para la Docencia, y responsable de
hacer posible el examen de Pablo Álvarez Tostado, pese a los
dos mil 500 kilómetros que separan a Los Ángeles del
DF.
“A fin de cuentas, la distancia no
importa, pues el alumno está ahí, frente a nosotros,
al alcance de una pantalla. Lo que sí es relevante es el esfuerzo
no sólo de Pablo, sino de todos los que hicimos posible esta
titulación. Definitivamente es una experiencia que marca un
precedente y creo que muchas cosas cambiarán de aquí
en adelante”, agregó Yenni.
Buenos días, Los Ángeles; buenas
tardes, México
Al iniciar el enlace, para Pablo eran las
10 de una mañana fría; para los sinodales, las 12 de
un día cálido, pero la charla virtual se dio sin trabas,
sin importar “tiempos ni cómo estaba el tiempo”.
Sólo bastó un “buenos días, Los Ángeles;
buenas tardes, México”, para que el examen iniciara.
“Es una verdadera sorpresa verte al
fin”, comentó Francisco Solorio Ordaz, quien dirigió
la tesis de Pablo, titulada Diseño hidráulico de
un sistema de riego por goteo para una huerta aguacatera pequeña.
Con la vista fija en la gran pantalla del
Salón de Videoconferencias, el profesor agregó: “Tuvimos
un contacto muy estrecho vía computadora a lo largo de poco
más de 12 meses, pero ponerle rostro a la persona detrás
de todos esos e-mails resulta muy agradable”.
Sin embargo, la historia de Pablo, que culminó
con ese examen, se remonta años atrás, mucho antes de
que escribiera su primer correo electrónico al doctor Solorio
en busca de consejo; incluso antes de que decidiera concluir sus estudios
truncos desde el extranjero… Comienza cuando el joven se vio
obligado a dejar la Facultad, con un 90 por ciento de los créditos
avanzados, para buscar una oportunidad de trabajo en la Unión
Americana.
“No obstante, quien pasa por aquí
sabe que un buen ingeniero nunca deja del todo su escuela, por más
tiempo que haya transcurrido o por más lejos que esté,
y así Pablo, un buen día, decidió que era momento
de terminar lo que había dejado trunco y se comunicó
con nosotros para preguntar qué podía hacer para cumplir
con las seis materias que debía; ‘sólo que tengo
un problema’, nos dijo, ‘no puedo salir de los Estados
Unidos’”, recordó Figueroa Bustos.
“Inmediatamente buscamos opciones para
que presentara sus extraordinarios y el joven respondió bastante
bien; se preparó en las bibliotecas cercanas a su casa y trabajo;
una vez listo, le enviamos las evaluaciones por Internet y aprobó
los exámenes con facilidad. Pablo estaba feliz porque ya era
pasante, pero entonces nos dimos cuenta de que el paso siguiente era
un detalle nada pequeño: la tesis”, agregó.
Tan lejos de Dios…
California es famosa por sus naranjas e incluso
uno de sus poblados recibe el nombre de Orange County, y para Pablo
hubiera resultado muy fácil escribir su trabajo de titulación
sobre ese cítrico, o sobre el limón dulce, que crece
con facilidad en esas latitudes, pero decidió hacerlo acerca
del aguacate Hass que se cultiva en Uruapan, Michoacán.
“Me hubiera sido mucho más sencillo
salir y estudiar con alguna plantación estadounidense, pero
quería proponer un sistema útil para mi país”,
explicó Pablo desde la inmensa pantalla de la sala de videoconferencias.
La propuesta radica en crear un sistema hidráulico
que, mediante el riego por goteo, incremente la producción
aguacatera de los campesinos michoacanos, les ayude a ahorrar agua
y los libere de la preocupación de saber que su jornal depende
de si este año habrá lluvias o no.
“Un sistema de tuberías, una
bomba y la disposición estratégica de surtidores alrededor
de las raíces de los árboles es lo único que
se requiere; la inversión no es mucha, pero el ahorro que arroja
esta propuesta desde el primer año es de miles de pesos”,
expuso el joven ingeniero.
Costos de material en las casas de construcción
de Michoacán, análisis de la pérdida de agua
por evaporación en la vegetación de la zona, esquemas
del clima regional… Pablo hizo un retrato tan detallado de Uruapan,
que uno de los sinodales llegó a preguntar: “Si te era
imposible venir a México, ¿cómo pudiste integrar
desde allá un trabajo como éste, a tal detalle?”.
Escribir desde la distancia
Hace más de un año, tras acreditar
sus extraordinarios, Pablo decidió que debía terminar
su tesis, buscó dónde cumplir las 460 horas de servicio
social requeridas para titularse y se contactó con la Escuela
de Extensión de Los Ángeles.
“Rápido encontró cabida
ahí y entabló relación con muchas personas en
su misma situación, pues parte de sus deberes era atender el
teléfono y dar asesoría en línea a universitarios
radicados en Estados Unidos que buscaban alternativas para concluir
sus estudios. Creo que fue en ese lugar donde tomó plena conciencia
de que, con empeño, las fronteras no significan un límite”,
expuso Miguel Figueroa Bustos.
“¿Qué cómo hice
mi tesis desde acá?”, respondió Pablo al sínodo,
“la parte teórica quizá fue un poco más
sencilla, visitaba las bibliotecas públicas angelinas; sin
embargo, con lo que tuve que indagar en México, la investigación
tomó otro cariz, casi detectivesco, pero con la experiencia
obtenida al presentar mis exámenes a distancia, o de apoyar
en la ESELA, vi el poder de una computadora y un teléfono bien
utilizados. A veces, hacía búsquedas por Internet; otras,
echaba mano de la sección amarilla y llamaba a Uruapan, sin
siquiera estar seguro de quién me respondería del otro
lado, pero incluso así, poco a poco el rompecabezas tomó
sentido”, recordó.
Un ingeniero más
Tras deliberar durante 20 minutos, el sínodo
decidió que Pablo cumplía con todos los requisitos para
ser llamado, oficialmente, ingeniero y, sobre todo, para ser considerado
el primer alumno de licenciatura de la FI con los méritos suficientes
para obtener su título aún desde el extranjero.
“Esta experiencia abre nuevas posibilidades
para nuestros alumnos, pero sobre todo para la Facultad de Ingeniería,
que ya está a la espera de más estudiantes que se decidan
a concluir su carrera sin importar qué tan lejos se encuentren.
Tan sólo bastan las ganas y una computadora, y que se pongan
en contacto con nosotros, por supuesto. Esperemos que el caso de Pablo,
más que un episodio de excepción, sea uno recurrente,
y trabajamos para que así sea”, concluyó Figueroa
Bustos.
-o0o-