Boletín UNAM-DGCS-693
Ciudad Universitaria
16:00 hrs. 16 de noviembre de 2010

José Narro Robles

 

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COLOCA LA UNAM UNA CÁPSULA DEL TIEMPO CON MOTIVO DE SU CENTENARIO

• Confío en que los valores de la Universidad en los primeros años del siglo XXI: sentido autónomo, nacional, laico y de defensa de las humanidades, las ciencias y las artes, estarán consolidados en cinco décadas, dijo el rector José Narro Robles en la ceremonia de instalación
• La caja de acero inoxidable, con ocho mil 432 archivos de datos digitalizados y 16 objetos simbólicos de los 100 años de la UNAM, se conservará hasta 2060 en un nicho de cantera ubicado en la parte central de Ciudad Universitaria

Una cápsula del tiempo con ocho mil 432 archivos de información digitalizada –académica, artística, científica y humanística– y 16 objetos simbólicos que describen cómo es la UNAM en 2010, se instaló dentro de un nicho de cantera en una de las paredes laterales de la zona central de Ciudad Universitaria.

Datos estadísticos sobre el estado actual de la Universidad contenidos en discos compactos, medallas y estampillas postales conmemorativas, camisetas de los uniformes oficiales de los equipos Pumas de fútbol soccer y americano, versiones digitalizadas de libros y discos, así como un paquete de invitaciones, programas y semblanzas referentes a la celebración central de los 100 años de la UNAM, forman parte de los objetos que ofrecerán a las futuras generaciones un retrato de la UNAM del 2010.

“A quien en 2060 toca dirigir los destinos de la Universidad le expreso mi confianza de que el compromiso de nuestra institución con la sociedad, estará aún más fortalecido. Al igual le manifiesto mi seguridad de que los valores que caracterizan a la Universidad de México en los primeros años del siglo XXI: su sentido autónomo, nacional, laico y de defensa de las humanidades, las ciencias y las artes, estarán consolidados en cinco décadas”, afirmó el rector José Narro Robles al encabezar la ceremonia de instalación.

Ante alumnos con los mejores promedios, miembros de la Junta de Gobierno y del Patronato Universitario, de profesores e investigadores eméritos, entre otros invitados, Narro se dijo convencido de que, salvo excepciones nefandas, todo tiempo ha resultado mejor.

“Deseo para el 2060 un México más educado y menos desigual, más seguro y productivo, pero sobre todo, más apegado a los valores que históricamente nos han permitido convivir y superar nuestros problemas”, indicó.

En la ceremonia, el rector guardó un discurso inédito en la cápsula del tiempo, para ser abierto hasta el 2060.

Por su parte, el secretario General de la UNAM, Sergio M. Alcocer Martínez de Castro, señaló que, con la cápsula, se intenta tender un puente con las próximas generaciones.

“Esperamos que dos generaciones se puedan encontrar. Esperamos interesarlos, estimularlos e invitarlos a hurgar más en el pasado”, añadió.

Xavier Cortés Rocha, investigador de la Facultad de Arquitectura y coordinador del proyecto, explicó que con la cápsula se conserva un testimonio de lo que es la UNAM hoy, en una tradición de enviar mensajes al futuro, que han externado las diversas culturas de la humanidad, desde los egipcios y los mayas, hasta nuestros días.

“La tecnología reciente permite incluir muchos elementos en formato digital, para mostrar un retrato fiel de lo que es la Universidad del 2010”, prosiguió.

Por su parte, Elisa Galván Escobar, alumna del Plantel 8 Miguel E. Schultz, de la Escuela Nacional Preparatoria, comentó que, desde la infancia, los seres humanos nos planteamos el futuro.

La cultura, tradiciones, arte, monumentos y gastronomía ayudan a tener una visión positiva del futuro y de la identidad mexicana, apuntó.

“Nuestras voces y escrituras serán vestigios y permanecerán silenciados hasta el 2060”, reflexionó.

Un nicho en CU

En un área verde ubicada a un costado y abajo de la explanada de Rectoría, sobre uno de los muros de roca del Pedregal, se construyó una estela vertical de cantera Chiluca -uno de los materiales más utilizados en los edificios históricos de México desde la época virreinal-, con un nicho para albergar la cápsula del tiempo.

En el nicho se depositó la caja rectangular de acero inoxidable pulido, de 40 centímetros de largo por 25 de ancho y 25 de largo, con la memoria de la UNAM a 100 años de haber cumplido su carácter nacional.

La caja metálica, reflejante como un espejo, tiene grabado en la parte frontal el escudo de la Universidad Nacional. Para garantizar su sellado hermético y evitar la entrada de agua, polvo o microorganismos que pudieran dañar su contenido, los filos interiores se recubrieron de un empaque de neopreno, el material con el que se hacen los trajes de buceo.

No tiene chapa ni candado, sino cuatro tornillos de cabeza tipo allen. Por ello, para abrirla dentro de 50 años, se requerirá un taladro con punta de desarmador.

El nicho fue sellado con una lápida de cantera de 12 centímetros de espesor y media tonelada de peso.

La lápida, alineada con el resto de la estela al aire libre, tiene grabado el escudo de la UNAM, el logotipo de los 100 años y dos fechas: 2010, cuando se deposita la cápsula; y 2060, cuando se espera sea abierta por las futuras autoridades de esta casa de estudios.

Para conservar la cápsula dentro del nicho, la lápida se encajó en cuatro pernos de latón, cada uno de una pulgada de espesor, unidos a la cantera con resina epóxica, de tal modo que para retirar la lápida, en el 2060 será necesario cortar los pernos con herramienta especial.

Para la apertura del nicho y de la cápsula del tiempo, las autoridades universitarias depositaron en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) un protocolo con recomendaciones sobre el tipo de herramientas que se deben usar para no romper la lápida ni la cápsula.

Contenido y conservación

Para conservar dos ejemplares de Gaceta UNAM que se incluyeron en la memoria --uno referente a los festejos del centenario y otro con un suplemento sobre la cápsula del tiempo--, éstos se protegieron dentro de una guarda de cartulina neutra, libre de ácido, útil para neutralizar el Ph del papel y amortiguar los posibles cambios de humedad relativa y temperatura.

Buena parte de la información sobre el estado actual de la Universidad se depositó en dos discos compactos de tecnología Blu-ray de doble capa, la de mayor densidad disponible, con 54 gigabytes de capacidad cada uno.

Para evitar la degradación de la capa de escritura en el soporte óptico, se eligieron discos compactos del tipo “Gold plated”, hechos de aluminio y recubiertos con una capa de oro de bajo quilataje.

Los discos con capa de oro, más estables que los construidos solamente de aluminio y cuya vida útil se estima en 100 años, se utilizan comercialmente para guardar versiones originales o masters, que son la fuente de donde se hacen muchas copias.

Como todo medio óptico transportable (CD o DVD), los discos Blu-ray tienen una cubierta plástica transparente, que añade más protección a su contenido.

Para poder leer dentro de 50 años la información contenida en los discos compactos, en la cápsula se depositaron dos lectores portátiles de discos Blu-ray con pantalla de cristal líquido, baterías de litio y cargadores universales de baterías.

Los lectores, del tamaño de una computadora portátil pequeña, con una pantalla idéntica a las lap top y un lector de Blu-ray en el sitio donde va el teclado, se guardaron en plástico, para proteger especialmente sus circuitos, indispensables para leer los datos.

Entre los contenidos digitales, destacan informes sobre el estado actual de la UNAM, planos de construcciones del 2010, audios de profesores y autores de música, libros digitales sobre la presencia de la UNAM en el país y acerca de los profesores e investigadores eméritos, catálogos de publicaciones, informes de actividades, estadísticas, video clips de conciertos, de danza, catálogos de carreras y planes de estudios.

También se incluyeron las páginas electrónicas de la UNAM, de escuelas y facultades, así como un recuento de la situación de la tecnología de la información en la UNAM, con datos sobre los acervos digitales, el laboratorio de simulación Ixtli y la Red UNAM.

 

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Fotos

El rector José Narro encabezó la ceremonia en la que se depositó una cápsula del tiempo de la UNAM, que se abrirá dentro de 50 años.