Boletín UNAM-DGCS-450
Ciudad Universitaria.
13:30 hrs. 29 de julio de 2010

Adolfo Sánchez Almanza


EXISTEN EN MÉXICO 56 MILLONES DE POBRES

 

• La crisis económica dejó a Latinoamérica 10 millones más de personas en esa condición; de esa cifra, la mitad se concentra en nuestro país, afirmó Adolfo Sánchez Almanza, investigador del IIEc de la UNAM

De acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la región hay 10 millones más de pobres por efecto de la última crisis económica; de ellos, más de cinco millones se concentran en México; en suma, en el país existen ya 56 millones de personas en esa condición, afirmó el académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Adolfo Sánchez Almanza.

Este aumento de la pobreza está vinculado principalmente con el desempleo y la pérdida de ingresos que se agravan coyunturalmente, pero es distinta a la pobreza denominada “de necesidades básicas insatisfechas”, es decir, el nivel de escolaridad, las condiciones de la vivienda, la salud y los servicios, que es más estructural.

Sánchez Almanza dijo que esta inestabilidad ha sido la peor desde la crisis de los años 30. En la de 1995, el PIB en la nación cayó 6.2 por ciento, en tanto que en 2009 disminuyó 7.0 por ciento, lo que indica que el actual descenso es más serio, aunque las condiciones del país son diferentes.

Una diferencia es que en 1995 la tasa de inflación era muy alta, de 52 por ciento, mientras que en 2009 fue inferior al cinco por ciento. Por ello, aunque la crisis fue profunda, el efecto social fue menos grave.

Algunas perspectivas para el 2010 indican que hay cierta recuperación económica, empero, las personas que cayeron en pobreza se recuperarán más lentamente que el resto de la economía, explicó. Además, se debe señalar que el grado de concentración de la riqueza sigue siendo elevado y constituye un freno al desarrollo integral del país.

“Lo que perdimos fueron 10 años de avance en atención y ataque a la pobreza, es decir, hay una regresión en términos de empleo e ingreso, pues aunque han mejorado aspectos como el nivel de escolaridad o la salud, los avances son insuficientes frente a los grandes objetivos y metas en materia de bienestar social”, opinó.

El modelo económico es ineficiente porque, entre otros aspectos, no proporciona opciones a los jóvenes para continuar estudiando y encontrar un empleo; asimismo, hay errores de diseño en las políticas sociales que no han superado su enfoque asistencialista e individualista. Por ello, es necesario ir hacia políticas de derechos universales y desmercantilizadas.

Finalmente, explicó que la falta de oportunidades económicas también ocasiona efectos sociales y psicológicos importantes entre la población, porque cuando hay crisis, con frecuencia se presenta la anomia social, la pérdida de autoestima, un aumento en la violencia, y la irritabilidad social e individual.

Entonces, es importante promover un modelo económico con mayor crecimiento y más equitativo, que coloque como objetivo central el desarrollo social y, por supuesto, la superación de la pobreza.

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Fotos

Adolfo Sánchez Almanza, investigador del IIEc de la UNAM.

En el país existen ya 56 millones de personas en condición de pobreza.