Con apoyo y asesoría del Centro de Geociencias (CGeo)
de la UNAM, en la delegación Iztapalapa se trabaja en el
Centro de Evaluación de Riesgo Geológico (CERG), que
busca integrar información para fundamentar las recomendaciones,
y hacer frente a riesgos que afectan a esta demarcación.
Se trata de un laboratorio de caracterización de
suelos, con una sala interactiva para la divulgación de los
trabajos realizados, y oficinas para el personal del CERG y de la
Coordinación de Protección Civil. Cuenta con equipo
especializado para cartografía y estudios geofísicos,
y aparatos y programas informáticos para el procesamiento
de datos.
Este proyecto obtuvo el primer lugar del Premio de la Ciudad
de México en Ingeniería 2010, en la línea de
ingeniería geológica, y su relevancia consiste en
ser el primero en su tipo en México, en una zona como Iztapalapa.
La creadora y coordinadora académica del Centro,
Dora Carreón Freyre, investigadora del CGeo, campus Juriquilla,
indicó que el objetivo es realizar análisis de deformación,
subsidencia (hundimiento paulatino del suelo por cavidades subterráneas)
e inestabilidad de laderas, así como elaborar diagnósticos
sobre las condiciones de generación y propagación
de fracturas, para establecer las medidas de mitigación o
prevención de peligros.
“No se trata sólo de detectar fracturas, sino
hundimientos y deslizamientos, y monitorear el agua subterránea;
es decir, todo lo que va en conjunto y se relacione con los procesos
geológicos que afectan a la delegación”, señaló
la también responsable del área de Geomecánica,
del Laboratorio de Mecánica Multiescalar de Geosistemas de
la entidad universitaria.
En este proyecto, derivado de un convenio de colaboración
entre el gobierno local y la UNAM, participa además el responsable
de ese laboratorio, Mariano Cerca Martínez, y estudiantes
de licenciatura, maestría y doctorado.
“Los jóvenes hacen análisis, levantan
perfiles e integran datos que bajan a un sistema de investigación
geográfica; la base se actualiza por los diferentes elementos
de las direcciones generales”, explicó.
Los resultados obtenidos hasta ahora han demostrado que
las fracturas que afectan al subsuelo y la infraestructura de Iztapalapa
se forman por mecanismos combinados de subsidencia gradual, compactación
diferencial entre estratos arcillosos, rocas y otros materiales.
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