• Confío en que los valores
de la Universidad en los primeros años del siglo XXI: sentido
autónomo, nacional, laico y de defensa de las humanidades,
las ciencias y las artes, estarán consolidados en cinco décadas,
dijo el rector José Narro Robles en la ceremonia de instalación
• La caja de acero inoxidable, con ocho mil 432 archivos de
datos digitalizados y 16 objetos simbólicos de los 100 años
de la UNAM, se conservará hasta 2060 en un nicho de cantera
ubicado en la parte central de Ciudad Universitaria
Una cápsula del tiempo con ocho mil
432 archivos de información digitalizada –académica,
artística, científica y humanística– y
16 objetos simbólicos que describen cómo es la UNAM
en 2010, se instaló dentro de un nicho de cantera en una de
las paredes laterales de la zona central de Ciudad Universitaria.
Datos estadísticos sobre el estado
actual de la Universidad contenidos en discos compactos, medallas
y estampillas postales conmemorativas, camisetas de los uniformes
oficiales de los equipos Pumas de fútbol soccer y americano,
versiones digitalizadas de libros y discos, así como un paquete
de invitaciones, programas y semblanzas referentes a la celebración
central de los 100 años de la UNAM, forman parte de los objetos
que ofrecerán a las futuras generaciones un retrato de la UNAM
del 2010.
“A quien en 2060 toca dirigir los destinos
de la Universidad le expreso mi confianza de que el compromiso de
nuestra institución con la sociedad, estará aún
más fortalecido. Al igual le manifiesto mi seguridad de que
los valores que caracterizan a la Universidad de México en
los primeros años del siglo XXI: su sentido autónomo,
nacional, laico y de defensa de las humanidades, las ciencias y las
artes, estarán consolidados en cinco décadas”,
afirmó el rector José Narro Robles al encabezar la ceremonia
de instalación.
Ante alumnos con los mejores promedios, miembros
de la Junta de Gobierno y del Patronato Universitario, de profesores
e investigadores eméritos, entre otros invitados, Narro se
dijo convencido de que, salvo excepciones nefandas, todo tiempo ha
resultado mejor.
“Deseo para el 2060 un México
más educado y menos desigual, más seguro y productivo,
pero sobre todo, más apegado a los valores que históricamente
nos han permitido convivir y superar nuestros problemas”, indicó.
En la ceremonia, el rector guardó
un discurso inédito en la cápsula del tiempo, para ser
abierto hasta el 2060.
Por su parte, el secretario General de la
UNAM, Sergio M. Alcocer Martínez de Castro, señaló
que, con la cápsula, se intenta tender un puente con las próximas
generaciones.
“Esperamos que dos generaciones se
puedan encontrar. Esperamos interesarlos, estimularlos e invitarlos
a hurgar más en el pasado”, añadió.
Xavier Cortés Rocha, investigador
de la Facultad de Arquitectura y coordinador del proyecto, explicó
que con la cápsula se conserva un testimonio de lo que es la
UNAM hoy, en una tradición de enviar mensajes al futuro, que
han externado las diversas culturas de la humanidad, desde los egipcios
y los mayas, hasta nuestros días.
“La tecnología reciente permite
incluir muchos elementos en formato digital, para mostrar un retrato
fiel de lo que es la Universidad del 2010”, prosiguió.
Por su parte, Elisa Galván Escobar,
alumna del Plantel 8 Miguel E. Schultz, de la Escuela Nacional
Preparatoria, comentó que, desde la infancia, los seres humanos
nos planteamos el futuro.
La cultura, tradiciones, arte, monumentos
y gastronomía ayudan a tener una visión positiva del
futuro y de la identidad mexicana, apuntó.
“Nuestras voces y escrituras serán
vestigios y permanecerán silenciados hasta el 2060”,
reflexionó.
Un nicho en CU
En un área verde ubicada a un costado
y abajo de la explanada de Rectoría, sobre uno de los muros
de roca del Pedregal, se construyó una estela vertical de cantera
Chiluca -uno de los materiales más utilizados en los edificios
históricos de México desde la época virreinal-,
con un nicho para albergar la cápsula del tiempo.
En el nicho se depositó la caja rectangular
de acero inoxidable pulido, de 40 centímetros de largo por
25 de ancho y 25 de largo, con la memoria de la UNAM a 100 años
de haber cumplido su carácter nacional.
La caja metálica, reflejante como
un espejo, tiene grabado en la parte frontal el escudo de la Universidad
Nacional. Para garantizar su sellado hermético y evitar la
entrada de agua, polvo o microorganismos que pudieran dañar
su contenido, los filos interiores se recubrieron de un empaque de
neopreno, el material con el que se hacen los trajes de buceo.
No tiene chapa ni candado, sino cuatro tornillos
de cabeza tipo allen. Por ello, para abrirla dentro de 50
años, se requerirá un taladro con punta de desarmador.
El nicho fue sellado con una lápida
de cantera de 12 centímetros de espesor y media tonelada de
peso.
La lápida, alineada con el resto de
la estela al aire libre, tiene grabado el escudo de la UNAM, el logotipo
de los 100 años y dos fechas: 2010, cuando se deposita la cápsula;
y 2060, cuando se espera sea abierta por las futuras autoridades de
esta casa de estudios.
Para conservar la cápsula dentro del
nicho, la lápida se encajó en cuatro pernos de latón,
cada uno de una pulgada de espesor, unidos a la cantera con resina
epóxica, de tal modo que para retirar la lápida, en
el 2060 será necesario cortar los pernos con herramienta especial.
Para la apertura del nicho y de la cápsula
del tiempo, las autoridades universitarias depositaron en el Instituto
de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE)
un protocolo con recomendaciones sobre el tipo de herramientas que
se deben usar para no romper la lápida ni la cápsula.
Contenido y conservación
Para conservar dos ejemplares de Gaceta UNAM
que se incluyeron en la memoria --uno referente a los festejos del
centenario y otro con un suplemento sobre la cápsula del tiempo--,
éstos se protegieron dentro de una guarda de cartulina neutra,
libre de ácido, útil para neutralizar el Ph del papel
y amortiguar los posibles cambios de humedad relativa y temperatura.
Buena parte de la información sobre
el estado actual de la Universidad se depositó en dos discos
compactos de tecnología Blu-ray de doble capa, la
de mayor densidad disponible, con 54 gigabytes de capacidad cada uno.
Para evitar la degradación de la capa
de escritura en el soporte óptico, se eligieron discos compactos
del tipo “Gold plated”, hechos de aluminio y recubiertos
con una capa de oro de bajo quilataje.
Los discos con capa de oro, más estables
que los construidos solamente de aluminio y cuya vida útil
se estima en 100 años, se utilizan comercialmente para guardar
versiones originales o masters, que son la fuente de donde
se hacen muchas copias.
Como todo medio óptico transportable (CD o DVD), los discos
Blu-ray tienen una cubierta plástica transparente,
que añade más protección a su contenido.
Para poder leer dentro de 50 años
la información contenida en los discos compactos, en la cápsula
se depositaron dos lectores portátiles de discos Blu-ray
con pantalla de cristal líquido, baterías de litio y
cargadores universales de baterías.
Los lectores, del tamaño de una computadora
portátil pequeña, con una pantalla idéntica a
las lap top y un lector de Blu-ray en el sitio donde
va el teclado, se guardaron en plástico, para proteger especialmente
sus circuitos, indispensables para leer los datos.
Entre los contenidos digitales, destacan
informes sobre el estado actual de la UNAM, planos de construcciones
del 2010, audios de profesores y autores de música, libros
digitales sobre la presencia de la UNAM en el país y acerca
de los profesores e investigadores eméritos, catálogos
de publicaciones, informes de actividades, estadísticas, video
clips de conciertos, de danza, catálogos de carreras y planes
de estudios.
También se incluyeron las páginas
electrónicas de la UNAM, de escuelas y facultades, así
como un recuento de la situación de la tecnología de
la información en la UNAM, con datos sobre los acervos digitales,
el laboratorio de simulación Ixtli y la Red UNAM.
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